[Crítica] «Cuatro cuentos criminales»: La misteriosa simbología cultural japonesa

En los relatos de este libro nos encontramos frente al Junichiro Tanizaki más misterioso y terrorífico, un narrador que sin abandonar su prosa sutil y elegante, entreteje situaciones de gran intriga donde crea atmósferas cargadas de tensión, ambigüedad y erotismo.

Por Eduardo Suárez Fernández-Miranda

Publicado el 23.6.2025

La literatura japonesa cuenta con grandes nombres que, desde hace años, forman parte de los catálogos de las principales editoriales españolas. Natsume Soseki, Junichiro Tanizaki, Yasunari Kawabata, Osamu Dazaio o Yukio Mishima son los grandes clásicos que, con su obra, han acercado a Occidente la misteriosa simbología cultural japonesa.

Satori, desde su sede en la ciudad de Gijón, lleva años publicando a los más destacados autores japoneses. Junto a excelentes traducciones directamente del japonés, la editorial asturiana ha puesto un especial cuidado en el aspecto del libro. En esta ocasión nos trae el conjunto de cuentos de Junichiro Tanizaki (1886 – 1965) titulado: Cuatro casos criminales.

«El caso del baño Yanagi», «Por el camino», «El ladrón» y «Diablos a la luz del día», conforman este volumen, donde encontramos historias como la de: «un joven artista que visita a un detective para que lo ayude a discernir si ha cometido un crimen o es todo producto de su mente delirante; la charla casual de un oficinista con un detective conducirá al primero por un camino imprevisto; un caso de robo en una residencia de estudiantes donde las apariencias pueden engañar; un escritor ayuda a su amigo a resolver un supuesto crimen, lo cual tendrá consecuencias totalmente inesperadas».

 

El temblor de lo cruel, lo irracional

En Cuatro cuentos criminales nos hallamos frente al Tanizaki más misterioso y terrorífico. Sin abandonar su prosa sutil y elegante, el autor de Arenas movedizas entreteje situaciones de gran intriga donde crea atmósferas cargadas de tensión, ambigüedad y erotismo. Tres de estos cuentos se traducen por primera vez al español lo que añade interés a su lectura.

Junichiro Tanizaki fue un escritor que, como señala Marta Marne en el prólogo de este libro: «se impregnó de la influencia de autores occidentales como Charles Baudelaire, Oscar Wilde o Gustave Flaubert», y de ese modo pudo integrar esas ideas en su propia tradición cultural oriental.

Escritos entre 1918 y 1921, pertenecen a la época en la que el escritor japonés más interesado estaba en la narrativa que le llegaba desde Occidente. Si bien es cierto que toma como modelo la historia de detectives clásica donde todo debe comenzar: «con un crimen sin resolver y avanzar hacia el esclarecimiento de su misterio», según las premisas de John Cawelti, Tanizaki, también: «arma sus propios moldes para construir con ellos un estilo propio y diferenciado».

Cuatro cuentos criminales nos ofrece la posibilidad de adentrarnos en otra vertiente de la extraordinaria literatura de Junichiro Tanizaki, un escritor que: «bajo la cobertura de la estética y la serenidad deja percibir el temblor de lo cruel, lo irracional, lo demoniaco. A fuerza de ocultación, paradoja y elegancia, primero fascina para luego, cuando se reflexiona, desasosegar».

 

 

 

 

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Eduardo Suárez Fernández-Miranda nació en Gijón (España). Licenciado en derecho por la Universidad de Sevilla, realiza sus estudios de doctorado dentro del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana de la misma Casa de Estudios superiores.

Colabora como crítico literario en las revistas españolas El Ciervo, Serra d’Or, Llegir.cat, Gràffica y Quimera, donde lleva a cabo una serie de entrevistas a escritores, editores y traductores, nacionales y extranjeros.

Asimismo, escribe para las publicaciones americanas Cine y Literatura (Chile), La Tempestad (México), Continuidad de los Libros (Argentina) y Latin American Literature Today (University of Oklahoma). También, colabora de forma ocasional en los diarios asturianos El Comercio y La Nueva España.

 

«Cuatro casos criminales» (Satori Ediciones, 2025)

 

 

 

Eduardo Suárez Fernández-Miranda

 

 

Imagen destacada: Junichiro Tanizaki.