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[Crítica] «Viaje al este»: Las miserias radicales de un padre

El trabajo de la novelista francesa Christine Angot sitúa a sus lectores en el mundo narrativo del silencio y de la soledad, una cartografía dramática en la cual la familia y el hogar, una vez más, se transforman en los espacios estéticos donde el horror se desenvuelve libremente.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 1.4.2023

Christine Angot (Chateaurex, 1959) es una destacada y polémica escritora francesa. Ha recibido numerosos premios de la crítica en su país tanto por sus narraciones como por sus obras de teatro. Saltó a la fama con su novela Incesto (1999), un crudo y descarnado relato acerca de los abusos que sufrió al interior de su familia.

En su último trabajo continúa con este tema que ha sido central en su vida desarrollando esta vez la voz de una hija que ha padecido los descarnados abusos de un padre que retorna al hogar.

Los relatos autobiográficos siempre parecen llamar la atención de un público inocente y algo morboso. El gusto de meterse a la habitación de quien escribe es siempre atractivo para los lectores. Sin embargo, el relato de la narradora francesa es un crudo testimonio de una vida totalmente atormentada y herida por un hombre, y no cualquiera sino el padre.

Así, la relación que se describe en Viaje al este es una relación torcida, donde la figura de un hombre supuestamente exitoso retorna al hogar para actuar como un monstruo, como una encarnación del mal que se va a encargar de ejercer todo su poder deshonesto sobre una hija.

 

Narrar lo inenarrable

El trabajo de Angot nos sitúa en el mundo del silencio y de la soledad, una cartografía dramática en la cual la familia y el hogar, una vez más se tornan en los espacios donde el horror se desenvuelve libremente. En este sentido, y gracias a la talentosa prosa de la autora, nos damos cuenta la forma en cómo la casa equivale a la prisión y el padre al torturador.

De esta manera, no es menor que, en una multiplicidad de narraciones contemporáneas, este tipo de historias se vayan repitiendo, pues dan cuenta de la doble cara que presentan muchas personas. El juego de este tipo de hombres cosiste generalmente en parecer personas honorables, de buen sentido y casi siempre bondadosas.

Sin embargo, la realidad siempre nos devela la contradictoria condición humana, donde las pasiones más abusivas suelen surgir para dañar a los más débiles.

En este sentido, la obra de Angot se propone narrar lo inenarrable, esas oscuras situaciones que ocurren en los sótanos de las mansiones de la vida diaria, y donde gracias a una envidiable forma narrativa, intenta liberarse de sus propios fantasmas que la han atormentado durante toda su existencia.

Romper el silencio relatando un hecho doloroso, dando cuenta que lo familiar retorna con un rostro desconocido, donde el mal reina y la perversión se encarga de hacer la herida imborrable.

En definitiva, este relato íntimo describe con detalle una vida desgarrada por la perversión paterna, y es una narración valiente y combativa, una trama donde el dolor y la pena dan pie a una literatura que se encarga de develar las cobardías y miserias más grandes de quien debiera ser un protector: el padre.

Un libro que atrae y convoca a una gran variedad de lectores y lecturas, pero sobre nos reúne para reflexionar en torno al abuso de poder y sexual, una situación que se sigue repitiendo al interior de las familias de manera silenciosa.

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«Viaje al este» (Editorial Anagrama, 2022)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Christine Angot.

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