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[Crítica] «Gol gana»: El fútbol como una metáfora de la vida

El argumento del filme del realizador Taika Waititi se basa en la historia del entrenador neerlandés Thomas Rongen, quien interpretado por el actor Michael Fassbender, fue contratado por la Federación de Samoa Americana para que entrenara a su equipo nacional de balompié y lo convirtiera en una escuadra competitiva a nivel continental.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 10.12.2023

La última realización del director neozelandés Taika Waititi (1975), Gol gana (Next Goal Wins, 2023) se acaba de estrenar en las salas de cine nacionales. El largometraje se encuentra basado en acontecimientos ocurridos en Samoa Americana, después de que la selección de fútbol de dicho país perdiera con Australia 31 a 0, en un partido válido por las clasificatorias mundialistas de Japón – Corea 2002.

De este material se creó un documental llamado Next Goal Wins (2014), de Mike Brett y Steve Jamison, del cual este filme toma el título y gran parte de la trama.

En efecto, el relato de la obra se centra en las acciones del entrenador neerlandés Thomas Rongen, quien interpretado por el actor germano irlandés Michael Fassbender, fue contratado por la Federación de Samoa Americana para que entrenara al equipo de fútbol y lo convirtiera en una escuadra competitiva a nivel internacional.

Así, la oncena oceánica dejaría de ser considerada el peor conjunto del mundo. En esta travesía lo acompañará el alcalde de la isla, Tavita (Oscar Kightley) y los jugadores a los cuales debe levantar la moral y el juego. En especial, el hijo de Tavita, Daru Taumua (Beulah Koale) y Jaiyah Saelua (Kaimana).

La llegada de Rongen a la isla y su interacción con los nativos que conforman la selección y los pocos habitantes del lugar, es lo que desarrolla el argumento de esta narración audiovisual.

Por un lado, ellos tienen una filosofía de vida que el entrenador no entiende (o que tiene pocas ganas de comprender), y por otro, el seleccionador de origen neerlandés carga con una furia que no puede controlar y que es síntoma de un profundo desgarro interior, que el relato sugiere estarían en la fracturada y tormentosa relación con su exesposa Gail (Elizabeth Moss).

 

El segundo tiempo

La película desde el inicio no esconde su tono de comedia que en este caso resulta de los caracteres tan distintos entre la amargura del entrenador y el optimismo de los lugareños. Ambos están ante un gran problema, sus evidentes fracasos. No obstante, los jugadores y habitantes de la isla tienen la fe y la fuerza de sobreponerse. En tanto, el seleccionador parece no querer superar su conflicto interno.

El tono mordaz que suele mostrar Taika, esta vez se ve contenido. A pesar de esto, el director se las arregla para reírse de los tópicos que se espera de una película de deportes. Y, sin embargo, en el intertanto, la filosofía deportiva va ayudando a formar el carácter de los personajes.

La figura de Tavita, en este caso, juega el rol de sacar de ese ensimismamiento a Rogen, a la vez que también lo hace dar lo mejor de sí para conectarse con su equipo y lograr los propósitos impuestos. Así el filme se acerca de manera irónica a esos textos de autoayuda y superación, pero con tono de cultura isleña de Oceanía.

Entre medio, chistes sobre el choque cultural, sobre películas que están en el imaginario de los personajes y que sirven para delinear los parámetros en los que se mueve el filme. Cintas como Karate Kid, Matrix o Taken se citan en forma burlona para aludir a los objetivos del largometraje. Aunque con el desarrollo del relato, ese humor cede protagonismo para que aparezca el corazón de la historia que emerge de forma conmovedora.

Comedia con tintes dramáticos que no esconde su vocación humanista, presente en el retrato audiovisual de estos perdedores que se unen para superar sus descalabros personales. Taika Waititi hace un relato amable y emocionante, que entretiene con un humor mucho más convencional de un autor que suele ser más corrosivo.

Hacia el final, queda ese consejo, como tantos otros, que Tavita da a Rogen: «El futbol es como la vida. Puedes ir perdiendo el primer tiempo pero siempre queda el segundo tiempo». O como dicen otros, segundas oportunidades que entrega la existencia no se deben nunca dejar pasar.

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó en 2017 el libro Versos y yerros.

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Gol gana (2023).

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