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«La casa del espía», de Luis López-Aliaga: Las brasas del horror

El escritor chileno hilvana la narración de su novela —inspirada en el famoso Caso Rocha— con una prosa muy visual, donde es fácil imaginar los ambientes, o como son los personajes, inclusive sus mundos internos, lo cual además de agregar tensión a la historia dramática, se presenta como uno de sus más importantes méritos artísticos y literarios.

Por Cristián Brito Villalobos

Publicado el 29.3.2020

El caso Rocha ocurrido en 2008 fue uno de los hitos policiales más mediáticos y horrorosos ocurridos en el último tiempo. Fue protagonizado por Gerardo Rocha, empresario que contaba con amplios contactos y gozaba del poder que le reportaban las ganancias de su establecimientos educacionales. Según se narra en el volumen, el tipo se codeaba con personajes de altas esferas de poder, desde políticos a empresarios. Era considerado un genio por su astucia y olfato para los negocios. Por ello no dudó en ocupar a la educación como una fuerte fuente de ingresos.

El asunto es que el tipo se obsesionó con su mujer y perdió la cordura ante una posible infidelidad. Se trata de un hombre con una psicología que evidencia ciertas anomalías en su conducta. En el libro que publicó se presentan una serie de pensamientos, dando vida a una suerte de guía de autoayuda, algo que refleja su personalidad. Finalmente, todo acaba en una desgracia donde el horror casi puede olerse.

En La casa del espía, Luis López-Aliaga desarrolla una narración sumamente envolvente. Desde el inicio del libro, el lector se encontrará con una invitación a internarse en la miseria humana, y la oferta, desde el punto literario, parece ser irrechazable. En el texto, el hombre que investiga esta posible infidelidad, Bruno Paravic, es un detective privado con un cierto prestigio por sus apariciones en Sábados Gigantes de antaño y vive gracias a esa remembranza, hasta que Gerardo Rojas lo contacta para vigilar a su mujer, así el investigador encuentra una fuente real de ingresos que le servirá para aliviar su endeble economía.

López-Aliaga hilvana la narración con una prosa muy visual, es fácil imaginar los ambientes, o como son los personajes, inclusive sus mundos internos, lo que, además de poner más tensión a la historia, se presenta como uno de sus más importantes méritos. Estamos frente a una novela que se lee con facilidad, donde interviene una amplia gama de personajes, lo que no es un impedimento para continuar de manera ágil con su desarrollo. Una lectura muy recomendable.

 

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Cristián Brito Villalobos (Antofagasta, Chile, 1977), además de poeta y escritor es periodista titulado por la Universidad Católica del Norte y magíster en literatura de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«La casa del espía», de Luis López-Aliaga (Planeta, 2019)

 

 

Cristián Brito Villalobos

 

 

Crédito de la imagen destacada: Planeta de Libros.

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