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«La otra historia»: Fe y familia

La obra audiovisual del director Avi Nesher -exhibida en Santiago en el contexto de la cuarta edición de Seret, Festival de Cine Israelí- es uno de los estrenos fílmicos de mayor audacia artística y dramática que han podido observarse en la cartelera nacional durante esta temporada (2019).

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 21.12.2019

Estrenada en la más reciente versión de Seret, Festival de Cine Israelí en Chile, La otra historia (2018) es una película sumamente interesante por su propuesta argumental, pero también intensamente compleja por las subtramas que se cruzan y enredan en su camino. Avi Nesher, el director, se concentra, sin embargo, en una sola y trata de sacarle todo el jugo dramático que puede consiguiendo un resultado más que apasionante.

Sigue a dos mujeres. La primera es Anat (Joy Rieger), una judía jaredí que contraerá matrimonio con un músico también jaredí, pero cuyo pasado preocupa a los padres de Anat. La segunda es Sari (Avigail Harari). Ella está al borde del divorcio y quiere quedarse con la custodia de su hijo en lugar de su marido, quien mira con malos ojos su culto a la diosa Asherah.

El abanico de personajes que desfila por la pantalla da pie a un interesante melodrama articulado por la idea de una crisis familiar y otra de fe. Para el realizador telaviví, ambas constituyen las dos caras de una misma moneda y, por lo mismo, a través de su lente los miembros de ambas familias se debaten entre sí, mostrando sus propios claroscuros y complejizando la historia hasta la asfixia. La bondad puede venir desde lo más recóndito del alma humana, pese a sus falencias y errores más evidentes y repudiables, pero su salida no es fácil en lo absoluto. Nesher lo sabe y en los mejores momentos de su película lo consigue de un modo sobresaliente.

Por esta razón, si no fuera por sus excesos narrativos y dramáticos, la película de sería prácticamente perfecta y uno de los estrenos más atrevidos del año. El resultado final, aunque muy lejos de ser olvidable, se siente medio cojo por lo mismo. Acumula argumentos paralelos que enredan y ahogan un debate que necesita más sutileza para andar correctamente. Hablar de la familia sin más ya es complejo, pero mezclarlo con la fe y la redención, hacen que la dificultad se incremente al doble. Al fin y al cabo, quien mucho abarca poco aprieta (pero si nadie se atreviera a abarcar tanto, los cines estarían llenos de películas mediocres).

Por esa razón, cuando La otra historia sigue una línea simple y profundamente humana, resulta catártica y asombrosa. Lo mismo sucede cuando mantiene la imparcialidad sobre sus personajes.

Y esto, hay que decirlo, en buena medida se logra bastante bien, porque su guion es sólido y ninguno de sus personajes es vacío. El trabajo actoral, por lo mismo, es más que sobresaliente y está a la altura de la empresa, sobre todo cuando los giros argumentales no provienen de artificios innecesarios.

La fe, en el lente de Nesher, sin embargo, a ratos se diluye y parece que no lograra dar evidente cuenta de un sustrato metafísico de la misma. Esto, que quizá va en aras de la imparcialidad, repercute en el único punto bajo de la película. Fuera de eso, La otra historia es uno de los estrenos más absorbentes y asombrosos del año.

 

Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance. Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción. También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«La otra historia» (2018)

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: Un fotograma del filme La otra historia, de Avi Nesher.

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