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“Lady Bird”: Un camino circular

Nominada al Oscar a mejor película (que finalmente no obtuvo), la cinta es una comedia dramática que  acierta con diálogos bien logrados y personajes verosímiles, además de situar la trama en un contexto urbano, demasiado cotidiano, y donde el sentido de búsqueda, de transformación, es común a todos los que nos preciamos de mortales, con aciertos y desaciertos, con madurez e infantilismo, con luces y sombras.

Por Francisco Marín-Naritelli

Publicado el 6.3.2018

“De querer ser a creer que se es ya va la distancia de lo trágico o lo cómico”.
José Ortega y Gasset

Christine o “Lady Bird” es una adolescente de 17 años, de Sacramento, que sueña con estudiar Artes Liberales en alguna universidad de la Costa Este, o Nueva York, pero que debe lidiar con Marion, su protectora madre, con quien tiene problemas de comunicación. Esta es la historia de “Lady Bird” (2017, 94 minutos), película escrita y dirigida por Greta Gerwig, y que fue premiada en la reciente edición de los Globos de Oro.

Lady Bird es irónica, creativa, contestadora, inconformista. Vive con su familia en los suburbios de Sacramento, California. Asiste, en su último año, a una escuela católica de medio pelo y aspira a salir de ese “mundo” estrecho, pobre, poco estimulante, a pesar de la falta de dinero y una incierta postulación a becas estatales. ¿Quién no ha querido alguna vez rebelarse contra el orden, la autoridad o la familia? ¿Quién no desea entrar a las Grandes Ligas, si hasta para John Lennon, Nueva York era el mismísimo centro de la cultura mundial?

Pero Lady Bird no es tan solo una joven que transita por los conflictos y vaivenes propios de su edad, que desea experimentar, vivir, y que acusa a su madre “de estar siempre enojada”, sino que representa el desencanto de una clase media enfrentada a las frustraciones y a la falta de oportunidades, temática que la hace a la vez tan universal como íntima.

Hay intuición, por cierto, en clave autobiográfica, de Greta Gerwig. Hay un camino de autodescubrimiento que se afirma a medida que avanza el filme y que tiene como punto culmine la última escena, cuando Christine, luego de revisar unas cartas de su madre, además de una noche de farra y alcohol, se deshace de su apodo, asume su nueva realidad y llama a sus padres. Hay, en especial, una identificación con Marion, llegando a entenderla. La reconciliación ocurre cuando comienza a vivir la adultez, la autosuficiencia, recordando cuando su madre recorría, en auto, las calles y paisajes de Sacramento. Reconocer las raíces, para la protagonista, se hace posible por medio de la distancia y la lejanía con sus seres queridos.

Nominada al Oscar a mejor película (que finalmente no obtuvo), la cinta es una comedia dramática que  acierta con diálogos bien logrados y personajes verosímiles, además de situar la trama en un contexto urbano, demasiado cotidiano, y donde el sentido de búsqueda, de transformación, es común a todos los que nos preciamos de mortales, con aciertos y desaciertos, con madurez e infantilismo, con luces y sombras.

 

Los actores Saoirse Ronan y Lucas Hedges en «Lady Bird» (2017), de la realizadora norteamericana Greta Gerwig

 

Tráiler:

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