La novela de Juan Villoro (originalmente publicada en 2004) es un retrato florido y vasto de México, y de la complejidad de las relaciones humanas, repleta de menciones a películas, escritores, conversaciones muy bien llevadas, y un espacio temporal del cual el autor entra y sale con habilidad.
Por Alejandra Repetto Seeger
Publicado el 4.8.2025
El testigo, del escritor mexicano Juan Villoro (1956), publicada por primera vez en 2004 y reeditada en 2025, es una novela compleja y estimulante, en la cual los escenarios van cambiando rápidamente, y los personajes surgen llenos de historias y recuerdos distantes en el tiempo, generando capas en el relato y tonos disímiles de los que no se puede uno distraer.
Repleta de menciones a películas, autores, conversaciones muy bien llevadas, una escritura rica, con interesantes metáforas, imágenes originales y algunas descripciones muy delicadas, es también bastante coloquial, y un espacio en el cual el autor entra y sale del pasado con habilidad.
(«Odiaba el oportunismo de su memoria, esa verdulera sin escrúpulos. Regresaba al pasado como a un dolor elegido, como si lo peor de esa tristeza fuese la posibilidad de perder su recuerdo»).
Con escenas de enorme tensión donde el autor se da el gusto de demorarse en descripciones y reflexiones que incrementan el suspenso, la resolución es placentera porque no deja nunca de ser interesante.
Todo esto para configurar a Julio Valdivieso, el protagonista de El testigo, un intelectual recién regresado a su lugar de origen, ciudad de México, en su año sabático y tras veinticuatro temporadas viviendo en París.
Un retrato florido y vasto de México
Acompañado en su retorno por su mujer, una traductora italiana, y sus hijas, Julio se ve inmerso en la vida y las demandas que van surgiendo a su regreso: su interés por el poeta Ramón López Velarde que se convierte en una revisión a su biografía, sus posiciones políticas y su poesía.
También los compañeros de un taller literario de su juventud, que han mitificado su nombre en la leyenda de su relación con una de las integrantes, y que han tenido devenires variados que constituyen una parte importante de la trama.
Y asimismo la realización de una telenovela que tiene como telón de fondo la guerra de los cristeros, y a la propia familia de Julio que participó de esa contienda; los milagros que la familia atribuye a López Velarde; la aparición de la infaltable mafia, la corrupción de la policía y los asesinatos por encargo; una antigua tesis universitaria robada.
Además, y sobre todo, el recuerdo atenazante de su prima Nieves, amor de juventud con quien planeó el viaje a París que terminó emprendiendo solo, y que parece ser el hilo que enhebra todas las vivencias.
Nieves aparece en los recuerdos que se van modificando, dando cuenta de cómo la historia puede contarse distinta y sobre todo, la relevancia que adquiere según el lugar que se le ha asignado: «De algo podía estar seguro: de haber vivido con ella, nada habría sido tan importante como no haber vivido con ella».
El testigo es un retrato florido y vasto de México, o de un México, y de la complejidad de las relaciones («Aquí no tiene caso odiar a los desconocidos. Los enemigos sólo importan si también son tus amigos»).
Cada personaje está caracterizado frondosamente, tiene presente, pasado y un lugar privilegiado en las observaciones de Julio Valdivieso, este testigo de un país que recobra sin dejar de sorprenderse.
Por esta novela el periodista y escritor, dramaturgo, cuentista y ensayista mexicano Juan Villoro ganó, por unanimidad, el Premio Herralde de Novela el año 2004.
***
Alejandra Repetto Seeger es una psicóloga clínica titulada en la Universidad ARCIS, enfocada en su labor profesional tanto en la terapia de adultos, como de niños, adolescentes y de familias.

«El testigo», de Juan Villoro (Editorial Anagrama, 2024)

Alejandra Repetto Seeger
Imagen destacada: Juan Villoro (por Alba Vigaray).