«Trabajos en proceso», de Rodrigo Cociña, en Galería Infrarrojo

La exhibición que presenta el artista chileno es el resultado de su trabajo en los últimos años y se enmarca dentro de su incansable búsqueda acerca de la pintura y su materialidad, y en la voluntad por hacerla reconocible a fin de aproximarla al espectador. En este contexto las obras que presenta son la continuación de un proceso que comenzó hace más de una década, en donde ha experimentado con el color, los soportes, la luz, los volúmenes, entre otros factores que inciden en el resultado creativo y en la percepción del público. Hasta el 16 de noviembre, en Galería Infrarrojo, calle Emilio Vaisse Nº 564, Barrio Italia, Providencia.

Por Cine y Literatura

Publicado el 1.11.2017

El trabajo de Rodrigo Cociña propone romper el concepto de pintura como mera representación, convirtiéndola en una experiencia cognitiva que involucra e identifica profundamente al espectador. Ello a través de una búsqueda exhaustiva en que ha experimentado con materiales cotidianos y poco tradicionales de manera desacralizar la pintura e instalarla en un lugar reconocible y concreto. “Se entiende a la pintura como un lenguaje atemporal y el arte contemporáneo (instalaciones, arte conceptual, intervenciones en espacios públicos) como una expresión que no llega universalmente y está destinado a especialistas. Esta desconexión produce una percepción en el público que simplifica la técnica, entendiendo la pintura a la manera tradicional (tela, soporte, formato, materiales), por lo que el espectador no se siente representado por las manifestaciones del arte actual”, explica.

Contrario a aquello, el autor plantea la pintura como un hacer que se desarrolla a partir de su propia ejecución y creación y que genera nuevas percepciones. “El fin de la pintura no es la representación sino se hace a partir de su propia ejecución (construcción). El volumen no es volumen sino que puede leerse como espectro cromático que será representado a partir de la experiencia del espectador asociando a su propia historia y relación con su experiencia. Ver una pintura no es necesariamente instalarse frente a algo que está ajeno, sino estar frente a un trazo que se genera desde su propia experiencia como ejecutor del color que lo representa, con materiales que reconoce y que se transforma y transforma en una experiencia ajena a la tradición representativa”, agrega.

Es por eso que la muestra es parte de un proyecto mayor de creación destinado a responder las preguntas que inquietan al artista para que una obra artística se pueda leer desde la pintura. ¿Cuánto puede cambiar el soporte, el bastidor, el formato, los materiales, el uso del color o no color, la utilización de la luz (neón), el volumen, en una obra?, son algunas de esas interrogantes. “El trabajo es desarrollo y búsqueda que en su proceso puede generar nuevos medios y materiales. Por ejemplo, una obra pictórica puede estar constituida por elementos derivados del reciclaje y materiales comúnmente asociados a la construcción (cartones, recortes sobrantes de corte láser, alambres, madera, elementos metálicos, luz de neón, intervenidos fundamentalmente por el color», añade.

¿La pintura cubre y genera volúmenes más allá de su materialidad y refuerza el acto de la trama de la pintura y el trazo como constituyente de imaginarios establecidos en el gesto del hacer? ¿El volumen aplicado por diferentes materiales puede leerse como un trazo pictórico?, son más preguntas que se plantea el artista. Uno de los ejercicios para responderlas es el uso del blanco, que Cociña lo trata como color y como objeto con similar materialidad, volumen y textura de los otros elementos utilizados; otro es la experimentación con la pintura volumétrica realzando su dimensión material y eliminando el plano como soporte de manera de explicitar su materialidad como objeto no virtual sino material.

“La pintura no es una representación sino tiene que ver con el trabajo que implica su ejercicio como oficio elaborado con materiales que en su relación constituyen una visualidad. Los trazos son intervención a partir de elementos figurativos trabajados fundamentalmente desde sus posibilidades cromáticas resaltando el blanco como base de todos los colores percibidos por el ojo. De esta manera la pintura cubre y genera volúmenes más allá de su materialidad y refuerza el acto de la trama de la pintura y el trazo como constituyente de imaginarios establecidos en el gesto del hacer. El color es acto de volumen; mientras que el volumen aplicado no es una forma sino un trazo pictórico”, concluye el artista.

Rodrigo Cociña (1956) es artista plástico, con estudios en la Universidad de Concepción, además de diseñador, editor, fotógrafo y gestor cultural. Actualmente trabaja en Pintura, Fotografía, Poesía Sonora y dirección de espacios culturales, teniendo a su cargo el Taller Emilio Vaisse 561-512 en Santiago, donde trabajan artistas de diferentes ámbitos. Ha expuesto colectiva e individualmente en Chile y el extranjero, donde ha presentado sus pinturas, instalaciones y videopoesía, destacándose como un artista multifacético y visionario.

 

Sobre Galería Infrarrojo

Ubicada en Barrio Italia, específicamente en la calle Emilio Vaisse, entre Malaquías Concha y Santa Isabel, constituye un espacio que sus gestores han definido como “Project Art Space”, es decir una plataforma creativa y de vanguardia que conecta a las más diversas audiencias poniendo énfasis en el proceso de desarrollo de obra. Infrarrojo se convierte así en una galería que, además de espacio de exhibición, funciona como un laboratorio de interacción de la obra con el público, permitiendo al artista modificar e intervenir sus trabajos a partir de la experiencia de exponerlos, y al público incidir de un modo más directo en el devenir de la búsqueda del autor.

Hasta el 16 de noviembre, en Galería Infrarrojo, calle Emilio Vaisse Nº 564, Barrio Italia, Providencia.

 

Collage de pintura sobre cartón

 

«Blanco», de Rodrigo Cociña

 

Rodrigo Cociña trabajando pinturas, en su taller de Emilio Vaisse Nº 561

 

Imagen destacada: «Tríptico del barro al arte», de Rodrigo Cociña

Crédito de las fotografías: Galería Infrarrojo