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[Crítica] «La torre de babel»: Los miedos se llevan adentro

En la poesía del autor chileno y maulino Diego Cancino el desencanto es tratado con belleza y una sutil delicadeza, haciendo de esta forma que el dolor, y sobre todo el temor, no alteren la vida del ser, más allá de que nos acechan en el transcurso del total de la existencia.

Por Cristián Brito Villalobos

Publicado el 1.10.2022

Uno de los cuestionamientos más recurrentes de nuestra existencia es precisamente el final de ésta; la muerte, que flota en estos poemas como una sombra que permanentemente amenaza con oscurecerlo todo. En este sentido, la existencia suele ser a veces un camino triste y desolado por el cual el poeta transita a través de versos que dejan una estela de cuestionamientos en el ambiente.

La torre de Babel en obra gruesa, de Diego Cancino (Cauquenes, 1957) publicado este año por Editorial Letalia posee fuerza y desesperanza: «Solo la sonrisa que parte en dos el espinazo/ puede curar las cicatrices del futuro», se lee, y es que, a pesar de lo lúgubre de este volumen, existen en él destellos de esperanza que se sostiene a tientas del abismo.

En el transcurso de la vida nada está escrito. Es el hombre el que azarosa o intencionalmente pavimenta el sendero por el que transitará. Algunos de estos poemas tienen una cercanía con la lírica Rokhiana en cuanto a la desolación que lo envuelve, la misma que la Mistral describe en ese hermoso libro homónimo.

 

La vulnerabilidad expuesta

De esta forma, el amor es incierto y depende de muchos factores para que germine: «si me dejas/el cielo te tapará la boca con espinas», nos dice el poeta, en una declaración de principios sobre la locura que envuelve este extraño, violento y profundo sentimiento.

El Dios como creador del universo y de nuestra especie es cuestionado por la ciencia a través de poemas filudos y directos: «Dios solo sabe de respuestas, /el hombre, sin embargo, de sol a sol / los escudriña todo y se pregunta».

La poesía de Cancino avanza con un tono habitual, en donde el desencanto es tratado con belleza y una sutil delicadeza, haciendo de esta forma que el dolor, y, sobre todo el miedo, no altere la vida del ser, pero el miedo, como sabemos, lo llevamos adentro: «El miedo a veces cabe en una mano, /en el puño mal nutrido que siembra», nos susurra el vate.

En efecto, lo lúgubre y lo incierto son conceptos tratados en este volumen donde nuestra vulnerabilidad se expone: «He descubierto que no necesito ojos /para ver /que todos los caminos /conducen la cueva /desde la cual solo se ven sombras/ que sueñan que están vivas».

Así, La torre de Babel… es un poemario necesario y muy recomendable.

 

 

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Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado en la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«La torre de babel» (Letralia y FBLibros, 2022)

 

 

Cristián Brito Villalobos

 

 

Imagen destacada: Diego Cancino.

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