[Crítica] «La invención de quien sufre el devenir»: La vida es un camino incierto

La poesía filosófica del escritor nacional Luis Cruz-Villalobos es uno de los secretos mejor guardados de la literatura chilena contemporánea, y su obra se prepara para ese ascenso necesario en el número de sus lectores, y el cual le corresponde por la calidad de sus creaciones y también por la persistencia y la disciplina de su trabajo lírico.

Por Víctor Ilich

Publicado el 31.5.2023

Hace poco terminé de leer el libro La invención de quien sufre el devenir (Independently Poetry, 2022), de Luis Cruz-Villalobos (Santiago, 1976). Un poemario con ribetes filosóficos manifiestos desde su dedicatoria hasta su final.

Y como me resulta difícil creer en la casualidad me fue inevitable asociar su contenido con el documental Free Solo, que trata sobre el ascenso del escalador Alex Honnold, en junio de 2017, de El Capitán, un monolito granítico ubicado en el parque nacional Yosemite, en los Estados Unidos.

En el filme, Alex, el protagonista, menciona, entre otras cosas, el amor por escalar, su anhelo por la búsqueda de la excelencia, el sentirse vivo y la libertad en sus decisiones.

Más de alguien puede preguntarse qué podría tener en común un documental como aquel con lo escrito por Cruz-Villalobos. Creo que mucho: ya que somos lo que hacemos. Evidentemente, nos podemos esconder en argumentos, filosofías, creencias, razones más o menos fundadas, rótulos, estereotipos, pero a fin de cuentas lo que hacemos perfila y da contenido a lo que somos. Ni más, ni menos. En otras palabras, por sus frutos se conoce el árbol.

En esta ocasión, no veo con tanta nitidez separar el texto de la historia vital de su creador. Debe ser por el contenido filosófico que lo circunscribe, ya que ocupa citas de autores para explorar poéticamente sus aseveraciones. Así, el libro de Cruz-Villalobos termina siendo un espejo de sí mismo.

De allí que sea posible indicar que ama escribir poesía, le apasiona, lo que resulta evidente al advertir también la gran cantidad de textos que ha producido. Es cosa de googlear su nombre y comprobarlo.

Atrévase.

 

A desandar lo andado

Es cierto que no todos sus textos alcanzan el mismo vuelo poético, pero no se equivoque: tiene poemarios «diversos y únicos en el ocaso», citando uno de sus poemas. Luis también busca la excelencia. Siendo doctor en filosofía por la Universidad Libre de Ámsterdam, no es extraño ver en su texto un devenir de citas y reflexiones de connotaciones poéticas que dan cuenta de sus conocimientos y de sus búsqueda.

Pero él también sabe que el conocimiento sin amor envanece y extravía. Quizás por eso vive en un sector propicio para sentirse vivo: cerca de la precordillera, en la Región del Maule. Le gustan las caminatas largas y, a ratos, los ascensos vertiginosos. ¿Cómo lo sé? Tuve la oportunidad de compartir con él este verano y lo comprobé. No sin cansancio ni esfuerzo, como todo lo que realmente nos importa en esta vida.

Los textos de Cruz-Villalobos reconocen algo que parece evidente: que la vida es un camino incierto, que no siempre se tiene una ruta clara, que cuando nos equivocamos hay que aprender a desandar lo andado.

Y esto es lo relevante a ponderar: si creciéramos conscientes y con la claridad de que, a veces, la vida nos presentará dificultades de diferentes magnitudes, quizás las frustraciones serían más tolerables.

Si tuviéramos esa misma claridad para ver que en ocasiones somos nosotros mismos quienes gatillamos esas dificultades, o generamos las condiciones propicias para situarnos en pantanos o precipicios, es probable que a lo menos no serían algo tan imprevisible de afrontar.

Por eso reza el proverbio que el avisado ve el mal y se esconde, mas el simple pasa y recibe el daño.

 

Solo somos siendo

Alex Honnold estuvo años reflexionando acerca de cómo alcanzar la cima de El Capitán. Y eso no es todo, no se quedó en la mera meditación filosófica, actuó. Llevaba un registro, una especie de bitácora de escaladas donde anotaba detalles de sus movimientos, los tramos y sus dificultades, la ruta más segura, todo lo que aprendía ejercitándose lo anotaba, todos los intentos fallidos hacia el ascenso utilizando cuerdas de seguridad.

Muchas veces falló en esos intentos. Pero lo que él se proponía era algo extraordinario, casi demencial: subir El Capitán sin cuerdas, o lo que llaman haciendo un «solo integral». Y lo logró, pero después de una ardua preparación, años de prueba y de error.

Luis Cruz-Villalobos ha pretendido vivir de la poesía: ¡una montaña difícil de escalar! