«Foot»: La crudeza de la esperanza

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Empieza la obra y se acaba el chiste. Estamos en la Palestina ocupada. Entra el jugador de fútbol, pero no sabemos si es un hombre de la resistencia, incógnito, hasta que comienza el monólogo. Así se introduce esta pieza que relata el conflicto existencial de un pueblo colonizado, aplastado, oprimido, pero que aún así, resiste y se manifiesta, negándose a la expulsión, a perder su identidad, al paulatino exterminio de décadas, de agobio y de persecución. Se establece el conflicto: el memoricidio al que se enfrenta el pueblo palestino desde 1948 en adelante, a través de la voz de un futbolista.

Por Faiz Mashini

Publicado el 10.11.2017

A Ismail Khalidi, como dramaturgo, hay que enmarcarlo en la escritura palestina entre los contenidos que expuso el asesinado escritor Gassan Kanafani, (1936-1972) por el exilio, la persecución y la resistencia, tanto como la alusión al título de Mahmoud Darwish, “Estado de Sitio”, por el modo de enunciar, cortante y duro, en una escritura que demarca un cotidiano inaceptable.

Es así como este monólogo, con el alarido de un soldado israelí prohibiendo la entretención a los nativos, también es un grito a la audiencia, enunciando el derecho de existir siendo reconocidos. Por eso se hace importante como espectador “sentir” esa situación con la obra, y saber hacerlo desde el primer momento.

Ismail, el autor, proviene de una familia de historiadores, y es por este vínculo que percibimos aquella influencia en su dramaturgia. Este jugador hace un recuento histórico del proceso de ocupación y asentamiento de los colonos, graficando e ilustrando. Con esto, es importante recalcar que lo no convencional del montaje, adquiere a ratos detalles brechtianos.

Algo tan liviano como el entretenimiento de masas puede definir derechos fundamentales y la existencia de una persona que se define como jugador. Ser leñador en un desierto puede ser un absurdo, como ser miembro de la selección de un país no reconocido, y esto tan banal, adquiere un cariz trágico. Pone en evidencia que el crimen del Estado Israelí se entremezcla con la complicidad de las asociaciones más importantes y del mundo entero también. La ausencia, la no-existencia del pueblo, ser borrados de la historia y de los mapas, ha sido la realidad del pueblo palestino desde hace varias décadas.

Pero también se habla de esperanza. Se habla de cómo un equipo puede reunir personas de distintas partes del mundo, incluso Chile, bajo una identidad que ha sido desmembrada por otro Estado. Se habla del pasado, presente y futuro, se habla de un problema ya con el cual se nace: borrado y aislado, enrejado, incapacitado de viajar a los pueblos vecinos a visitar la tierra de los abuelos y, en esa condición, la puesta en escena está encargada de hacernos sentir aquello: Un arco de fútbol hecho con listones de madera y una red; un montículo de ladrillo y cemento en el centro del escenario, nos habla de residuos, de derrumbe y de despojos; una especie de altar, para nuestra cultura, semejante a una animita, con velas y fotografías, nos dan cuenta de esa memoria.

Se lleva a cabo en la forma de un monólogo, y se ejecuta actoralmente con el desempeño de ese personaje. La actuación de Constantino Marzuqa nos da cuenta de una preparación física, un dominio del balón, gestos que imitan a otras identidades y también la familiaridad con que lleva a cabo acentos, capaz de desdoblarse con otras voces.

La iluminación es cruda, pero a ratos encausa la atmósfera a situaciones que nos permiten entender la persecución. La técnica muestra lo que es estar a la sombra y no ser vistos: la inexistencia. Pero también exhibe lo que es ser visto, y ser perseguido: la luz sindica al personaje en la opresión y en el posible encarcelamiento.

Esta es una obra poética, muy bien desglosada, importante de ver en tanto discurso de la condición de un individuo por su profesión de jugador del fútbol, al cual sin embargo, el ambiente no le permite dedicarse a lo que es, la dureza de no ser reconocido, es también dejar de existir por no ser validado, resuelta en lo técnico por lo más evidente, lo más directo, desvistiendo y enseñando la identidad a través de la historia de una identidad humana peculiar.

«Foot», fue montada en Estados Unidos (Pangea World Theater) e Irlanda (Palfest Ireland) en 2015 y en Valparaíso (Parque Cultural de Valparaíso) y Valdivia el 2016. En este caso, para la sala de DuocUC de Bellavista, se ha adaptado a un formato más íntimo que, justamente, modificando la disposición de las sillas y situándolas alrededor, acerca al público, establece mayor contacto visual, y el espectador se siente efectivamente inmerso, cercano, y percibe la palabra desde aquella proximidad.

 

Esta es una obra poética, muy bien desglosada, importante de apreciar en tanto discurso de la condición de un individuo por su profesión de jugador del fútbol, al cual sin embargo, el ambiente no le permite dedicarse a su oficio

 

 

La iluminación es cruda, pero a ratos encausa la atmósfera a situaciones que nos permiten entender la persecución

 

Ficha técnica:

Funciones: Desde el 2 hasta el 26 de noviembre, jueves a domingo, a las 21:00 horas
Sala: Teatro Duoc UC

Dirección: Bellavista Nº 0503, comuna de Providencia, Metro Salvador, Santiago

Dramaturgia: Ismail Khalidi
Dirección: Ismail Khalidi
Elenco: Constantino Marzuqa Giacaman
Producción: Teatro Amal @teatroamal

Texto: Ismail Khalidi
Escenografía: Paula Valenzuela y Cristián Sierralta
Traducción: Carolina Muñoz Proto
Luz, sonido (y actuación): Consuelo Zerené y Constanza Schoenfelder

Precios: Jueves $2.500, viernes a domingo entrada general $5.000, estudiantes y tercera edad $3.000

 

Crédito de las fotografías: Teatro Duoc UC