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[Crónica] Premio Nacional de Literatura: Perdió mi candidato

Ahora ganó Ramón Díaz Eterovic, hombre sencillo y a veces tímido, quien silenciosamente llegó a ser Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile y encabezando a los jóvenes narradores (junto a Diego Muñoz Valenzuela y otros) hizo grandes aportes con su trabajo artístico y organizativo.

Por Jaime Hales Dib

Publicado el 26.9.2025

Se eligió al Premio Nacional de Literatura 2025, rompiendo esa racha inconveniente de otorgarlo cada dos años.

La literatura y especialmente la poesía han sido las actividades más reconocidas de Chile a nivel mundial. Mistral y Neruda, seguidos de Gonzalo Rojas, Nicanor Parra y una enorme cantidad de poetas que van siendo premiados en distintos países de Europa y América, forman una pléyade que nos enorgullece.

Recuerdo, así a la ligera, los nombres de Ludwig Zeller, Luis Minzón, Sergio Macías, Jorge Teillier, Rosa Cruchaga, Estela Díaz Varín, Verónica Zondek, Hernán Lavín Cerda, Juan Eduardo Esquivel, Maritza Barreto y muchos más que en México, Uruguay, Estados Unidos, Italia, Francia, España, Inglaterra, Argentina, Cuba, son muy reconocidos.

Como dijeron algunos destacados escritores y comentaristas en aquella espectacular Conferencia Iberoamericana del Libro en Granada (1992), presidida por Julio María Sanguinetti, ser chileno en el mundo es casi sinónimo de ser poeta.

O como preguntó un niño de la escuela de un pueblo mexicano perdido en las montañas llamado Versolillo (porque lo fundó «un señor que escribía versos», me explicó el director de la Escuela) cuando llegamos con varias poetas chilenas a conversar con los alumnos: «¿Allá en Chile todos son poetas?». (Hasta ese día, esos niños pensaban que Gabriela Mistral era mexicana).

Y con los narradores ha pasado algo similar, unos más famosos que otros, unos que me gustan más que otros, pero con reconocimientos que llaman la atención.

De los antiguos Blest Gana, Manuel Rojas, Eduardo Barrios, Mariano Latorre y de los menos antiguos —y más vigentes— nombro en primer lugar a Isabel Allende Llona y sigo con Donoso, Edwards, Bolaño, Lucho Sepúlveda, Walter Garib (muy publicado en México especialmente).

La lista puede ser muy larga y en ella se insertan por supuesto muchos de quienes son reiteradamente postulados al Premio Nacional de Literatura con altísimos merecimientos.

 

Más estatuas y plazas con nombres de poetas

Porque la literatura en Chile, aunque se venda poco, es muy apreciada y el país tiene un sustrato de escritores que merece mejores y mayores reconocimientos, más difusión y más lectura. Un dato: no recuerdo con exactitud la cifra, pero al concurso de becas para escribir una obra literaria llegaron este año 2025, miles de proyectos de escritores nuevos y de los ya antes publicados.

Cientos de evaluadores deben trabajar en esa selección. Obras buenas y no buenas. (No me atrevo a decir malas, porque estoy seguro de que si Cien años de soledad se hubiese presentado al concurso, más de un evaluador la habría rechazado porque no usaba la puntuación adecuada del idioma castellano y su listado de personajes sería confuso).

Entonces, cuando yo postulé a Juan Mihovilovich fue en el convencimiento de que él merece ser premiado. Pero eso no significa que sea el único. He apoyado a otros, por la profusión de su obra, por la calidad de sus trabajos, por la originalidad de su estilo, por la variedad de temáticas y géneros que abordan. Presenté oficialmente en 1998 a Alfonso Calderón y ganó. Otros candidatos míos han perdido a veces para ganar después.

Ahora ganó Ramón Díaz Eterovic, hombre sencillo y a veces tímido, quien silenciosamente llegó a ser Presidente de la Sociedad de Escritores de Chile y encabezando a los jóvenes narradores (junto a Diego Muñoz Valenzuela y otros) hizo grandes aportes con su trabajo literario y organizativo.

Compartimos tareas en épocas duras. Su aporte literario mayor, en mi opinión, es haber desarrollado lo que se llama «novela negra», aunque más bien es novela policial, creando un personaje que se ha hecho popular y haciéndolo en un nivel destacado. Es verdad que muchos lo antecedieron en ese género específico, pero él desarrolló sus obras con una calidad y perseverancia que lo hacen merecedor de reconocimiento.

Perdió mi candidato, pero celebro al premiado. ¡Salud por él!

Y salud por Juan Mihovilovich, Mario Toro, Ana María del Río y todos aquellos que han postulado y pueden volver a hacerlo hasta que algún día lo obtengan.

Salud también por nosotros, los demás escritores que quizás nunca ganaremos ese premio (ni otros, probablemente), pues no somos del gusto de críticos y académicos. Nos queda la alegría de celebrar con los premiados y saber que hay lectores a quienes nuestros textos los conmueven.

Mi biblioteca está llena de autores chilenos, sobre todo poetas, pero también narradores de calidad que tal vez nunca lleguen a ser suficientemente famosos. Pero su obra va quedando en la base de cultivo de una sociedad que algún día celebrará más a sus escritores y creadores que a sus militares, que tendrá más estatuas y plazas con nombres de poetas que de generales o caudillos.

Sueño con que un día en cada ciudad de Chile habrá una plaza de los escritores con placas recordatorios de los poetas, narradores y ensayistas locales. Sueño con que algún día el Premio Nacional, que seguirá siendo anual, se otorgará cada vez a un narrador, a un poeta, a un ensayista y a un dramaturgo.

Chile debe ese reconocimiento.

 

 

 

 

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Jaime Hales Dib (1948) es un abogado formado en la Universidad de Chile, poeta, narrador y profesor.

En 1995 fundó la Academia de Estudios Holísticos SYNCRONIA, luego fue agregado cultural en México durante el gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar. También formó parte del directorio y fue secretario general de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech).

Además, integró el Consejo Nacional del Libro y la Lectura de Chile, participó en la comisión redactora de la Ley del Libro, fundó la Editorial Casa Doce, ha publicado varios textos de su autoría y ha dado recitales poéticos en diversas ciudades tanto de Chile como del extranjero (Francia, España, Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Panamá, Uruguay, Argentina y México).

En la actualidad es columnista y redactor estable del Diario Cine y Literatura.

 

Jaime Hales Dib

 

 

Imagen destacada: Juan Mihovilovich.

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