Adelanto de «El extramuro: Väljaspool-müüre», de Marcelo Gatica Bravo: Afuera es noche

Próximo a ser lanzado en Estonia (bajo formato bilingüe) por la autoría del escritor y académico chileno avecindado en Luxemburgo, y colaborador asiduo de este Diario, el presente volumen podría ser (casi) un libro de poesía, o (casi) un texto de fotografía. En efecto, se trata quizás de un artefacto situado en la frontera de ambas sustancias visuales, lo cual es dado por la naturaleza de sus materiales (fotos, dibujos y versos en diferentes ondulaciones).

Por Marcelo Gatica Bravo

Publicado el 5.7.2018

El extramuro:Väljaspool-müüre (2018)podría ser (casi) un libro de poesía, o (casi) un texto de fotografía. Quizás un artefacto situado en la frontera de ambas sustancias visuales, lo cual es dado por la naturaleza de sus materiales (fotos, dibujos, versos en diferentes ondulaciones). Si agregamos, su condición bilingue es un libro fronterizo. Esto es, un texto impuro e impreciso, porque entre las palabras y las cosas emerge algo de otro mundo, y más aún si se entra en contacto con otra lengua.

No se si crear en las musas, pero la inspiración fue un acto cotidiano en el 2014, cuando mi hijo Benjamín tenía unos meses de vida. Vivíamos cerca de la centro medieval de Tallinn, uno de los mejor conservado del norte de Europa, que entre cosas presume de la Farmacia en activo más vieja del continente. De alguna manera, existe una ciudad medieval dentro de la ciudad moderna de Tallinn. Es decir, una ciudad museo que es visitaba por miles de turistas que vienen cada año a disfrutar de su belleza.

Afuera de esos muros transita la vida cotidiana de los estonios. A veces, muy ajeno al mundo turístico de casco antiguo. Este libro nace de la observación cotidiana de las calles que rodean la ciudad antigua de Tallinn, durante el primer año de vida de Benjamín. Cada día cuando le tocaba la hora de dormir en la tarde lo paseaba en su coche rodeando el muro de la ciudad medieval. Tomé ese itinerario con la idea que durmiera más o menos una hora y media. Cuando nevaba buscaba una pequeña cafetería en la plaza Vabaduse väljak (La libertad). En este recorrido siempre llevaba conmigo una cámara fotográfica. Mis primeras fotos fueron de la bella arquitectura de la ciudad medieval, cuya riqueza se amplifica junto a lo marcado de las estaciones del año, lo cual permite fotografiar miles de ángulos. Pero pasado el tiempo, la arquitectura fue reemplazada por un paisaje humano que es la idea fundamental de esta obra.

Lo que comenzó como un ejercicio fotográfico se transformó en una búsqueda personal, donde palabra e imagen cohabitan en esa Estonia que parece invisible. Es aquel lugar del extramuro habitado por gente de la tercera edad que hurga los basureros de las plazas en busca de envases desechables de botellas, de las cuales se obtienen unos céntimos en las máquinas recicladoras de los supermercados. Realidad que se ha transformado en parte del paisaje como si fuera algo natural del ecosistema social. Cada foto surgió del azar. Nunca planifiqué salir a cazar fotos de ancianos. En más de una ocasión conversé con los fotografiados y hasta un cafecito . Así conocí a María, una mujer que puedes ver cada día en el área de Balti Jaam (Estación de trenes), compartiendo su pan con las palomas.

