[Ensayo] «Task»: Sobrevivir en un mar de desesperanza

La realización audiovisual de esta serie de siete capítulos es otro gran acierto de quien en 2021 deslumbró con esa joya del streaming que es «Mare of Easttown». En ambas obras destaca la mano del director Brad Ingelsby para construir cuadros donde la condición humana es puesta al límite, mientras los individuos tratan de encontrar algún sentido en estos universos sin rumbos.

Por Cristián Uribe Moreno

Publicado el 9.11.2025

Task es la nueva miniserie que estrenó en septiembre del 2025 el streaming de HBO. El creador de esta pieza audiovisual es Brad Ingelsby, autor de la reconocida serie Mare of Easttown, interpretada por Kate Winslet.

En esta nueva realización, Ingelsby vuelve a elaborar un relato policial, dominado por intrincados dramas familiares.

La historia desarrolla en siete episodios los conflictos internos que padece el detective del FBI, Tom Brandis (Mark Ruffalo), un agente atrapado por sus demonios, sumido en la depresión tras haber perdido a su esposa.

A Brandis le asignan un pequeño grupo de tareas especiales (de donde deriva el título de la serie en inglés), cuyo objetivo es encontrar un niño secuestrado en un asalto a una casa, lugar en el que se vendía y distribuía droga.

El grupo de asaltantes es liderado por Robbie Prendergrast (Tom Pelphrey), conductor de un camión basurero, abandonado por su esposa, que se ha hecho cargo de sus dos hijos y cuyo hermano fue asesinado por la banda de motoqueros a la cual pertenecía y que maneja la distribución de las drogas dentro del territorio, en los semirurales condados de Delaware y Chester.

Con todo, el relato se encarga de perfilar las difíciles relaciones de ambos protagonistas y sus respectivos grupos familiares, hogares que están fracturados por las irremediables tragedias. Por un lado, Brandis debe lidiar con sus dos hijas y un hijo que está en prisión.

Por otro lado, Robbie llega a vivir con sus hijos a la casa de su hermano fallecido, también habitada por su sobrina adolescente.

Además, en este mundo de complicadas relaciones filiales, los grupos laborales o de amistad donde se mueven policías y criminales, exhiben en sus filas rupturas que convierten a los protagonistas en individuos marginales dentro de su propio ambiente.

El caso de Robbie es especial, pues la droga que roba pertenece al grupo de motoqueros por lo que no solo hay afán económico, sino que también hay venganza de su parte.

 

Mundos fragmentados por la fatalidad

La situación de los grupos en pugna se agrava, por la existencia de traidores dentro de cada conjunto que tensan las situaciones y llevan a momentos críticos que ponen en peligro la vida de los personajes.

En estos mundos fragmentados por la fatalidad, conducido a ésta por la debilidad o torpeza de las decisiones de algunos, las personas que sostienen ambos grupos familiares son las hijas, que se vuelven los bastiones morales de sus clanes. Son chicas que ante la desgracia se volvieron fuertes y son quienes preservan el hogar que se cae a pedazos.

Por parte del policía, está su hija adoptada Emily (Silvia Donicio). Y por parte de los ladrones, está la sobrina de Robbie, Maeve (Emilia Jones). Ambas son resilientes de familias destruidas por la tragedia. Y ellas, con un espíritu imbatible, se transforman en guías de estos nuevos grupos familiares que se forman.

Toda esta trama ocurre en paralelo al relato policial. Entre los agentes que buscan al niño perdido y las bandas de delincuentes que van tras una entrega de droga que desapareció. El cruce de ambas vías se percibe inevitable.

Y en estas incansables búsquedas, se pone a prueba el temple de los protagonistas. Pues también existe en ellos el propósito de encontrar una salida a este mundo tan golpeado por la desgracia. De buscar un descanso de estas profundas heridas que desgarran el interior de los personajes y que no los dejan vivir en paz en este mundo tan lejos de la mirada de Dios.

El sentido religioso de parte de la trama, se mueve en torno a Brandis, quien fue en otra época un capellán. Un religioso cuya labor era dar consuelo a personas moribundas en los hospitales. Y en esta actividad encontró a la que sería su esposa. No obstante, en el sentido sacro, quedó a la deriva.

De cierta manera, los personajes de Task, atrapados por las circunstancias, van tras una redención, muy difícil de encontrar en este limbo espiritual en el que se mueven: un reguero de muertes, traiciones y miserias.

Al final, la realización audiovisual de esta serie es otro gran acierto de quien en 2021 deslumbró con esa joya del streaming que es Mare of Easttown. En ambas obras destaca la mano del director Brad Ingelsby para construir cuadros donde la condición humana es puesta al límite, mientras los individuos tratan de encontrar algún sentido en estos universos sin rumbos.

 

 

 

 

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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.

También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.

Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó asimismo el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Cristián Uribe Moreno

 

 

Imagen destacada: Task (2025).