[Crítica] «Ake. Los años de la niñez»: Los fantasmas originarios

La lectura de esta autobiografía debida al autor nigeriano Wole Soyinka —Premio Nobel de Literatura 1986—, cargada de humor, profundidad y escrita con una prosa muy poética es una experiencia que no dejara indiferente a quien se adentre en sus emotivas páginas.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 1.3.2022

Wole Soyinka (1934) es un dramaturgo, poeta, novelista y crítico nigeriano en lengua inglesa, fue el primer escritor africano negro que recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1986. Descendiente de la etnia Yoruba, de rica y poderosa tradición cultural, estudió en la universidades de Ibadan, Nigeria, y Leeds, Inglaterra. Allí fue influido por el estudioso shakespeareano Wilson Knight y por el ambiente de experimentación de la década de 1950.

Una de las característica de su literatura es la combinación armoniosa de una experimentación audaz y el amor por las raíces yorubas. Soyinka ha transitado más a menudo por el teatro, el ensayo y la poesía, que considera su espacio donde mejor se mueve.

Ake. Los años de la niñez (Alfaguara, 2021) es un libro de memorias que originalmente se publicó en el año 1981. En este hermoso texto se nos cuenta el origen del espacio creativo de este escritor africano, el que desde niño estuvo conviviendo con dos mundos que vamos a encontrar siempre presentes en su obra: la tradición yoruba y el mundo cultural occidental.

 

Una profunda exploración dramática

En una reciente entrevista ha señalado acerca de Nigeria que: «La mía es una nación que acumula un extraordinario talento, pero eso parece importar cada vez menos. Vivimos en un momento muy xenófobo, cada vez con más sospechas contra el otro. Estamos perdiendo generaciones enteras para nada. Entre los millones de mujeres y hombres exiliados vienen los próximos pensadores africanos, los científicos, los poetas de mañana, no sólo mano de obra. Es muy frustrante».

Estos enfrentamientos han sido la marca de un continente que parece no querer terminar con la violencia, la que siempre termina por devastar generaciones completas que no pueden cerrar los procesos de manera pacifica.

En Ake…, que toma el nombre del pueblo donde vivió, nos encontramos con el muchacho que se educó y crió con la cultura Yoruba, una tradición que le entregó una visión del mundo propia y especial, la cual le ha permitido incorporarla a toda su obra literaria.

En estas páginas vemos al pequeño niño en su relación con la familia, con los amigos, en la escuela y todas las personas que tuvieron cierta importancia en su crecimiento.

Bajo esta premisa, el trabajo autobiográfico es una profunda exploración que muchas veces es un ejercicio que busca la comprensión del mismo autor, intentado dar respuestas a un presente algo confuso y enigmático.

Así, el narrador africano boga por despejar y aclarar un origen. De esta forma, el arte de Soyinka no se aparta demasiado de la labor realizada desde siempre por otros escritores, que al sumergirse en el profundo pozo de la memoria se enfrentan a los fantasmas originarios.

En definitiva, el presente texto de Wole Soyinka es la indagación sobre ese niño que creció soñando con la poesía y las palabras, un muchacho que emigró de su pueblo y continente para instalarse en el mundo occidental, a fin de asimilar toda la nueva cultura y crear un imaginario narrativo diferente, un relato que le permitió dar cuenta de las oscuridades, problemas y miserias con las cuales deben cargar todos los seres humanos.

La lectura de esta autobiografía, cargada de humor, profundidad y escrita con una prosa muy poética es una experiencia que no dejara indiferente a quien se adentre en sus páginas.

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«Aké. Los años de la niñez», de Wole Soyinka (Editorial Alfaguara, 2021)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Wole Soyinka.