Debo dejar en claro, que El extramuro: Väljaspool-müüre se rebela a ser un libro fotografía, no busca lo vintage y elide la hegemonía de la imagen HD. Es el camino inverso a la mayor fidelidad de la foto. El tratamiento ha pasado cierto filtro. Pues cada una de las 20 fotos que componen el libro, fueron impresas en blanco y negro, luego se pegaron sobre un mapa turístico de la ciudad medieval. Lo cual fue fotografiado e inserto en el libro. El resultado genera cierta lejanía brumosa, una geografía humana como en proceso de evaporación. Cabe agregar, que se jugó con los marcos representacionales, pues tomamos el mapa de la ciudad que se entrega en la Oficina de Turismo en varias lenguas. Para luego insertar las fotos de los recicladores en el centro del casco antiguo, de esta forma, borramos las fronteras que separa lo de adentro con lo de afuera. Como curiosidad Cristian Morán, el diseñador del libro, pidió permiso en los encargados del Mapa de la Oficina de Turismo, y no pudimos ocupar esa imagen como fondo pues cobraban una suma inverosímil. En su lugar, pusimos un mapa de la ciudad antigua de acceso gratuito.

Si bien este libro surgió escarbando la realidad de Estonia, su carácter universal es irrefutable. Pienso en los muros que se han levantado desde que nació mi hijo Benjamin, y no dejo de pensar en los niños hechos agua en el Meditarráneo este último año. Sólo hace tres días antes de escribir estos párrafos tres niños se ahogaron en un nuevo naufragio. Niños evaporados por las imágenes cotidianas de los telediarios. Pienso en los niños de la frontera de México, los niños soldados de África, los niños Nestlé en Costa de Marfil. El poema “Los nadies” de Galeano sigue intacto como un eco constante, y nuestra sordera «proge» o conservadora es evidente.

El epígrafe que abre el libro es «El aire de la ciudad hace libre a los hombres», que era un dicho medieval que revolucionó la relación entre los señores feudales y los campesinos que vivían en una semi esclavitud. Si un campesino cruzaba el muro llegando a la ciudad podía ser libre. La ciudad ofrecía el inicio de una nueva vida a partir de los oficios existentes en la época medieval. Quizás el dicho podría ser reformulado cambiando la palabra libertad por igualdad. Palabras que tensan las fronteras mentales y los miedos en la actualidad neoliberal. Valoro la apertura del Fondo de Cultura de Estonia, que financia un libro critico sobre la realidad de Tallinn, la capital de Estonia. El libro ha sido un trabajo colectivo. Cristián Morán en el diseño, el dibujo de la portada ha estado a cargo Izak one, destacado artista chileno residente en Estonia. En tanto en la traducción, Mari Laan, encargada de Editorial Toledo, y la colaboración de la poeta Mariliin Vassenin, y Helina Aulis, mi esposa ha sido la coordinadora con el Fondo de Cultura estonio. El volumen será lanzado la primera semana de agosto en Tallinn.

A continuación presentamos un texto que abre el libro, y algunas imágenes con variadas impresiones.

 

Advertencia poética: (Instrucciones para acercarse o escaparse de este libro)

1. Lea despojándose las escamas que aparecen en los ojos.

2. Abra la puerta, luego, saque la cabeza como un pájaro recién nacido. Y aunque entre un frío viento al iglú, mire fijamente la trayectoria de las huellas nacidas del encuentro con el otro.

3. A veces, el muro será el cuerpo, y ocupará toda la imagen. Entonces tendrá que mover rápidamente las alas de su mente para no congelarse.

4. A veces, se confundirán los límites del muro. Es decir, no sabrá si las murallas están en la dirección de su mirada o en la palabra.

5. No intente hacer rimar musicalmente cada verso porque puede llevarse una decepción. Los textos sólo tienen una especie de sonido blanco, es decir, un silencio como de un salto en paracaídas en un cementerio de nieve. Quise decir el mar.

6. A mayor número de instrucciones mayor será el agujero negro, pues no nos engañemos todo artefacto poético está hecho bajo un pentagrama que toca las fibras invisibles de aquella banda sonora[1] sumergida en nuestra piel, y en el latido rítmico de nuestra memoria.

 

Citas

[1] Como sugerencia para leer algunos textos sugiero Spiegel im spiegel de Arvo Pärt . Véase aquí .

 

 

 

 

 

 

 

Crédito de las imágenes utilizadas: Marcelo Gatica Bravo