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«Calzones rotos»: El inicio de la revuelta

El largometraje de ficción del ítalo-chileno Arnaldo Valsecchi fue el último gran estreno de la cinematografía nacional durante la última parte del año pasado, tanto por su calidad audiovisual como dramática, y ha dado bastante que hablar desde una perspectiva de estudios de género y feminista.

Por Alejandra Coz Rosenfeld

Publicado el 22.1.2019

Calzones rotos (2018) es una película que cuenta la historia matriarcal de una familia pudiente chilena entre los años 1920 y 1950.

Dirigida por Arnaldo Valsecchi (La rubia de Kennedy), el largometraje está basado en la novela homónima de Jaime Hagel Echenique, y el guión, en tanto, fue escrito por el realizador en compañía de Valeria Vargas.

Con un gran elenco compuesto por Gloria Münchmeyer, Catalina Guerra, Patricio Contreras, Julio Jung, Jorge D’Elía, Consuelo Holzapfel, Alessandra Guerzoni, Marcela Medel, Bárbara Ruiz-Tagle, Annie Fink y Pablo Schwarz, entre otros.

La historia se desarrolla de manera lúdica en Colchagua donde la protagonista pasa a ser el arquetipo femenino.

El guión fue escrito el año 2002 y recién llevado a la pantalla el 2018, justo cuando el tema Mujer estaba ( y sigue estando) en la hoguera. Tema que nunca ha dejado de tomar cuerpo desde el inicio de los tiempos porque de alguna manera desde allí ya se habla de desigualdad, basta con saber que en el Génesis se dice que la mujer fue creada a partir de una costilla de Adán, pero nunca se habla de la otra Eva, la  primera mujer de Adán, la que se auto exilió por exigir paridad, la que no le fue otorgada. Ella, Lilith, marca el inicio de la revuelta, revuelta que continúa. Lilith, la que carga con el estigma de prostituta, la come dioses, de la que mejor no se sepa, no vaya a ser cosa que dé más impulso a lo inevitable.

Esa Lilith que lleva cada mujer dentro, esa que rompe tabúes y reglas, como por ejemplo la gringa en la película, donde su personalidad y forma deseante queda tajantemente prohibida, ya que es mal visto que una mujer hable de sus deseos carnales abiertamente.

Se han ganado batallas claro está, gracias a millones de mujeres que han dado su vida por la igualdad de derechos, esas mujeres que muchas veces no tienen nombre ni apellido, mujeres que en silencio y paso firme han ido cambiando la historia, tanto de Chile como en el mundo.

Calzones rotos es un filme que honra el poder femenino, ese que ejerce fuerza desde lo uterino.

El título podría tener varias lecturas, la evidente de los calzones como tales, la que todo chileno conoce como un típico dulce criollo invernal y la que habla del pie del macho sobre la hembra.

El filme mezcla lo ficcionado con lo real, con un humor delicado y negro.

Narra la historia de una familia compuesta por Gloria Münchmeyer y sus cuatro hijas (una de ellas adoptada). Quienes han aprendido a lo largo de sus vidas la lealtad a sus pares.

La familia se reúne frente a la anunciada muerte de la matriarca, donde comienzan a llegar nietos y primos y la historia empieza a teñirse de tragicomedia.

Hay historias paralelas y secretos que van dando ritmo al largometraje, donde se evidencia una sociedad marcada por la desigualdad del poder, cuenta sus costumbres y vergonzosamente saca a la luz el increíble machismo que forma parte de la idiosincrasia chilensis de la época que con un humor solapado trata de disimular la violencia de género imperante.

La locación es una casona del centro sur de Chile que posee un gran valor arquitectónico, de amplios corredores exteriores y techos altos.

La música muy en sintonía, está a cargo de Felipe Cadenasso y la fotografía es de Arnaldo Rodríguez.

Hay intriga, romance y picardía. Con una cámara limpia, de planos sugerentes, Calzones rotos es un filme que recrea de manera muy bien lograda la época en la que está inserta sin dejar hilos sueltos.

 

Alejandra Coz Rosenfeld nace en Santiago de Chile, en 1972. Poeta, artista y terapeuta transpersonal, estudió letras y estética en la Pontificia Universidad Católica de Chile, y arte en el Palazzo Spinelli, de Florencia, Italia. Ha publicado el poemario Marea baja (Editorial Cuarto Propio, Santiago, 2017), y prepara su primer libro de relatos con el título tentativo de Las aguas de Neptuno y otros cuentos, y una segunda entrega de poemas, ya bautizada como La jabalina (Ediciones Filacteria, Santiago, 2019).

 

 

 

 

 

La crítica y poeta chilena, Alejandra Coz Rosenfeld

 

 

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