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«Entremuros», de Sergio Missana: La idea de una novela total

El nuevo título del escritor chileno es una obra entretenida e inteligente que funciona como una alegoría política: las democracias del continente están quebradas, las desigualdades sociales marcan la pauta y el narcotráfico toma las banderas, pero pese a lo horroroso de lo que se vive, se observa y se respira, los personajes abren una ventana para la esperanza, no bajando los brazos, y creyendo que dentro de esos océanos de miseria aún la vida puede volver a limpiarse.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 12.6.2019

De un tiempo a esta parte la literatura chilena está dejando de lado los relatos de autoficción. Cuando existía una sobre abundancia de historias del yo, y todo hacía presagiar que nada cambiaría, se instaló una camada de narraciones delirantes en donde mirarse el ombligo dejó de estar de moda.

Dentro de este proceso podemos enmarcar la excelente novela Entremuros (Hueders, 2019) de Sergio Missana. Con una prosa aguda y detallada, el autor de El invasor retrata una ciudad latinoamericana azotada por una bestial guerra entre distintos clanes. El descontrol es tal, que las autoridades, débiles y desprestigiadas, son incapaces de ponerle fin a una ola de violencia que bulle como un volcán en erupción.

Bajo este caótico y barbárico contexto, una joven mujer es encontrada muerta con un balazo en la cabeza. La policía, manchada por horribles casos de corrupción, comienza una investigación superficial que no pretende dar señales del asesino. Este es el punto cero de la novela. El kilómetro de arranque. El lugar en donde explota todo. El telón narrativo se abre y emergen personajes que anhelan huir, en una máxima de Kundera: que piensan que la vida está en otra parte.

Un detective, un ex drogadicto y una comunidad de migrantes, además de verse inmiscuidos como juez y parte en todos los hechos de violencia que deambulan por la ciudad, tienen marcas corporales que narran la violencia, en un sentido foucaultiano, el cuerpo como un campo sobre el que también se encarna lo bestial de una sociedad.

No creemos en la categorización de los textos, establecer que un escrito se enmarca dentro de tal corriente deja de lado muchas lecturas que podrían resultar interesantes, por lo mismo, Entremuros se erige como una novela híbrida en donde conviven la distopía, lo político, el testimonio y la novela negra.

Los elementos de ciencia ficción que van apareciendo a lo largo del relato, están mediados por la presencia del Archivo, una especie de dispositivo en el cual habitan los recuerdos de todas las personas que han vivido en esa ciudad. Missana, mediante esta figura, le hace un potente guiño a Blackmirror, cargando al texto de una estructura visual y serial en donde la cultura de la imagen funciona como estandarte.

Una novela entretenida e inteligente que funciona como una alegoría política. Las democracias están quebradas, las desigualdades sociales marcan la pauta y el narcotráfico toma las banderas. Pese a lo horroroso de lo que se vive, se ve y se respira, los personajes abren una ventana para la esperanza, no bajando los brazos, creyendo que dentro de esos océanos de miseria aún la vida puede volver a limpiarse.

 

Joaquín Escobar (1986) es escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor del libro de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017).

Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Entremuros» (Hueders, 2019)

 

 

Joaquín Escobar

 

 

Imagen destacada: El escritor chileno Sergio Missana (1966).

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