Concierto 3 del Municipal de Santiago: El problema de las imprecisiones rítmicas

Una apuesta audaz fue la tercera presentación regular de la agrupación filarmónica en el coliseo de la calle Agustinas: a una bella interpretación de la «Metamorfosis sinfónica sobre temas de Carl Maria von Weber», del compositor alemán Paul Hindemith, le siguió una errática y algo sobre entendida (por parte del maestro Konstantin Chudovsky), partitura de «Los planetas», del creador británico Gustav Holst. Aquí, cómo lo escuchó y lo vivió, el Diario «Cine y Literatura».

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 4.5.2019

El tercer concierto de la temporada regular 2019 del Teatro Municipal de Santiago, en sus tradicionales funciones dobles de los días jueves 2 y viernes 3 de mayo, tuvo a los compositores Carl María von Weber, a Paul Hindemith y a Gustav Holst como protagonistas musicales. El programa, en tanto, fue dirigido por el director titular de la Orquesta Filarmónica de Santiago, el maestro ruso Konstantin Chudovsky.

De Carl María von Weber (1786-1826), creador alemán contemporáneo de Ludwig Van Beethoven se interpretó su Obertura Oberon J 306, extraída de la ópera del mismo nombre y estrenada en 1826.

Comienza con el corno en pianísimo, luego varía el ritmo y la velocidad para introducirnos en largas escalas dirigidas por los violines primeros e interpretada en un tutti orquestal.

Un mismo tema sencillo se repite para dar paso a una sección de escalas que termina en ritmo de marcha solemne. Los volúmenes de las cuerdas agudas sobresalían sobre el resto de los instrumentos de esa sección y finalmente de la orquesta provocando un desequilibrio.

A continuación fue el turno de otro músico alemán Paul Hindemith (Hanau, 1895 – Francfort del Meno, 1963) de quien se interpretó Metamorfosis sinfónica sobre temas de Carl María von Weber (1943), una partitura que fue escrita en los Estados Unidos.

Allegro: Nutrida participación orquestal en donde violines y bronces llevan el ritmo del primer movimiento. En el intermedio un solo de oboe con intervenciones de la flauta traversa.

Un ritmo de marcha apuntalado por trombones y tuba, finaliza con fuerte presencia de percusión.

Scherzo: Campanas y vientos de madera realizan la introducción. Los chelos retoman el tema original del primer movimiento. Escalas cromáticas de vientos mientras violines tocan el contra tema. Un golpe de platillos da paso a una re exposición y una fuga empezando con el concertino. El tema y la figura rítmica se repiten en cada sección de instrumentos.

Termina con percusión en pianísimo, campanas, triángulos y un pedal de cuerda graves.

Andantino: Un tema más lírico es presentado por distintos instrumentos. El sonido de los distintos colores orquestales es equilibrado en sus volúmenes y cambios dinámicos. Bello sólo de flauta traversa aunque a veces se apresura a los tempos.

Marsch: Una fanfarria da inicio al movimiento final nuevamente con aires de marcha y de tambor militar. Exponen y re exponen su tema el que se glorifica en un tutti fortísimo acompañado de percusión y trombones.

 

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Luego del intermedio fue el turno del compositor inglés Gustav Holst (Cheltenham, 1874 – Londres, 1934) y su suite orquestal Los Planetas Op. 32 (1788), la cual es la más popular de sus obras compuestas.

 

Marte, el portador de la guerra: En una pantalla de fondo se proyectan los planetas. En el fortísimo del comienzo los bronces se perdieron en imprecisiones rítmicas. Los trombones y el timbal mantenían la solemnidad del ritmo de marcha.

Venus, el portador de la paz: Notas repetidas entre chelos y flauta traversa. Cornos imprecisos en su color. Solo de concertino. Los acordes repetidos de vientos de maderas son poco precisos, pierden consistencia. Bello sonido en el solo del chelo. Las entradas de los bronces en piano no eran uniformes. Sonido orquestal disperso. Buen cierre.

Mercurio, el mensajero alado: Solos del xilófono, flauta traversa, concertino y oboe. Costaba unificar el sonido orquestal. Bien el arpa.

Júpiter el portador de la alegría: El forte de las cuerdas no es el mismo forte que el de los bronces, estos últimos sonaban debilitados, sin presencia. La percusión funcionaba como elemento unificador. En general, gran sonido de las cuerdas en sus temas. El director se expandía como un gran gesticulador. Se subrayó en demasía el aspecto apoteósico del movimiento.

Saturno, el portador de la vejez: Correcta entrada de violines primeros luego de la repetición de intervalos del arpa en piano. Bien los trombones en piano. Buen uso del crescendo. Uso del contraste tímbrico con el arpa después de la tuba.

Urano, el mago: Contrapunto de timbres, cambios dinámicos y masas sonoras. Uso del platillo y bombo en la percusión. Sólo de timbal. Se hace alusión a la sinfonía fantástica de Héctor Berlioz. Los fortísimos perdían definición por la imprecisión de los distintos timbres.

Neptuno, el místico: Buen sonido de vientos pero imprecisiones rítmicas. Bien lograda la atmósfera de apertura en piano, destacando la arpas en su solos como también el del xilófono. Movimiento más unificado. Las voces fuera de escena ejecutaban difíciles intervalos de semi-tonos produciendo tensiones tonales con su cromatismo.

El Concierto 4 de la temporada 2019 del Teatro Municipal de Santiago, se desarrollará la próxima semana, en funciones dobles los días miércoles 8 y jueves 9 de mayo, cuando la Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigida por el director chileno Paolo Bortameolli, interprete la Sinfonía Nº7 de Gustav Mahler.

 

Jorge Sabaj Véliz es abogado, licenciado en ciencias jurídicas y sociales de la Universidad de Chile, y cuenta con estudios formales de canto clásico cursados en la misma institución.

 

La Orquesta Filarmónica de Santiago cuando interpretaba «Los planetas» del compositor Gustav Holst

 

 

El maestro ruso Konstantin Chudovsky en el Concierto 3 de la temporada 2019 del Municipal de Santiago

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Marcela González Guillén, del Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile.