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[Crítica] «Detrás de Ovidio»: Desear algo en lo desconocido

En el contexto del primer Congreso de la Academia Universalis Poetarum, que reunió a vates de los cinco continentes y fue organizada en la ciudad rumana de Constanza (urbe del exilio del gran poeta latino Ovidio), durante el mes de julio del presente año, fue escrito este libro en comandita, por el mexicano Fernando Salazar Torres y el chileno Luis Cruz-Villalobos.

Por Ángela Gentile

Publicado el 4.9.2023

Me reconstruyo y glorifico en el amor

¡Poetas! ¿Sois conscientes de esta circularidad que nos contiene? Habéis desconocido los siglos, las distancias y espero los epílogos. Habéis escrito y transcripto e ingresado al espacio de mis palabras desprovistos de dioses.

¡Poetas! ¿Acaso disfrutáis en desglosar mi historia? Os recomiendo realizar abluciones ¡Oh, mis queridos seres impuros, artífices de cenizas! Nadie os perdonará; excepto yo, hombre educado en las artes políticas, en el mundo griego donde me llamaban poietes.

En el valle de Gizio, en mi Sulmona, viví intensamente y me fue dada la misma luz que os abraza. Hoy, 2 mil años después nos encontramos reunidos en el mismo tiempo de lectura. Estoy convencido de que algo de mí irá siempre con vosotros.

Uno se ha envuelto en mi túnica; y el otro, ha esgrimido el cálamo abandonado en mi apresurada partida de Roma:

Soy el Ovidio cervantino, shakesperiano, hispano,
Soy Ovidio, nasarino, compañero de Sancho
y lector de mí mismo en los márgenes de Pontus Euxinus,
ajeno a Roma, cercano al verso que mide el tiempo.
¡Qué más quieres de mí! ¡Augusto, el César vendido!

Recuerdo que mientras me alejaba hacia los confines del Imperio, repetía sin cesar y sin César: «Due crimini mi hanno perduto, un carme e un errore: di quest’ultimo debbo tacere quale è stata la colpa».

He dejado indicios para regresar en lecturas y continuar hacia la eternidad. Perdonad la digresión, regreso a vosotros poetas de continentes desconocidos. ¿Por qué escribís sobre mí? ¿No teméis cometer hybris?

Sabed que mientras recorría por última vez la Vía Appia hacia el puerto de Brindisi, me transformé en misterio hasta llegar al Mar Negro no como exul sino como relegatus:

Un relegado no es peregrino.
Hoy estoy lejos de mi hogar, de mi cielo,
de mi amada Corina, que tiene sus brazos vacíos.

Os digo que estos epigramas me asombran; no obstante, me reconstruyo y glorifico en Amor, ese dios pagano e indeciso y en la palabra que me lleva por el sueño hacia mi destino.

 

La antípoda clara del nacimiento

Nacido dos décadas después de Virgilio y varios siglos antes de estos dos poetas americanos; y habiendo superado las críticas de por qué decidí desarrollar el mito de Faetón en el segundo libro y no poder debatir sobre la fluidez de mi estilo, gozo de lo importante: saber que los grandes temas que me han conmovido se renuevan en otra pluma:

Asimismo la muerte, puede afrontarse como la detención del pasado y del futuro, no como el fin de la vida sino como la antípoda clara del nacimiento.

¡Oh, poetas!

Desear algo que no se ha conocido, es desear algo en lo desconocido que sí se conoce.

Estas líneas me recuerdan que vivencié la ausencia, el olvido, la distancia, el abandono y la pérdida; y entonces escribí Epistulae heroidum intuyendo que:

En el corazón del corazón ha sido plantada eternidad e infinito.

La humanidad desea salvación y la alcaldía de Roma se humanizó. Luego de dos mil años han revocado mi exilio a «relegatio»:

riconoscendo la riabilitazione del poeta e restituendo allo stesso la libertà, la dignità civica e l’arte universale nonché al coinvolgimento delle nuove generazioni alla conoscenza del percorso di vita del poeta al fine di favorirne la partecipazione attiva alla cerimonia di assoluzione.

A ellos se les debería recordar que mis huesos nutren la tierra de Tomis aromados con hojas de amomo; y que aún laten y han conmovido a dos poetas de comarcas exóticas: México y Chile para regresarme en palabras.

¡Poetas! Trashumantes de silencios, han escrito epigramas y poemas cerca del mismo mar que albergó mi mirada.

 

Mors Amoris (De cómo Ovidio habla desde la muerte)

Fernando Salazar Torres

 

I
¡Cuánta oscuridad, Corina! Las luces arden de siglos
en esta cárcel donde fui puesto por mi amor a ti.

 

II
Augusto Cayo Julio César, ¿que por qué la Historia
me recuerda más que a ti?
La Justicia es hermana de la Memoria.

 

III
Mis versos prodigan más allá del Imperio Romano
en todas las lenguas que mi latín escribió.
¿Y tú, Augusto? ¿Dónde está tu legado?

 

IV
Un día llegué vivo a Dacia, hoy todos buscan mi tumba.
Abre cualquier verso hispano y ahí escucharás mi voz,
escribí del amor, relegado, donde ahora mi sombra
revive mis días infaustos, lector. No temas, no estoy vivo.

 

V
Soy el Ovidio cervantino, shakesperiano, hispano,
Soy Ovidio, nasarino, compañero de Sancho
y lector de mí mismo en los márgenes de Pontus Euxinus,
ajeno a Roma, cercano al verso que mide el tiempo.
¡Qué más quieres de mí! ¡Augusto, el César vendido!

 

VI
Octavio, durante mi largo exilio el mar nunca dejó de tintinear,
de día el reflejo del cielo me iluminaba, ¿me oyes, Octavio?
De noche subía al faro de mi alma para buscar la luz,
y no había, nada, ni luz de día, ni luz de noche,
sólo el largo mar sonaba en mi exilio, ¿me oyes, Octavio?

[…]

 

Nobilis phrases (Poemas en prosa desde Ovidio)

Luis Cruz-Villalobos

 

I
BEATUS VIR, QUI CONTRIVIT VINCULA MENTE LAEDENTIA.
FELIZ ES EL HOMBRE QUE HA ROTO LAS CADENAS QUE LASTIMAN LA MENTE.

Es pleno aquel, libre, esbelto en su humana esencia, que se ha indignado, con rutilante ira, contra sus cadenas lastimosas, aquellas que atrapaban su corazón, que enjaulaban sus alas invisibles y no lo dejaban ir más allá del dolor y de la noche que parecía infinita.

 

II
GUTTA CAVAT LAPIDEM NO VI, SED SAEPE CADENDO.
LA GOTA HORADA LA ROCA, NO POR SU FUERZA SINO POR SU CONSTANCIA.

La bajeza y fragilidad aparente del agua, alza su grandeza cuando pequeña y persistente no se rinde y comienza a deslizarse por la grieta que termina derrotando a la más dura indolencia.

 

III
NAUFRAGUS ANTE PLACIDAS UNDAS QUASSAT.
EL QUE HA NAUFRAGADO TIEMBLA INCLUSO ANTE LAS OLAS TRANQUILAS.

La memoria puede ser nuestra más amable amiga, pero también nuestro más cruel verdugo. No le basta que la muerte nos roce el rostro y el alma, también le acomoda venir a anunciarnos una y otra vez que la muerte anda rondando. Pero no olvidemos que el trauma, la memoria dañada por el miedo insurrecto, también está allí para cuidarnos.

 

IV
VIVE SINE INVIDIA ET SINE VOTIS, QUAM CUM PACE IUCUNDA PER MULTOS ANNOS, IN AMICITIA TUA CUM ISTIS.
VIVE SIN ENVIDIA Y SIN DESEAR MÁS QUE TRANQUILIDAD GOZOSA MUCHOS AÑOS, EN AMISTAD CON TUS IGUALES.

La envidia envenena la piel, carcome la sangre, nos deja sin el brillo del amor verdadero por los que caminan como iguales sobre esta tierra. El corazón debe palpitar humilde, alegre y sencillo, sin mirar con malicia al que canta más hondo o más alto, pues somos parte de un mismo mar, misterioso, anhelante.

 

V
PARVA VIRTUS EST DE ALIQUIBUS RETICERE; LOQUITUR AUTEM DE EO QUOD TACENDUM GRAVISSIMA CULPA EST.
PEQUEÑA VIRTUD ES GUARDAR SILENCIO SOBRE ALGUNAS COSAS; MAS HABLAR DE LO QUE DEBIERA CALLARSE ES CULPA MUY GRAVE.

Procura siempre, antes de hablar, que tus palabras sean más importante que el silencio, decía una lápida en el cementerio de mi cuidad de infancia. No lo he olvidado, por eso la poesía ha sido mi emblema, pues es un canto callado, silenciosas palabras que quedan sobre las hojas y que sólo en el momento oportuno y al corazón requerido se abren para no callar lo indispensable.

 

VI
SUPPRESSO LUCTU SUFFOCAT. INTRA PRAECORDIA FURIT ET VIRES SUAS MULTIPLICARE COGITUR.
EL DUELO SUPRIMIDO SOFOCA. HACE ESTRAGOS DENTRO DEL PECHO Y ESTÁ FORZADO A MULTIPLICAR SU FUERZA.

La emoción está ahí para anunciar que algo se mueve bajo las rocas. La emoción está ahí, sea cual sea, para ser escuchada y expresada del modo adecuado. Si el sentir se sofoca, si no se le deja libre su cauce, se transforma en magma que puede arrasar con la aldea o con quien contenga su fuego.

 

*Si desea adquirir una copia de este libro en versión impresa,  puede acceder al siguiente link.

 

 

 

***

Ángela Gentile, nació en Berisso, Argentina. Profesora de lengua y literatura española e italiana es Premio Nacional de Literatura (del Ministerio de Educación y Justicia de La Nación) para el bienal 1985 – 1987.

 

Detrás de Ovidio (Hebel Ediciones, Colección Cuadrá-Tú, 2023) Fernando Salazar Torres y Luis Cruz-Villalobos

 

 

 

Ángela Gentile

 

 

Imagen destacada: Hebel Ediciones.

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