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[Ensayo] «Storni & Pizarnik»: La revuelta femenina

En este nuevo libro del autor chileno Luis Cruz-Villalobos las creadoras argentinas Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, ambas suicidas, adquieren el protagonismo sugerido por el título en condición de emisoras y de receptoras de un arte poético crítico e insatisfecho ante la existencia.

Por Claudio Rodríguez Fer

Publicado el 14.4.2025

El poeta Luis Cruz-Villalobos (Santiago de Chile, 1976) es un intelectual caleidoscópico absoluta y profundamente abierto a la alteridad en su poesía y en su vida.

Así lo atestiguan en su obra sus dialógicos poemarios en sintonía con tradiciones y autorías de Oriente y de Occidente, frecuentemente traducidos a muy diversos idiomas, y así lo demuestran en su vida su formación académica y sus actividades psicoterapéuticas (se doctoró en filosofía en la Vrije Universiteit Amsterdam, especializándose en psicología clínica, afrontamiento postraumático y hermenéutica aplicada).

Pero a ello hay que añadir su no menos dialógica labor como director del diario de crítica cultural Cine y Literatura y como fundador y director de Hebel Ediciones o como coeditor de la editorial neoyorkina Cross-Cultural Communications.

No es de extrañar, pues, que, en justa correspondencia a esta apertura, haya obtenido reconocimientos internacionales, como el Premio y la Medalla Eminescu de la Academia Internacional Mihai Eminescu y el doctorado Honoris Causa de la Academia Tomitana de Rumanía.

En efecto, su nutrida producción poética abunda en encuentros, a menudo dialógicos, con todo tipo de entidades, desde Dios (Poesía teológica) hasta las víctimas de la represión dictatorial en Chile (Damnatio memoriae. Poemas y no-poemas del horror), pasando por filósofos como Heidegger (Ser tiempo) o Cioran (Con Cioran) o por artistas como Giacometti (On Giacometti).

Yo mismo puedo dar fe directamente personal de su inmersión lírica en mundos ajenos pero afines a partir del poema que escribió, en condición de «exégeta alado», a partir de la poesía de José Ángel Valente, que comienza así:

Me han presentado
a un poeta muerto
—pero vivo aún
de alguna forma—

brillante como un relámpago
y que dejó su trueno
sobre las hojas.

Luis Cruz-Villalobos parece, pues, sentir la necesidad de asimilación e incluso de fusión poética con entes o con obras que le causaron especial impacto, pero también con las materias de lectura y de estudio que frecuentó, como ocurre, respecto a su formación profesional, en su Diccionario poético de psiquiatría (escrito en colaboración con el psiquiatra y poeta español Luis M. Iruela).

Respecto a la mística islámica, en su oratorio Del corazón nuevo y final, o, respecto a la espiritualidad de Extremo Oriente, en sus Melodías orientales (ilustrado por acuarelas del pintor español Miguel Elías).

Además, a la interculturalidad políglota de sus numerosos libros editados en más de una lengua, hay que añadir el interdisciplinar diálogo interartístico, como ocurre en las pictopoéticas Melodías orientales citadas y en Phos (ilustrado con imágenes del fotógrafo alemán Claus Terlinden).

Incluso un solo cuadro pudo inspirarle todo un poemario, como es el caso de Stańczyk: Poema narrativo de un serio bufón, basado en el peculiar retrato de un bufón realizado en el siglo XIX por el pintor polaco Jan Matejko.

Bien es cierto que su asimilación de la poesía oriental, particularmente del haiku y del sufismo, y que su diálogo con el pensamiento y con la creación del mundo contemporáneo occidental comparecen de algún modo en buena parte de toda su obra, al margen de que se trate o no de poemarios más o menos monográficos, pero sin duda estos últimos son especialmente característicos de su proceder poético.

 

La ausencia del amor

Pues bien, a este conjunto específico de monográficos acaba de agregar, este año de 2025, el poemario Storni & Pizarnik y otros poemas, en el que, por supuesto, las poetas argentinas Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, ambas suicidas, adquieren el protagonismo sugerido por el título en condición de emisoras y de receptoras de poesía.

El libro, publicado en su Colección Andes por Hebel Ediciones, está prologado por la escritora, también argentina, Magdalena Biota y muestra en portada una significativa foto subacuática y surrealista de N. Evernow.

Storni & Pizarnik y otros poemas comienza con la sección «Entre muertes y amparos» que inicia el poema precisamente titulado «Storni & Pizarnik», evocando el acaso consolador suicidio de ambas poetas:

el miedo
a la noche final
se les hizo leve

pues mayor
les resultaba
el peso de los días.

