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[SANFIC 2022] «Piedra noche»: Un relato íntimo sobre la pérdida y el duelo

El filme del director argentino Iván Fund  —presente en la disputa de la competencia nacional del Santiago Festival de Cine, debido a la participación chilena en su producción— cuenta con la interpretación protagónica del destacado actor local Alfredo Castro dentro de su elenco.

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 18.8.2022

Por obvio que pueda parecer, siempre es bueno recordar que las premisas no son más que eso: puntos de partida. El cine actual nos acostumbra a consumir relatos siguiendo una pauta donde es posible verificar lo que esperamos dentro de tal o cual género.

Por lo mismo, no es raro encontrarse con títulos encorsetados, demasiado ajustados a tal o cual cliché, para que el público respire tranquilo y sienta justificado el precio de su entrada o el valor del servicio de streaming que ha contratado.

Piedra noche desafía esas expectativas y ofrece una historia que busca moverse con fluidez entre distintos géneros cinematográficos, pero con un horizonte claro y audaz: superar su premisa sin olvidarla.

Bruno y Greta han perdido a su hijo Denis. Desapareció en extrañas circunstancias en las cercanías de su hogar en Linda Bay, una playa en la que, según cuentan las leyendas locales, vive un monstruo marino. El lugar, lleno de atractivos turísticos, se ha vuelto mustio para el matrimonio y, por ende, meses después del incidente, buscan vender su casa. Para eso, contarán con la ayuda de Sina, amiga de Greta.

Sin embargo, los rumores del monstruo empiezan a fascinar a Bruno y al vendedor de bienes raíces que se encargaría de la transacción.

 

Entre humanos y monstruos

Piedra noche, dirigida por Iván Fund (Argentina, 1984), antes que una película de kaijus (palabra japonesa para «monstruo»), es un relato íntimo sobre la pérdida y el duelo, así como la magnífica Gojira de Ishiro Honda era una dolorosa rememoración del horror que supuso la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki.

Ambas películas toman un punto de partida fantástico para hablar, no obstante, de dos tipos muy particulares de devastación. En su caso, Fund sabe que el fuerte de su historia está en la fragilidad posterior a la pérdida y en la esperanza desgarradora que sobreviene ante determinadas circunstancias, sobre todo cuando parecen señalar algo posible o, a lo menos, deseable.

Este equilibrio entre la cruda realidad y la fantasía funciona, porque Piedra noche toma en serio su premisa y el dolor de sus personajes. Mal que mal, en el buen cine lo humano se revela tanto en lo cotidiano como en lo imposible y muchas veces, ambas cartas vienen juntas en el naipe.

Ya Steven Spielberg nos lo decía cuando digirió E.T., el extraterrestre en los 80. Al norteamericano le interesaba primero la soledad de Elliot y, en función de ella, la amistad que entabla con el simpático alienígena.

Por supuesto, el espectador también siente cariño por E.T., pero Spielberg despierta ese sentimiento, porque su foco siempre estuvo primero en la humanidad del relato y en el cuidado que tiene por ese niño sin padre.

Fund también focaliza sus energías en sus propios personajes. Entiende, sin embargo, las expectativas de los géneros cinematográficos y, por lo mismo, permite que lo humano se revele dentro de la posibilidad de lo fantástico.

Quizá eso explique el comportamiento que tienen sus personajes, pero también el tiempo que se toma en mostrar sus excentricidades, ya sea con un pescado lleno de espinas, una maleta olvidada o un videojuego.

Piedra noche se compone así de varios retazos que muestran los intentos de convivir con el duelo al tiempo que, por detrás, en la habitación trasera, construye esa posibilidad, aquella salida, que permitiría el camino hacia la sanación.

No cae, por suerte, en sentimentalismos innecesarios. Sí lo hace con cierto espíritu infantil que parece recordar la posibilidad de lo imposible, aun cuando atenace el dolor de lo inmediato y real.

 

 

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Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile), magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética y alumno del magíster en estudios humanísticos por la Universidad San Sebastián.

Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción. También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Felipe Stark Bittencourt

 

 

Imagen destacada: Piedra noche (2021).

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