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[Crítica] «Blonde»: La inmortalidad cinematográfica de Marilyn Monroe

Los recursos audiovisuales que el filme dirigido por el realizador estadounidense Andrew Dominik despliega para mostrar la vida de la estrella, es lo mejor de la poética creativa de esta obra, y donde se aprecia una gran versatilidad artística en la secuencia de las imágenes, y finalmente en su montaje.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 2.10.2022

Se estrenó en el streaming de Netflix, la película Blonde de Andrew Dominik. Director y guionista que tiene entre sus realizaciones Chopper (2000), El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007) y el notable documental sobre Nick Cave, This much I know to be true (2021).

Por tales antecedentes, el filme biográfico basado en la vida de Marilyn Monroe (1926 – 1962), prometía.

Ahora bien, la realización de Andrew Dominik, está basada en el libro homónimo de Joyce Carol Oates, del año 2000. Oates, escritora estadounidense, habitual candidata al premio Nobel de Literatura, realizó una voluminosa ficción sobre la actriz Marilyn Monroe con una advertencia que ella misma pone al inicio del libro:

«Blonde es una ‘vida’ radicalmente destilada en forma de ficción y, a pesar de su longitud, el principio de apropiación es la sinécdoque. Por ejemplo, en lugar de los múltiples hogares de acogida en los que vivió Norma Jane de pequeña, Blonde explora solamente uno y éste es ficticio; de sus numerosos amantes, crisis médicas, abortos, tentativas de suicidio e interpretaciones cinematográficas, Blonde, muestra un grupo selecto y simbólico».

Y después agrega: «El lector que desee conocer datos biográficos fidedignos no debería buscarlos en Blonde, que no pretende ser un documento histórico».

Esta pequeña aclaración de la misma autora del libro en que la película se basa, debiera dar ciertas luces de lo que el filme es: una ficción basada en una ficción. Y en una apuesta mayor del mismo Dominik, en ciertos momentos el relato se toma ciertas libertades, interpretaciones propias, en torno al texto.

 

Texturas estéticas y materiales

En relación al crédito audiovisual propiamente tal, Blonde es una narración episódica, versátil y excesiva. Funciona con distintas pulsiones, con momentos muy bien logrados y escenas que han sido criticadas.

La actriz cubana Ana de Armas logra una gran actuación al recrear a la malograda artista. Un ejercicio que se percibe de manera evidente en lo físico y en los gestos, pero que también logra transmitir ese carisma y fragilidad de un ser devorado por la industria cinematográfica.

Así, la narración propiamente tal está dividida en partes. Con algunas precisiones de lugar y de época, pero seccionada en unas transiciones en negro, a modo de capítulos de novela. Los recursos visuales que la película despliega para mostrar la vida de la estrella, es lo mejor de la realización audiovisual. Hay una versatilidad en la muestra de las imágenes.

De esta forma, en algunos momentos el relato es en colores, monocromáticos o una gama de tonalidades, combinado con un estilizado blanco y negro. Esto se entiende porque la película recrea los distintos registros visuales que se tienen de la vida de la actriz. Por lo que hay recreaciones de imágenes icónicas que son muy reconocibles. Esto le da una textura material a la imagen muy novedosa.

El relato parte con la infancia de la actriz en una escena que muestra el actuar desequilibrado de la madre. Estas imágenes acompañan a Marilyn y sus pensamientos volverán a estas de manera recurrente, en lo que se convertirá en un leit motiv de la historia.

Luego, se ve a Norma Jeane transformarse en Marilyn Monroe, unido al nacimiento de su imagen sex simbol. Y junto con esto, una de las controversias de la película: lo gráfico de las escenas eróticas. En este mundo de la entretención, los amantes y los depredadores sexuales rodean la vida de la actriz.

Además, comienza un recurso habitual del relato, hay un paralelo de lo que ocurre en la vida de ella y lo que exhibe las distintas imágenes de sus filmes. La pantalla y las imágenes publicitarias van creando el mito y hundiendo a Norma Jeane.

La narración avanza en dicotomías. La primera está relacionada con la maternidad. Su madre representa la materialización de la maternidad y Marilyn, la maternidad fallida o rechazada. Por distintas razones, y en distintos momentos, el no lograr ser madre, le pasa la cuenta.

También, la otra dicotomía es la que se va dando a medida que su fama crece. Mientras más gente la admira, ella se siente aislada, cada vez más sola. En esas enormes imágenes de ella entrando a los cines, hay planos que visualizan este problema. O en esas funciones donde el cine se venía abajo aclamándola, ella se ve más sola que nunca.

Y la dicotomía más importante, Norma Jane versus Marilyn Monroe. Por un lado, Norma Jane, la chica de vida difícil, de orfanatos, que sueña con ser madre y que no encaja en la intensa vida de Hollywood. Y por otro lado, Marilyn, la súper estrella, venerada por millones, que desea una vida normal. Sin embargo, cuando tiene la posibilidad de vivir una existencia corriente, siente que no se puede adaptar.

 

La consagración de Ana de Armas

La película ha sido atacada porque ciertos sectores críticos que dicen que el trasfondo de todo es una misoginia encubierta. Aluden a que la idea de mostrar a una Marilyn obsesionada con la maternidad, mientras idealiza al padre ausente, oculta a la figura fuerte que fue ella en los años 50 y 60. Una actriz que creó su propia productora y que fue una de las primeras en denunciar el acoso en la industria del cine.

El problema del filme pareciera ser otro. Uno que se relaciona con las pocas ideas con que se muestra la figura de la actriz y que toda la explicación argumental al respecto se relacione con el trauma infantil. Y de ahí que la imagen de la madre domine el relato, en estos tiempos suena a pobreza franciscana.

Y lo más incómodo de la película, no es lo explícito de las escenas sexuales, que para los estándares Netflix, es claramente una osadía. Pese a que hay personas que han abominado de la historia por esta razón, cuando se ve el filme, se puede entender la lógica de estas escenas.

Lo que es embarazoso es cierta moralina que exuda el relato cinematográfico. Sobre todo en lo que se refiere a las imágenes de fetos que contiene la historia. La pregunta que viene a la mente cuando se está mirando aquellas figuras es ¿para qué?, ¿cuál es la necesidad?

Pensando en el aporte de la realización de Andrew Dominik a la vida que se conoce de Marilyn Monroe, esta obra no será recordada como una gran contribución. Lo será para la actriz Ana de Armas quien ha logrado estar a la altura de uno de los íconos de la historia del cine.

En lo que se refiere a lo estrictamente cinematográfico, la película visualmente es atractiva, con ideas estéticamente bien concebidas, con cierto estilo. Pero en lo que se refiere a la narración, hay ideas fallidas, nociones que se pudieron desarrollar de otro modo. Por lo que hacia el final, se siente que la suma de sus partes no salva el todo.

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó en 2017 el libro Versos y yerros.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Blonde (2022).

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