Concierto 3 del Municipal de Santiago: La entrega habitual de Attilio Cremonesi

Pese a cierta irregularidad interpretativa exhibida por la Orquesta Filarmónica de Santiago en algunos pasajes y piezas de la fecha titulada «Albores del romanticismo» -por la organización del recinto de calle Agustinas-, fue la conducción generosa y el derroche de energía artística características del maestro italiano, las cualidades musicales que nuevamente destacaron en un programa donde sobresalió la ejecución del hermoso concierto para oboe de Wolfgang Amadeus Mozart.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 8.5.2018

El tercer concierto de la temporada sinfónica 2018 del Teatro Municipal de Santiago en su función de estreno del 2 de mayo incluyó tres obras:

 

La Obertura Coriolano, op. 62 (1807) de Ludwig Van Beethoven

El director musical Attilio Cremonesi se tomó su tiempo entre cada acorde al inicio de la obertura con efectos de crescendo entre cada uno de ellos. La tónica de la obertura será un férreo control dinámico con un efectivo sforzato en los ataques. Se perdían un poco las escalas de violas, parecía que éstas y los chelos tocaban con silenciador.  Aún en el solo de chelos la agrupación Filarmónica jamás obtuvo un sonido especialmente brillante. La Obertura finalizó con pizzicato de cuerdas en piano.

 

El Concierto para oboe en Do mayor, K 314 (1777), de Wolfgang Amadeus Mozart

El señor Cremonesi afrontó esta obra con una orquesta reducida o de cámara dirigiendo desde el clavicordio el cual tocaba de pie. En el Allegro aperto el oboe solista, Jorge Pinzón, interpretaba acompañado a veces por un cuarteto de cuerdas y el clavicordio, exhibiendo un gran control de la línea y de la respiración. El cuarteto de cuerdas dejaba excesivamente expuesto al solista en cuanto a la diferencia de volumen. El oboe, en tanto, se adecuó sin problemas al tempo propuesto por el director.

Durante la cadenza, a capella, el solista obtuvo un bello sonido del oboe, gran control del instrumento, final bien cuadrado.

En el Adagio non troppo se apreció un buen sonido de arranque. El solista se complementó de mejor forma con el cuarteto de cuerdas y en especial con el violín concertino, el que supo acompañarlo con el volumen adecuado. En el vals del segundo tema del movimiento se alcanzaron cimas notables. La cadenza del solista mostró un fraseo expresivo, tomándose el tiempo necesario para desarrollar la melodía con notas precisas y bien timbradas.

Rondo: Allegretto, los violines entraron mostrando inseguridades en el tempo. El solista baila alrededor del tema con ligereza, con un acompañamiento orquestal al que le costó encontrar el tempo del movimiento, sobre todo en las entradas. En la reexposición el solista improvisó llenando con pequeñas cadenzas los espacios en blanco, se le notaba relajado lo que le permitió desarrollar líneas largas y expresivas.  En la cadenza realizó improvisaciones sobre el tema con una especial facilidad para los trinos. La orquesta se mostró poco dúctil en su doble rol de conjunto concertante y de grupo de cámara o cuarteto. Buen final.

 

La Sinfonía N° 3 op. 78 de Louis Spohr (Brunswick, 1784 – Kassel, 1859)

Introducción con un tema lento y evocativo. Segundo tópico llevado por violines en mezzo piano con desarrollo al tutti en mezzo forte, con re exposición del argumento.

El segundo movimiento comienza con un tema lento de melodía sencilla. El contra tema es presentado por chelos y desarrollado luego por las cuerdas en una especie de fuga. El solo de corno sonó impreciso.

En el tercer movimiento el tema fue presentado por la orquesta en unísono y luego se segmenta por diversas secciones instrumentales con un interludio de vientos de madera, en un movimiento con más vuelo rítmico que después finaliza con un golpe en forte.

El último movimiento se inicia con un tema en los vientos, el cual se desarrolla en contrapunto por las cuerdas, y cuya técnica compositiva recuerda al joven Schubert. Re exposiciones del tema. El director conduce con su característica generosidad en la entrega, derrochando energía. En algunos aspectos la sinfonía recordaba el humor rossiniano. Fuga de cuerdas con el tema re expuesto por enésima vez.

En general la sinfonía exhibía desarrollos poco iluminados, falta de contrastes de timbres, y falta de contra temas, en música unidimensional.

La temporada regular de la Orquesta Filarmónica de Santiago, prosigue este miércoles 9 y jueves 10 de mayo, a las 19:00 horas, en un programa titulado «Romanticismo y espiritualidad», y donde se abordarán obras de Webern, Bernstein y Beethoven, bajo la conducción musical del maestro chileno Juan Pablo Izquierdo.

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La mejor pieza en la velada de estreno correspondió a la interpretación del concierto de oboe de Mozart por parte del solista colombiano Jorge Pinzón

 

 

Tráiler:

 

 

Crédito de las imágenes utilizadas: Josefina Pérez, del Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile