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Tres buenas razones para leer a Abelardo Castillo, el escritor que enfrentó a la dictadura cívico-militar argentina

La reedición de dos de sus libros de cuentos: «Las otras puertas» (1961, Premio Casa de las Américas) y «Las panteras y el templo» (1976) resultan una buena ocasión para repasar algunos motivos estéticos del arte literario debido al autor trasandino: su militancia en la izquierda sartreana, la inmersión de sus personajes en situaciones límites y la importancia del alcohol en la trama de sus obras.

Por Joaquín Escobar

Publicado el 24.11.2019

Abelardo Castillo (1935 – 2017) no envejece, por lo mismo, editorial Planeta trae esta primavera dos libros de cuentos del autor transandino: Las panteras y el templo y Las otras puertas llegan para quedarse en los escaparates locales, y en Cine y Literatura nos pareció interesante establecer tres motivos para seguir leyéndolo o comenzar a disfrutarlo.

1. Abelardo Castillo fue un escritor argentino atrincherado en la izquierda sartreana. Toda su obra fue un vendaval político que buscaba reivindicaciones sociales en el encuentro de los explotados latinoamericanos. Fundador de la revista El ornitorrinco, luchó contra la dictadura desde los libros y las palabras. Los militares se vieron amenazados y lo incluyeron dentro de una lista negra que incluía a otros escritores de su generación. Invitamos a leer sus cuentos para volver a entender lo que fueron los totalitarismos de la región.

Ahora que en Chile se está viviendo una revuelta político-social que busca -entre otras cosas- desestabilizar una constitución creada durante la dictadura, es necesario ir no solo a los libros de historia, también a la literatura, para comprender los fenómenos desde las plumas de una ficción que se revitaliza en cada una las marchas en que nos encontramos. Más allá de que en estos cuentos la política no aflora en forma directa (como manifestación convencional) hay un trasfondo íntimo que forja un retrato social. 

2. Los personajes de Abelardo Castillo están inmersos en situaciones límites. Transitan por arrabales, bares y calles oscuras de provincias argentinas. En muchos relatos no se pretende documentar Buenos Aires, más bien se busca retratar las olvidadas y alejadas regiones del país transandino. Bajo estos escenarios se trenzan disputas que dirimen algún conflicto de diversa índole (amorosa o de honor) que busca resolverse mediante la figura del duelo. Cuando en los textos la violencia aumenta, Castillo desvirtúa la construcción de la narración. Todo se vuelve frenético (sin puntos ni comas), hay una espacialidad cargada de vértigo que dota al texto de un volumen particular en donde la estructura está guiada por la escritura. Los cuentos de Castillo nos sirven para aprender a escribir y copiar (Piglia decía que narrar es copiar), para apropiarnos de una técnica narrativa que debería influirnos en nuestras batallas del futuro. 

3. El alcohol tiene una importancia fundamental en la literatura de Abelardo Castillo. La forma en que lo representa no es la habitual. Hay un ejercicio que huye de los lugares comunes y el patetismo, más bien, se trabaja la autodestrucción a partir de la distancia que genera el humor. En estos dos libros de cuentos está la base de sus posteriores trabajos. Acá está el backstage de una obra que resulta demoledora.  

 

Joaquín Escobar Cataldo (1986) es escritor, sociólogo y magíster en literatura latinoamericana. Reseñista del diario La Estrella de Valparaíso y de diversos medios digitales, es también autor de los libros de cuentos Se vende humo (Narrativa Punto Aparte, 2017) y Cotillón en el capitalismo tardío (Narrativa Punto Aparte, 2019).

Asimismo es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Las otras puertas», de Abelardo Castillo (Planeta, 2019)

 

«Las panteras y el templo», de Abelardo Castillo (Planeta, 2019)

 

 

Joaquín Escobar

 

 

Imagen destacada: El escritor argentino Abelardo Castillo (1935 – 2017).

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