Concierto 4 del Municipal de Santiago: Las miradas de fuego de Juan Pablo Izquierdo

La reciente presentación oficial de la Orquesta Filarmónica capitalina fue un deleite escénico, visual y sonoro gracias a la presencia, en la conducción de la agrupación, por parte del reconocido maestro local, Premio Nacional de Artes Musicales de Chile en 2012. A su inmejorable versión de la Tercera Sinfonía de Beethoven, la llamada «Heroica», se añadió la impecable y limpia interpretación que hizo la chelista Katharina Paslawski de la «Misa: tres meditaciones», del compositor norteamericano Leonard Bernstein, de quien fue asistente, Juan Pablo Izquierdo, en los inicios de su afamada carrera.

Por Jorge Sabaj Véliz

Publicado el 13.5.2018

El cuarto concierto de la temporada sinfónica del Teatro Municipal de Santiago, los días 9 y 10 de mayo de 2018 tuvo como principal novedad el regreso a la batuta de la Orquesta Filarmónica del destacado director chileno Juan Pablo Izquierdo. Este comentario técnico y especializado se basa en las variantes estéticas y musicales apreciadas durante la función de estreno, la que incluyó en el programa a:

 

1) De Anton Webern (Viena, 1883 –  Mittersill, 1945), del compositor austríaco se presentó su obra Passacaglia, op.1 (1908). Pieza compuesta para gran orquesta con una nutrida y variopinta sección de percusión. El comienzo fue diáfano con pizzicato de cuerdas y una melodía de flauta traversa y un segundo tema abordado por el clarinete. La agrupación era conducida con vehemencia por el maestro chileno hacia el forte. Líneas de acordes y escalas disonantes, diversos colores orquestales chocándose.

Surgen melodías y ritmos del “pasado”, un solo de violín, un vals perdido. Cambio constate de recursos. Uso expresivo de los bronces. Un segundo clímax crece hasta un golpe del platillo, luego se repite y se desvanece. Las trompetas en sordina toman una melodía expresiva para luego tomarla los segundos violines con acompañamiento de trombón y un desarrollo orquestal hacia escañas disonantes en forte, uso de percusión. Atmósferas opresivas. Juego con arpa y trombones en piano para finalizar.

 

2) De Leonard Bernstein (Lawrence, 1918 – Nueva York, 1990), se presentó Misa: tres meditaciones (1971). Con solista de violonchelo, la integrante de la Orquesta Filarmónica de Santiago, Katharina Paslawsky.

1. Lento assai, abundante percusión, al menos tres tipos de xilófonos. Las melodías las lleva el chelo solista con interrupciones orquestales. El movimiento cambia de carácter rápidamente para finalizar suave.

2. Andante sostenuto, inicio expresivo con percusión de cuerdas del Chelo, gong y violas. La solista de chelo desarrolla un tema melancólico. Cambios bruscos de ritmo y de dinámica. Cambio de colores. El chelo solista se incorpora como un color más a la orquesta. Re exposición del tema melancólico. El movimiento finaliza con un golpe corto y súbito en fortísimo.

3. Presto, marimbas a dúo con chelo, luego la solista a capella, gong. El chelo y la orquesta se lanzan en pos de una idea melódica. Destaca el uso de percusión no tradicional como pandereta y campanilla. El chelo encuentra su fundamento en un solo en mezzo piano y suave. Luego quiebra el sonido de violines con notas cortas y en una tonalidad diversa. Notas largas en mezzo piano de cuerdas con quiebres del chelo. Termina en un unísono suave de violines con la solista.

 

3) De Ludwig Van Bethoven (Bonn, 1770 – Viena 1827), Sinfonía Nº 3 “Heroica” (1804), obra capital para el posterior desarrollo del romanticismo musical en Alemania y en toda Europa.

1. Allegro con brio, comienza con un ritmo más pausado que el habitual de las interpretaciones de la sinfonía. Este permite apreciar los cambios sutiles y los límites de las distintas intervenciones de los instrumentos, mostrándonos este movimiento casi como si fuera una danza. Uso del ligato en las transiciones. Se perdía un poco el vértigo o impulso pero se ganaba en claridad de los motivos, inicio más galante. La progresión armónica ganó en dramatismo. Destaca el color de las cuerdas graves. En este sentido el tempo más lento favoreció a contrabajos y cornos. En los forte les faltó más energía (volumen) a los bronces, en general les costó encontrar su sonido en este tempo más lento. Movimiento en extremo contenido. El director jugó con los crescendo y con las dinámicas de forte – piano. En algunos crescendo se descoordinaban las cuerdas con los bronces, en definitiva se perdió el impulso del movimiento.

2. Marcia fúnebre: Adagio assai, comienza con un buen solo de oboe. Esta vez el tempo elegido fue más consistente con el de una marcha fúnebre. Gran trabajo dinámico con las entradas de cuerdas y en los solos de vientos. Durante la segunda parte del movimiento le fue dando más impulso a los matices y juegos rítmicos de los distintos instrumentos. De todas formas el tempo tendía a fluctuar hacia la pesadez de los acordes de término.

La fuga la tomó igualmente en un tempo lento, los cornos no estuvieron a la altura de la fuga. Los violines mantuvieron su color y dieron carácter a la fuga, faltó el mismo ímpetu en chelos. Trompetas y cornos no respondieron, estuvieron tímidos e imprecisos durante todo el movimiento. Al final los chelos no sonaban sólidos como cuerda y no lograron el color ni el  volumen de una cuerda como la de los violines. Lo mejor del movimiento fueron las sutilezas, las entradas de violines y sus dúos con la flauta traversa.

3. Scherzo: Allegro vivace, por lejos fue el movimiento mejor logrado de la sinfonía. Desde el acertado comienzo en mezzo piano y el equilibrio de colores para el forte súbito, causando su efecto. Diálogo más efectivo entre cuerdas y vientos, también en la re exposición. Las cuerdas graves mejoraron su sonido. Acertados los solos de cornos. Las cuerdas supieron mantener la tensión del movimiento en el mezzopiano y en las transiciones hacia el forte, sin problemas. Excelentes los diálogos entre las cuerdas y los vientos de madera.

4. Finale: Allegro molto, gran comienzo en pizzicato con intervenciones de bronces y de vientos, los chelos mantuvieron un sonido de cuerda poco seguro y preciso, les faltó ligereza. Fuga bien conducida, bien los contrabajos. El director les dirigía miradas de fuego a las cuerdas bajas. Re exposición. En la fuga los violines mostraron un volumen más alto que el resto quitándole equilibrio a la orquesta. Hacia la segunda parte y final del movimiento las cuerdas tendieron a estabilizarse en su sonido y en el contrapunto. Dominaron bien los cambios dinámicos y de tempo. El final fue acometido con energía y en un tempo más controlado y preciso en cortes y escalas. Con una fuga de mayor peso y de menor brillo.

La temporada filarmónica 2018 del Teatro Municipal de Santiago continuará los días 19 y 20 de junio, a las 19:00 horas, cuando la agrupación capitalina ejecute el programa titulado «Sueño de una noche de verano», el cual incluirá obras de Tchaikovski y de Mendelssohn, y el que será interpretado bajo la conducción del joven maestro chileno Pedro-Pablo Prudencio.

Para obtener una mayor información de ese espectáculo futuro, revisar aquí.

 

La chelista Katharina Paslawski ofreció una fundamentada y técnica versión de la «Misa: tres meditaciones» del compositor estadounidense Leonard Bernstein

 

 

Tráiler:

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile