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[Crítica] «La vía de la narración»: El campo de energía producido en el alma

El autor italiano Alessandro Baricco entrega una obra de bolsillo maravillosa, que no se agota ni siquiera tras las primeras relecturas, ya que sirve de punto de partida para la reflexión y acaba postulando la posibilidad de enseñar a fortalecer la voz o de contagiar la práctica escritural como un camino en el sentido más profundo, en la misma dirección en la que el zen o la rutina de un leñador pueden ser un atajo hacia la plenitud.

Por Alfonso Matus Santa Cruz

Publicado el 10.8.2023

Son criaturas casi indescifrables, caprichosas, desiguales o magníficas, cuyos destellos capturan nuestra atención y quedan orbitando nuestra memoria, ofreciéndonos algún secreto o cierto reflejo vital que nos ayuda a habitar este exceso de realidad por el cual transitan nuestros días.

Esas criaturas son las historias. El arte de narrarlas ni siquiera es un secreto a voces, ya que sus fórmulas son tan diversas como las formas de los copos de nieve, aunque Hollywood o las fábricas de bestsellers nos quieran hacer parecer lo contrario.

Sin duda es preferible leer o escuchar a uno de sus maestros tratar de desentrañar en qué consisten, cómo brotan de improviso, qué elementos las constituyen. Así como el correlato del relato a una esfera y la novela a un árbol, o la analogía cortazariana con el box: un relato debe ganar por nockout y una novela por puntos.

De esta forma, siempre es preferible aprender de los practicantes de un oficio, y qué mejor que cuando un maestro de la disciplina se detiene a pensar el arte de la narración y trata de sintetizar sus aprendizajes de la forma más clara y evocativa posible.

Esto es lo que ocurre con el pequeño libro del consumado narrador y ensayista italiano Alessandro Baricco (Turín, 1958), La vía de la narración, texto reelaborado de una lección inaugural que ofreció sobre su práctica narrativa y pedagógica en la Scuola Holden el 2021, publicado por la editorial Anagrama con traducción de Xavier González Rovira.

 

Una práctica espiritual

En esta pequeña obra Baricco nos presenta a las historias como teselas concretas de la realidad que de pronto emergen y se ponen a vibrar con una intensidad anómala, que nos captura y permanece en nosotros gracias a la vibración de sus campos magnéticos.

Preciosa ilustración que nos habla de la recursividad y la persuasión de ciertas historias sin las cuales no podemos, pareciera, reposar de la invasión constante de la realidad.

Les comparto la segunda entrada, apenas un párrafo, en el cual nos describe la naturaleza enigmática de este fenómeno: «Una historia es el campo de energía producido en el alma de uno de nosotros por la vibración inesperada de una tesela del mundo. Su génesis puede durar un instante o incubarse durante años. Su tiempo de germinación es un misterio».

Una descripción decantada hasta el máximo posible. Es así como se articula el texto, con párrafos breves o más largos, rara vez sobrepasando la hoja, en los cuales Baricco, como un cirujano en el trance de la operación, desmenuza la arquitectura del arte narrativo con una prosa amena, juguetona en su justa medida, y una claridad que roza la transparencia.

Una de las primeras advertencias que nos hace es la de no caer en la reducción de las formas, en esos principios que quieren enfrascar los tipos de historias en apenas un par de formatos. Para él la diversidad es ilimitada y es el mismo factor que hermana a la narración con la libertad.

Es por eso que dedica un breve ensayo, a modo de intermedio, refutando las recetas reduccionistas de El viaje del escritor, el libro de Christopher Volger, que según él más ha determinado cómo se cuentan las historias desde los 90, tanto en el mercado editorial como en la fábrica del espectáculo hollywoodense.

Luego se dedica a especificarnos en qué consisten y cómo se articulan los tres elementos esenciales de una narración: la historia, la trama y el estilo. Comparto otro pequeño fragmento luminoso sobre esta búsqueda del equilibrio: «Narrar es el arte de dejar andar una historia, una trama y un estilo en el flujo de un único acto. Su propósito es mantener unidos el cielo y la tierra».

Una obra de bolsillo maravillosa, que no se agota ni siquiera tras las primeras relecturas, ya que sirve de punto de partida para la reflexión y acaba postulando la posibilidad de enseñar a fortalecer la voz o de contagiar la práctica narrativa como una vía en el sentido más profundo, en el mismo sentido en que el zen o la rutina de un leñador pueden ser una vía hacia la plenitud.

La narración como práctica espiritual, quizá una adecuada para nuestros tiempos desengañados de religiones y doctrinas foráneas.

 

 

 

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Alfonso Matus Santa Cruz (1995) es un poeta y escritor autodidacta, que después de egresar de la Scuola Italiana Vittorio Montiglio de Santiago incursionó en las carreras de sociología y de filosofía en la Universidad de Chile, para luego viajar por el cono sur desempeñando diversos oficios, entre los cuales destacan el de garzón, el de barista y el de brigadista forestal.

Actualmente reside en la ciudad Puerto Varas, y acaba de publicar su primer poemario, titulado Tallar silencios (Notebook Poiesis, 2021). Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«La vía de la narración», de Alessandro Baricco (Editorial Anagrama, 2023)

 

 

 

Alfonso Matus Santa Cruz

 

 

Imagen destacada: Alessandro Baricco.

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