[Crítica] «La hermanastra fea»: Una fresca reinterpretación de ‘La cenicienta’

El largometraje de ficción debido a la realizadora noruega Emilie Blichfeldt —basado en el cuento de los hermanos Grimm— acaba de ser galardonado en la importante categoría de Mejor Película, durante la última versión del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña 2025, más conocido como de Sitges.

Por Giorgio Kazdikian

Publicado el 12.11.2025

«Para presumir hay que sufrir» es el lema de la cinta independiente La hermanastra fea (2025), reinterpretación del clásico de La cenicienta que marca el debut cinematográfico de la directora noruega Emilie Blichfeldt (1991).

La obra audiovisual fue galardonada en la categoría de Mejor Película de la Sección Oficial de Cine Fantástico en Competición de la edición 2025 del Festival de Sitges.

El filme sigue a Elvira (Lea Myren), una joven que lucha por estar al nivel de su increíblemente bella y perfecta hermanastra y así poder conseguir la atención del príncipe.

Desde su premisa, la obra presenta un interesante y fresco giro de uno de los cuentos de hadas más conocidos y adaptados de la historia, pues no solo se enfoca en un personaje relegado de la historia original (la hermanastra de Cenicienta), sino que lo aborda desde el terror corporal, dando así una película de época que, a su vez, es un descabellado e inusual festival gore.

Lea Myren otorga una dedicada interpretación, sumamente estremecedora, que sumerge al espectador en el mundo interior de la protagonista: cómo se siente este «pato» en un mundo de cisnes y cómo se desvive (metafórica y literalmente) por ser agraciada.

 

La estética surrealista

«Cenicienta solo hay una; el resto somos hermanastras», dice Blichfeldt. El tema central es el coste de la perfección y el estándar inalcanzable de belleza impuesto por la sociedad, una cuestión especialmente relevante en la actualidad, marcada por la idealización y la constante comparación con el mundo externo.

Así, el largometraje dirigido por el realizador noruego puede relacionarse con otras obras que exploran esta temática desde personajes femeninos, como El cisne negro (2010), El demonio neón (2016) o La sustancia (2024).

En lo técnico, la película presenta una puesta en escena y un estilo visual impecables, en su mayoría históricamente apropiados para una obra de época, en contraste con un montaje y una música muy dinámicos que incorporan elementos modernos y contribuyen a su estética surreal.

Los momentos de horror corporal son muy gráficos y creativos, sumamente efectivos gracias al excelente uso de prostéticos y a la inquietante actuación de la protagonista.

A pesar de estar categorizada como terror, la película contiene muchos momentos y elementos dentro de la trama que mantienen un tono cómico que la vuelven tanto entretenida como impactante.

Con respecto a la comparación con La sustancia (2024), el presente largometraje puede recordar a la obra de Coralie Fargeat por la temática y por una campaña de marketing cuyos visuales y tráilers evocan un estilo similar. Sin embargo, la película sostiene su propia identidad y consigue proponer una reinterpretación fresca del cuento de los hermanos Grimm.

En resumen, La hermanastra fea reflexiona sobre el valor de la belleza desde un punto de vista conmovedor y, al mismo tiempo, totalmente disparatado y divertido. Una experiencia que vale la pena visionar… y mejor con el estómago vacío.

 

 

 

 

***

Giorgio Kazdikian (Santa Marta, Colombia, 2006) hizo el Bachillerato Internacional Voramón en Barcelona, y actualmente estudia cinematografía en la Escuela Superior de Cinematografía y Audiovisuales de Cataluña (Universidad de Barcelona).

Apasionado por la narrativa visual, es director y escritor de cortometrajes como Gala (2024).

 

 

 

 

Tráiler:

 

 

 

Giorgio Kazdikian

 

 

Imagen destacada: La hermanastra fea (2025).