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[Ensayo] «El loro de Flaubert»: La totalidad confunde

Anagrama reedita este texto inclasificable, escrito por el autor inglés Julian Barnes con una originalidad apabulladora y un estilo sublime, que deja la sensación de entrar —a través de sus páginas— a una pequeña obra maestra.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 18.6.2025

El año 2024 la editorial Anagrama, en su Colección Compactos, ha reeditado El loro de Flaubert (Flaubert’s Parrot, 1984) de Julian Barnes, uno de los libros más sui generis de la llamada generación Granta, noveles escritores ingleses que despuntaban en los años 80 en su terruño.

Así, este último movimiento se trata de un grupo integrado por escritores de la talla de Ian McEwan, Salman Rushdie, Kazuo Ishiguro, Martin Amis, Graham Swift, entre otros.

La trama del libro es bastante sencilla. Geoffrey Braithwaite, un médico inglés, ya mayor, casado con hijos, erudito aficionado, un tanto obsesionado con la figura de Gustave Flaubert y Madame Bovary, llega a Ruan, Francia, tras las huellas del afamado escritor francés.

En un museo dedicado a la figura del intelectual galo, encuentra un loro disecado que habría sido el ave que Flaubert tenía en su escritorio, para inspirarse en su gran cuento, Un corazón sencillo. Luego de terminar el relato, el autor lo habría devuelto a la galería de exhibición.

Sin embargo, el protagonista visita en la misma ciudad, otra institución dedicada a Flaubert, con objetos de su propiedad, y encuentra otro loro disecado, que también es presentado como el animal que usó de inspiración en su escritura.

Ante este misterio, Geoffrey comienza su propia investigación para saber cuál de los dos loros es el que efectivamente estuvo en la mesa del creador francés y que sirvió para impulsar su historia.

Este comienzo intrigante, da pie a Barnes para desarrollar un texto único en el cual se mezcla la ficción de las andanzas del protagonista por desentrañar el enigma, la historia biográfica que se presenta de Flaubert y reflexiones en torno a la literatura.

Con todo, por momentos es un libro de ficción; en otros instantes, un libro biográfico; y en otros pasajes, un ensayo literario.

 

El estilo es la fidelidad del pensamiento

Esto es solo una categorización de una novela absolutamente singular, en la que destaca, sobre todo, lo bien escrita que está. La técnica que despliega Julian Barnes en su tercera obra de ficción pasa por la fragmentación, la experimentación y la erudición, pues se desenvuelve de formas muy disímiles en el relato, sin perder la amenidad.

Después de la presentación de lo que será la búsqueda del verdadero loro, cada capítulo se plantea de manera única. De este modo, existe un fragmento donde el autor resume la vida de Flaubert en modo de cronología, año por año, pero lo hace desde tres puntos de vista distintos.

En otro capítulo, crea un bestiario, con todos los animales que aparecen en la vida de Flaubert, tanto en sus escritos como en su historia biográfica. Y en otra gran sección, el narrador se transforma y aparece Louise Colet, la amante por años del escritor, quien relata en primera persona su relación con él. Además de un apartado de términos tipo diccionario, con palabras asociada a la vida y obra del autor francés.

Todo este cúmulo de información y de reflexiones está hecho para entender de mejor forma la figura y obra del autor nacido en Normandía. Y las elucubraciones llegan a tal nivel, que también el narrador discurre de lo que no fue:

«No es sólo la vida que conocemos. No es sólo la vida que se ha conseguido ocultar. Es también la vida que no se vivió».

Así, en esta totalidad de la exposición de la vida de Flaubert, el lector incluso encontrará momentos donde el narrador convierte el texto en una suerte de poética, donde tiene interesantes propuestas en relación a la literatura:

«El estilo esta en función del tema. No se le puede imponer estilo al asunto, sino que debe surgir de él. El estilo es la fidelidad del pensamiento. La palabra correcta, la frase verdadera, la oración perfecta están siempre ‘ahí afuera’, en algún lugar; la tarea del escritor consiste en localizarlas por cualesquiera medios que estén a su alcance».

Después, y mientras el libro más se adentra en la vida de Flaubert, más difícil es entender al personaje y su creación. En este afán de abarcar todas las aristas sobre el autor, de hacer un retrato exhaustivo de él, tanta información tiende a confundir. Por lo que la pregunta obvia queda en el aire: ¿es necesaria toda esta información para entender al artista que hay detrás de Madame Bovary? Y el mismo narrador responde: «La totalidad confunde».

Esa ironía tan inglesa se siente en el fondo de la obra.

De esa forma, y en un texto inclasificable, escrito con una originalidad apabulladora y un estilo sublime, queda la sensación de entrar a una pequeña obra maestra. Y el mismo estilo de Barnes se esfuerza por estar a la altura porque el mismísimo Flaubert se lo merece.

 

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó asimismo el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

 

«El loro de Flaubert», de Julian Barnes (Editorial Anagrama, 2024)

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Julian Barnes en 2019.

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