[Crítica] «El señor Wilder y yo»: Envejecer frente al tiempo

La nueva entrega del narrador inglés Jonathan Coe es una novela intensa y muy bien construida, que pone de manifiesto las contradicciones que tuvo que soportar el famoso director de cine estadounidense Billy Wilder, pero además nos da cuenta de la distancia y singularidades que se producen entre la juventud y la vejez en un ser humano cualquiera.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 8.9.2022

El escritor británico Jonathan Coe (Birmingham, 1961) es reconocido a nivel mundial como una de las voces más interesantes que ha dado la lengua inglesa de las últimas décadas. Ha recibido una serie de premios por sus obras, entre los que destacan el galardón francés a la mejor novela extranjera por ¡Menudo reparto! (1996).

Además, su obra El corazón de Inglaterra (2020) ha sido catalogada como una de las novelas ejemplares para entender las diferencias que hay entre Europa e Inglaterra, diferencias que terminaron alejando a los habitantes de la isla de la Unión Europea a través del Brexit.

En su último trabajo, El señor Wilder y yo (Editorial Anagrama, 2022), el escritor inglés nos entrega un ejercicio ficcional acerca del afamado director norteamericano, de nombre Billy. La narradora de esta novela es Calista Frangopoulou, quien es contratada para el rodaje del filme Fedora.

Corre el año 1977 y Calista no solo comienza un nuevo trabajo sino que además comienza a abrirse camino en una nueva vida.

 

Seres desechables

Coe reivindica totalmente al creador de Fedora, diluyendo todos los posibles errores que cometió al llevar adelante este proyecto. Según ha reflexionado el novelista inglés, lo que de verdad cuenta en la obra de cualquier creador y de este director, es: «la compasión de Wilder por sus personajes, por esos personajes envejecidos (ya sean hombres o mujeres) que luchan por encontrar su papel en un mundo al que solo le interesan la juventud y la novedad», expresa.

En este sentido, la reflexión acerca de lo desechables que somos los seres humanos en este mundo contemporáneo es relevante. Una sociedad globalizada que nos exige «éxito y producir». Cuando ya no somos capaces de generar ganancias, tal cual lo hacíamos en la juventud, pasamos a una categoría inferior, a la de quienes ya no «aportan».

Ya casi al finalizar el libro se puede leer: «Sé que esta película que estoy haciendo ahora es una de mis películas más serias (quiero que sea seria, que sea triste), pero eso no significa que cuando el público salga del cine, sienta que le has estado metiendo la cabeza en el váter las últimas dos horas, ¿entiendes? La vida es horrible. Vas al cine porque durante dos horas le darán a tu vida un poco de chispa ,ya sea por el humor o las risas o aunque sólo sea… no sé, por unos trajes bonitos o unos actores guapos o algo; una chispa que no tenía antes. Un poco de alegría, supongo», se aprecia con existencialista desazón.

Es decir, su apuesta es encontrar un paréntesis al sufrimiento, al dolor que significa vivir una vida intensa y casi siempre dramática.

En definitiva, El señor Wilder y yo (Anagrama, 2022), es una novela intensa y muy bien construida, que pone de manifiesto las contradicciones que tuvo que soportar este director de cine estadounidense, pero además nos da cuenta de la distancia y singularidades que se producen entre la juventud y la vejez. Dos puntos que se alejan en el tiempo pero que se visitan y proyectan permanentemente.

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«El señor Wilder y yo», de Jonathan Coe (Editorial Anagrama, 2022)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Jonathan Coe.