Icono del sitio Cine y Literatura

[Ensayo] «Calle Londres 38»: Las estrellas de una justicia distante

En tal vez su obra literaria más ambiciosa, el autor y jurista británico Philippe Sands hace confluir en estas páginas las biografías políticas y criminales tanto de Augusto Pinochet como del oficial nazi Walther Rauff, en la trama de la impunidad que gozaron y en la cual se desenvolvieron ambos personajes, bajo el contexto propio de la singular historia de Chile durante la segunda mitad del siglo XX.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 16.5.2025

La editorial Anagrama en su colección Panorama de Narrativa, ha publicado del escritor y abogado Philippe Sands (1960) la obra Calle Londres 38. Dos casos de impunidad: Pinochet en Inglaterra y un nazi en la Patagonia.

Dos historias que el emisor se encarga de relatar para evidenciar las coincidencias en las vidas de un par de personajes siniestros, Augusto Pinochet y Walther Rauff, que actuaron con total libertad en nuestro país, dejando un legado criminal, y una herida abierta que todavía no cierra.

La experiencia del jurista británico Philippe Sands en materia internacional es tan reputada que fue sondeado para defender al dictador chileno en el caso que estalló en Londres en 1998. Pero, como el mismo jurista narra, lo rechazó pues podía acarrearle un quiebre matrimonial. No obstante, cuando fue requerido para hacer un documento a fin de respaldar la acusación contra Pinochet, no tuvo ningún reparo en hacerlo.

Desde ese momento, el letrado inglés siguió con interés todo el proceso que se transformó en el centro de atención mundial por lo insólito de la situación puesto que nunca se había arrestado a un exgobernante en otro país. De hecho, Sands estuvo presente en las salas en los momentos en que los jueces dictaron las sucesivas sentencias y vuelcos que tuvo el caso.

Este proceso singular, también causó expectativa en toda la esfera jurídica que veía como el derecho internacional estaba cambiando para sentar precedentes en materia de crímenes de lesa humanidad. Además, que se habría una esperanza para todas las víctimas en Chile para obtener algo de justicia y acabar con una impunidad de décadas que ostentaba el tirano devenido, en ese entonces, en senador vitalicio.

Con todo, esta atracción personal por el caso, Sands nunca la abandonó, pues durante el desarrollo, que continuó por más de un año y medio en suelo inglés, no se perdió detalle alguno. Y después que terminó el proceso, con la vuelta del anciano militar al país por razones médicas, siguió interesado en todo lo que rodeó al juicio.

En el intertanto, escribió libros sobre las esquirlas de la Segunda Guerra y los crímenes de los nazis. Y en esa arista, se encontró con la historia de uno de esos asesinos que logró huir a Latinoamérica, que se radicó en Chile, y que jamás pudo ser juzgado en tribunales alemanes: Walther Rauff.

 

Fingir depresión

La idea de Philippe Sands es clara, desde que comenzó a investigar la estadía de Rauff en Chile, se encontró con un cúmulo de información que nunca termina de demostrar de manera fehaciente, la participación de este en la dictadura militar. Aunque el mismo, sí se formó la convicción de que los caminos de ambos criminales (el alemán y Pinochet), sí se cruzaron en más de una vez.

Esas coincidencias de la historia, el abogado británico las expresa muy bien en su libro.

Por un lado, escribe sobre la situación que vivió el dictador en Londres al momento que fue detenido por petición del juez Baltasar Garzón. Por otro lado, relata la vida del nazi que en nuestro país fue cobijado bajo el alero de la justicia y que desempeñó un rol en la represión militar, después del golpe de Estado de 1973.

En la narración sobre el juicio de Pinochet, Sands engancha muy bien los hilos anecdóticos que se dieron durante todo el tiempo que duró el proceso y el pesado lenguaje jurídico que envuelve a las acusaciones legales. Con testimonios de primera mano, el autor inglés logra revivir de manera muy vívida los acontecimientos que se daban entre lo que aparecía a la luz pública y lo que se vivía en la interna de la familia del retirado militar.

Junto con ello, lo esencial de los documentos jurídicos y de los sucesivos fallos que se fueron dando, los explica de manera muy didáctica para que todo tipo de lectores entiendan los enredados caminos de la justicia. En esta instancia, emana su calidad de profesor para hacer sencillo, lo difícil.

De la historia de Rauff es muy interesante como el autor inglés logra entrar en una vida que se volvió casi secreta. Asentado en testimonios, libros y documentos rastrea las huellas del oficial nazi, que llegó a Punta Arenas a vivir, que se recluye en Porvenir, después del intento de extradición por parte de Alemania Occidental que la Corte Suprema nacional denegó.

