[Aniversario] Rodrigo Lira: Un poeta que nos abre los ojos en la isla volcánica

Cerca de cumplirse los 40 años justos desde el suicidio de una de las voces fundamentales de la literatura en versos chilena de fines del siglo XX, Alquimia Ediciones lanzará un libro inédito del trágico autor, titulado «doQ.mentos del anteayer», el próximo lunes 13 de diciembre. Aquí los detalles.

Por Marcelo Gatica Bravo

Publicado el 11.12.2021

Este diciembre se cumplen cuatro décadas de su muerte, y nuestra inquietud con la publicación de doQ.mentos del anteayer, no es otra que mostrar la elasticidad creativa de su proyecto poético y recrear los pliegues renovadores de su obra.

Su poesía, profundamente irónica y deconstructiva, permanece como uno de los referentes neovanguardistas más representativos de los 80. Una coordenada vital en el proyecto de Lira fue zamparse el canon chileno. Ponerlo frente a un pelotón de fusilamiento, pero ese ataque posee una doble dimensión: la estocada al canon lo incorpora de lleno en nuestra tradición literaria.

De algún modo, Lira es un nostálgico de las vanguardias históricas. Coincidentemente, el título de este volumen es tomado de uno de sus poemas sobre los documentos vanguardistas Made in Chile del siglo xx.

En un trabajo sobre literatura chilena me propuse buscar un poeta más alejado de la atmósfera maqueteada de la transición. A través de Jaime Blume, mi profesor de Estética, descubrí el alarido fresco y original de Rodrigo Lira.

La primera lectura de “4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces”, poema ganador del concurso de la revista La Bicicleta del año 1979, me permitió la posibilidad de seguir habitando en uno de sus versos, casi veinte años después.

El título hacía referencia al tiempo de la dictadura sin nombrarla. Esto es, cuatro años y un año bisiesto, desde el 11 de septiembre de 1973. En este tipo de giros de la lengua, se asoma la poesía en mayúsculas:

“parece que como que hubiera que hacer alguna cosa/Aunque cabe la posibilidad de que sea mejor/ no hacer nada/ nada hacia la izquierda/ nada/ hacia/ la/ derecha/ nada hacia adelante/ tampoco, más aun,/ especialmente, nada hacia adelante –está la inercia/ nada hacia atrás, no se puede,/ trate usted de nadar hacia atrás, no se puede, la historia/ no retrocede/ –está la historia/ – están las bayonetas de la historia bajo las banderas de la/ historia/ –está la sangre en las bayonetas de la historia bajo las banderas de la historia/ coagulada ya, reseca, más bien, como yesca!”.

En los 90 pareciera que no había nada hacia adelante, ni nada hacia atrás. La transición fue un tiempo en inercia, un paréntesis asfixiante y paralizante. El tiempo de la omnipresencia de la mano invisible del Mercado que tuvo su nacimiento a través de la fundación del modelo neoliberal a finales de los 70, período coronado el año 1980 con la Constitución de Pinochet.

Realidad que es retratada por Lira magistralemente en “Historieta relato en prosa semen/ta / da”, texto fechado el año 1978, donde hay una critica a la implementación del nuevo modelo económico. Cuando leo a Lira pienso en una época y en un modo de habitarla. Pienso en la poesía como esa ganzúa para adentrarme a la realidad o al menos abordar esas sombras del lenguaje.

La frescura de su proyecto me hizo verlo como un compañero de curso, un náufrago, y es quizás lo que definió a algunos estudiantes de los 90, que buscamos referentes culturales más cercanos y conectados a los márgenes en los que habitábamos. No por casualidad, Lira rotuló como Marginalia sus textos para un concurso y Enrique Lihn lo sitúo en un Olimpo subterráneo.

En este sentido, si lo nominará (sospechosamente) en términos de la noción manida de las influencias, sería una especie de hermano mayor que se fue de casa, que no buscó ser padre de nadie. Quizás, un nieto lejano de Mistral. Es decir, un habitante de un país llamado Desolación, que emerge en toda su magnitud en esta última década.

Es de todos conocido que Rodrigo Lira era un carpintero de las palabras y de las imágenes. Hoy sería una especie de dj de las estructuras del lenguaje. Las palabras eran una parte de su sala de máquinas.

En efecto, la materialidad de sus documentos estaba constituida por el texto mecanografiado, al cual incorporaba imágenes provenientes de las más diversas texturas, como lo podrían ser la revista Bravo, o La Biblia. De alguna manera, sus recortes de revistas, los colores con los que escribía, eran un renglón más de su universo poético.

Vuelvo a mi primera lectura de Lira. Ya son más de veinte años de comerme ese poema encriptado del 79 (“4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces»), pero me asombra su contingencia, la frescura y la actualidad de su poesía.

Sin querer ocupar el sitial de profeta en 40 años su poesía permanece intacta e inagotable. Como si viviéramos en el ocaso de los 80. Entonces, alucino cuando la lectura de un autor te permite dar saltos temporales. Poetas que funcionan como agujeros negros.

Un poeta para despertar en medio del vértigo y de los traumas de la isla volcánica.

Chile.

 

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Marcelo Gatica Bravo (Cauquenes, 1976) es profesor de castellano egresado del Pedagógico, poeta, y doctor de literatura en Vanguardia y postvanguardia en España e Hispanoamérica (Universidad de Salamanca, España).

Ha publicado los poemarios El extramuro (Väljaspool-müüre, Estonia, 2018), Anclado al pescador de mares (2016), Crucial (con Pablo Gutiérrez, 2014), Portafolio. Poemas a pie de página (Con Camilo Cantillana, 2014) y Poemas identificados en el libro de pintura Los Nadies de Antonio Soto (Córdoba, España, 2013).

Como investigador literario ha lanzado: Buelos Barios: boladas boludas, del chileno Rodrigo Lira Canguilhem (Piélago Casa Editorial, Santiago de Chile, 2016), y en Estonia Vientos del sur (Lounatuuled, antología de poesía chilena, Editorial Toledo, Tallin, 2015) y Vientos del sur (Lounatuuled’II, Editorial Toledo, Tallin, 2018).

Ha participado en ponencias, recitales, presentaciones de libros en Chile, España, Francia y Estonia.

 

«doQ.mentos del anteayer», de Rodrigo Lira (Alquimia Ediciones, 2021)

 

 

Un cuaderno perteneciente a Rodrigo Lira y contenido en la edición de «doQ.mentos del anteayer» (2021)

 

 

 

 

Marcelo Gatica Bravo

 

 

Imagen destacada: Rodrigo Lira (1949 – 1981).