Mas ya desde el principio se evoca también el doble filo de la poesía, que es también el de la verdad y el de la vida, en contraste con el silencio de la muerte, que es así mismo el de la nada, territorio de la ausencia absoluta porque conlleva también la ausencia del amor:

la poesía
les dolía
y las consolaba

la muerte
finalmente las sedujo
con su silencio

el amor
lo era todo
y sin él nada era algo.

Así, como dice el poeta «la cuerda se cortó» y así, en efecto, «la vida perdió / sus alas». Alas que ya antes de la muerte el patriarcado opresor había tratado de cercenar, provocando la revuelta femenina en: «rojo y arduo florecer de la sororidad», como pone en evidencia el siguiente poema, no en vano titulado «Roja Caperucita».

La poesía de Alfonsina Storni aparece evocada en la sección «Humano corazón» desde su cita inicial: «Bravo león, mi corazón / tiene apetitos, no razón». A ella sigue la más larga sección «Exégesis a Pizarnik», toda una galería de poemas inspirados en versos de dicha poeta que figuran como títulos de las respectivas composiciones.

Pero no solo Alejandra Pizarnik comparece en estas glosas, sino también otra musa del imaginario femenino universal, como por analogía con la actitud de la poeta se recuerda a la protagonista de las subversivas novelas de Lewis Carroll: «Como Alicia, cruza un umbral sin retorno y sus ojos abiertos encuentran un paisaje ignoto».

Con todo, y por si este auténtico homenaje fuera poco, el autor incluyó otra sección titulada «Amando a Pizarnik», iniciada con una larga y desoladora cita de los diarios de la poeta, a quien parece: «increíble que la vida toda sea un concierto de angustias que desemboca en la muerte».

En esta sección, el poeta se entrega a los sentimientos imaginarios, a veces no menos auténticos que los vividos en la llamada realidad, ensayando una especie de partimen poético y amoroso: «Hoy actúo invocándote y construyo mi vida incluyéndote».

Se trata en efecto de una declaración inclusiva provocada por la necesidad «de amar y amar»: «Te requiero para completar mi vida».

Porque la clave es siempre el amor: «Lo que a todos nos preocupa es el amor». Y contra el exilio del amor en el que a veces se sobrevive, propone a la «amada» disfrutar de la «tregua o temporada de felicidad» en la cual verdaderamente se vive.

 

El vacío y el silencio

Ahora bien, la última parte del título Storni & Pizarnik y otros poemas anticipa la existencia de otros tótems poéticos además de las referidas suicidas.

Por ejemplo, en ellos se invoca al buda Siddhartha Gautama en conexión con la cultura hindú de la fatalidad o a los pintores Vincent van Gogh y Marc Chagall en contraste con el sencillo arte del color natural en los pueblos.

Empero, también se citan expresamente un pensamiento pitagórico de Filóstrato sobre el silencio, una declaración de Valéry sobre la nada y una reflexión de Heidegger sobre el absoluto. En consonancia, el autor aplica la fórmula del tópico bíblico «Vanitas Vanitatum» a la nada tras una indagadora meditación metapoética abocada al vacío y al silencio:

Un poema que no se parezca a nada
Que nada explique
Que nada signifique
Que nada de nada de nada quiera decir
Simplemente que sea un poema.

El último poema, titulado «Tango de poeta», es una variación del contenido en su propio libro Entre Hermes y la Reina de los Cuervos. Por fortuna, el autor de un título tan preocupante como el de Teoría de la infelicidad es también autor de otro tan halagüeño como Hombre lleno de flores.

Consecuentemente, en este «Tango de poeta» puede leerse una cifra de lo que Hölderlin llamaba «poeta en tiempo de miseria», como si alguna vez hubiese sido posible habitar otra clase de tiempo para alcanzar la felicidad y la plenitud, siempre humanamente factibles pese a la consciencia de todos sus límites:

Un pobre poeta miserable
Vacío de todos
Pero lleno de sí
Que casi es lo mismo.

 

*Para adquirir una copia de este libro puede acceder al siguiente link.

 

 

 

 

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Claudio Rodríguez Fer (Lugo, Galicia, España, 1956) es un poeta, narrador, autor teatral y ensayista en lengua gallega e hispanista en lengua castellana.

 

«Storni & Pizarnik y otros poemas», de Luis Cruz-Villalobos (Hebel Ediciones, 2025)

 

 

 

Claudio Rodríguez Fer

 

 

Imagen destacada: Hebel Ediciones.

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