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[Ensayo] «Short Cuts»: El maestro del realismo sucio

El volumen está compuesto de nueve textos seleccionados, en su mayoría, desde las colecciones de cuentos que el autor estadounidense Raymond Carver publicó en vida: «¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?» (1976), «¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?» (1981) y «Catedral» (1983).

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 31.10.2025

Hablar del escritor norteamericano Raymond Carver (1938 – 1988) es hablar de uno los grandes maestros de la literatura contemporánea. Y en especial, del cuento, género que cultivó durante su vida, además de la poesía, y que le valió el reconocimiento unánime.

Carver murió muy pronto, en 1988 a la edad de 50 años, por lo que todo lo que es posterior a esta fecha, se asocia con lo que sus herederos hicieron con su legado literario. Incluido el texto Short Cuts publicado en 1993, y traducido al castellano como Vidas cruzadas.

La editorial Anagrama ha publicado en su Colección Compactos la cuarta edición en español de esta antología, que recoge, tal vez, lo mejor de sus narraciones breves.

Son nueve textos seleccionados, en su mayoría, de las colecciones de cuentos que Carver publicó en vida: ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1976), ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor? (1981) y Catedral (1983). Asimismo, el volumen concluye con el poema «Limonada» de su colección de poesía Bajo la luz marina (1988).

El libro es una muestra del estilo que el narrador norteamericano cultivó, y conocido como «realismo sucio»: una forma de narrar escueta, sin adornos ni rodeos, sobria y minimalista que buscaba retratar de la manera más precisa la problemática realidad.

Y en el caso de los autores norteamericanos las situaciones más acuciantes de las personas comunes: la estrechez económica, el alcoholismo, la drogadicción, la infidelidad, el desamor, la soledad, la marginalidad, etcétera. Lo que se ha conocido como el lado B del «sueño americano».

Los relatos de Carver, a través de su concisión y configuración, tienen la capacidad de transportar al lector a situaciones cotidianas, muy reconocibles, anidadas en el inconsciente de muchos seres humanos.

 

El ojo implacable

¿Quién no ha sentido la necesidad de hurgar en los secretos íntimos de la casa de al lado como en «Vecinos»? ¿Quién no se ha sentido ofendido al escuchar un comentario negativo contra la persona que estima como en «No son tu marido»? ¿Quién no se ha sentido examinado por un pasado que no puede cambiar pero que cuesta aceptar como en «¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor?»?

En esta cotidianidad tan palpable, tan cercana, el ojo implacable de Carver descubre una rendija, un minúsculo intersticio, un aspecto no predecible y hunde el estoque de manera pulcra y serena produciendo en el lector una incomodidad, un desasosiego en su espíritu pues el relato en algún punto cobra otra dimensión, de manera inesperada, pero irremediable.

Y en los personajes se va produciendo una condensación de emociones que se traslada hacia los elementos habituales que ellos suelen manejar como un pastel, una aspiradora, unas vitaminas que se transforman en un símbolo de la desilusión, la desesperanza o la decadencia de una sociedad sin norte.

Y pese a este callejón sin salida en el que encierra a sus personajes, se aprecia cierto cariño, cierto amor que nace de sus acciones, de sus fracasos, de su empeño en salir adelante aun cuando todo está en contra. Y eso se percibe en estos finales abiertos, sintéticos, que llevan su escritura a un nivel superior, que muy pocos autores logran.

El texto tuvo su versión cinematográfica, muy aplaudida en su momento, a cargo de Robert Altman. Eso sí, el director angelino se tomó ciertas licencias con el propósito de acomodar historias e individuos para dar un gran fresco de la ciudad de Los Ángeles, entrelazando todas las tramas de los cuentos de Short Cuts.

La película se aproxima bastante a la dimensión que logra el narrador norteamericano con sus personajes. Sin embargo, se percibe un cinismo más profundo y mayor desafección por estos en el filme.

El libro es una excelente forma de acercarse a la narrativa del gran Raymond Carver junto con dar un paseo por esa sala de espera al infierno, que es la cotidianidad de la clase media, devenida en una realidad atosigante.

Con todo, el título original Short Cuts significa en español «atajos», en un término que simboliza muchas de las absurdas decisiones que toman algunos personajes para salir de sus problemas ordinarios. No obstante, también alude a estos pequeños cuadros que presentan los relatos como si fueran cortes breves de una realidad más amplia y abrumadora.

Pequeños arañazos que desangran al ser humano en su lucha por sobrevivir en un océano de mediocridad, rutina y «vidas cruzadas».

 

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó asimismo el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

 

«Short Cuts», de Raymond Carver (Editorial Anagrama, 2025)

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Raymond Carver y la poeta Tess Gallagher.

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