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«Enamorado de mi mujer»: La irrealidad de las imágenes

Lo mejor del cuarto filme como director del gran Daniel Auteuil -todavía presente en la cartelera chilena- son las interpretaciones dramáticas y ese vaivén entre lo que pasa dentro de la cabeza en llamas del protagonista -todo una ficción que no escatima detalles ni siquiera en los escenarios y se sabe irrealizable-, y el pie a tierra de un encuentro incómodo y casi protocolar. También, la fotografía de Jean Francois Robin.

Por Alejandra Boero Serra

Publicado el 19.5.2019

Daniel Auteuil, uno de los actores más reconocidos del cine francés, en su doble faceta de actor y director, expone en tono de comedia la crisis de la mediana edad.

Daniel e Isabelle, interpretados por Auteuil y Sandrine Kiberlain tienen un matrimonio consolidado y feliz. La típica pareja burguesa que supo construir cierta estabilidad en lo económico, social y emocional.

Pero la casualidad, siempre causal, hace que el encuentro con Patrick, ex de la mejor amiga de Isabelle – un Gérard Depardieu que no necesita de presentación alguna- habilite una cena entre amigos y ponga en jaque la racionalidad y las buenas formas de Daniel.

Cada fantasía tiene su fascinación y su desencanto. Cada una nos trae otro descubrimiento. Ante una mesa bien puesta y unos anfitriones atentos, Patrick presenta a su nueva conquista, toda exhuberancia y exotismo encarnados en Adriana Ugarte, actriz ya conocida por la serie El tiempo entre costuras.

El anfitrión intentará sortear cualquier escollo para refrenar sus fantasías eróticas que incendian su cabeza -todo sucede allí- y el invitado fantasea con imponer su imagen de macho alfa. Emma, la «novia española» -puro estereotipo ante la mirada cosificada de uno y deseante del otro- jugará el rol que se espera de ella: un objeto de deseo y la esposa reaccionará -puro estereotipo, también- sospechando frente a cada palabra y gesto de su marido.

Ante la insubordinación de los sentidos, la torpeza es la coartada perfecta.

En un juego que va de la imaginación activa de Daniel frente a ese femme fatal idealizada y la realidad de una cena sin sorpresas, todos los lugares comunes acontecen. Lo real y lo ficticio se alternan al punto de dejar al espectador dudando, quizás el punto más alto de la película. Después, sólo buenas actuaciones, más que previsibles si tenemos en cuenta que quienes encarnan a los personajes son lo más granado del cine europeo.

Lo mejor, las interpretaciones dramáticas y ese vaivén entre lo que pasa dentro de la cabeza en llamas del protagonista -todo una gran película que no escatima detalles ni siquiera en los escenarios y se sabe irrealizable- y el pie a tierra de un encuentro incómodo y casi protocolar. También la fotografía de Jean Francois Robin.

Enamorado de mi mujer es la adaptación al cine de una obra teatral de Florían Zeller –El reverso del decorado, que como guionista no logró plasmar los matices y la complejidad de un conflicto que ameritaría un enfoque más profundo y menos hollywoodense.

En fin, se trata de una historia que no cuaja como comedia ni como drama soterrado, y el cual no logra jamás aflorar. La fidelidad y la culpa riñen de una manera sosa. Un filme prescindible.

 

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Alejandra M. Boero Serra (1968). De Rafaela, Provincia de Santa Fe, Argentina, por causalidad. Peregrina y extranjera, por opción. Lectora hedónica por pasión y reflexión. De profesión comerciante, por mandato y comodidad. Profesora de lengua y de literatura por tozudez y masoquismo. Escribidora, de a ratos, por diversión (también por esa inimputabilidad en la que los argentinos nos posicionamos, tan infantiles a veces, tan y sin tanto, siempre).

 

El actor Daniel Auteuil dirige y protagoniza «Enamorado de mi mujer» (2018)

 

 

 

 

Alejandra Boero Serra

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: Un fotograma de Enamorado de mi mujer (2018), del realizador francés Daniel Auteuil.

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