Luego su instalación en la pesquera de los Camelio. Y de ahí, Sands pesquisa el accionar del exmilitar germano que se expande por los distintos rincones del país.

El resultado es un libro con distintos tipos de narración. En relación al caso Pinochet, se siente como una historia de un laberinto jurídico, en que cada vez que se intenta una salida o hay una victoria, viene una acción que deriva hacia otro callejón. Y como se mueven las distintas fuerzas políticas para lograr sus distintos propósitos.

Bajo este aspecto, la mayor revelación del libro, está en el testimonio de Cristian Toloza, uno de los involucrados directos en traer al anciano dictador, con la excusa del deterioro físico.

Esa tesis creada por él y otros personeros del gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, quienes incluso idearon un informe que hicieron llegar a Pinochet para indicar como debía conducirse en los exámenes médicos, con el propósito de fingir depresión.

Todo ideado en una pequeña comisión del gobierno chileno, que solo trató directamente con un puñado de autoridades del Estado británico.

 

Un personaje de las novelas de Roberto Bolaño

En cuanto a la historia de Walther Rauff, la búsqueda de Sands se llevó en distintos puntos del territorio nacional.

Comenzando en Punta Arenas, moviéndose por Concepción o Santiago, las declaraciones de las personas que decían haber visto o escuchado lo situaban en distintas latitudes: en la Isla Dawson cerca de Punta Arenas, en Colonia Dignidad, en Santiago en la calle Londres 38, en el puerto de San Antonio o en la playa de Santo Domingo, en el campamento de reclusión de Tejas Verdes.

Y las huellas del trabajo del prófugo alemán, el abogado inglés las cree encontrar en el modelo de cárcel construido en Dawson; o en la manera de torturar con que actuaban algunas veces los militares nacionales; o en la forma de exterminio de las víctimas que según testimonios se llevaba a cabo en la pesquera Arauco. Todos parecen ecos de la labor de los nazis en los campos de concentración en Europa.

Y se da una gran paradoja en la búsqueda de antecedentes de Rauff en Chile. Mientras más se avanza tras las huellas del criminal nazi, mientras más testimonios aparecen, su figura se vuelve más inasible.

Como si el exsoldado nacido en el desaparecido imperio alemán fuera un personaje de las narraciones de Bolaño, autor que Sands cita en más de una ocasión, cuya presencia e influencia se percibe en todas partes del suelo dominado por los militares, pero no hay ninguna prueba concreta de aquello.

En algún momento, el mismo abogado londinense comenta que un editor mencionó sobre el escritor chileno que: «las narraciones de Bolaño fueran ‘verdaderas o inventadas’ carecía de importancia, lo único que importaba era su valor literario».

Para luego agregar: «Es una de las diferencias entre la literatura y el derecho, entre las páginas de un libro y la sala de un tribunal, entre un lector y un juez».

Sin embargo, luego de leer las historias recreadas por Sands, surge la duda de lo que fue real o no.

No obstante, también se puede extender a lo que el mismo autor tiene muy presente en el proceso en Londres, pues los jueces, juristas y abogados que intervinieron en el juicio de Pinochet, crearon una jurisprudencia que hasta ese momento no existía, por lo que mucho de lo que leyeron los hombres que finalmente decidieron, eran invenciones basadas en criterios de unos y otros. Todos creyendo tener la razón y todos tratando de convencer con sus argumentos. Nada real, solo otro tipo de literatura.

Todo el mérito de esto es de Philippe Sands que en su narración es muy ameno, para recrear las entrevistas con tantos personajes y traspasar sus testimonios de la manera más fiel en que él los escuchó, al recrear el ambiente vivido en los diferentes momentos de la trama judicial.

Pero también, está su talento natural de escritura, uno muy dúctil, ya que en algunos momentos la historia suena a una cátedra de derecho, en otras se convierte en un relato intimista de un detrás de cámara, en este caso en el reverso de la corte, y en otros momentos, se transforma en un verdadero thriller de suspenso.

La obra está profusamente documentada. Además, cuenta con un anexo que detalla la enorme cantidad de documentos que el autor tuvo en cuenta a la hora de armar los relatos.

Un libro enorme en su producción y alcance, que pese al mal sabor de boca que deja, que es anticipado desde el título, se disfruta de una manera exquisita. Lectura obligada en este territorio tan marcado por la impunidad.

La única razón por la que este libro no tuviese éxito en Chile, es porque los personajes que posibilitaron la vuelta del dictador están en ambos lados del espectro político. Y aún algunos, participando del debate.

 

 

 

 

***

Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó asimismo el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

 

«Calle Londres 38», de Philippe Sands (Editorial Anagrama, 2024)

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Philippe Sands.

Salir de la versión móvil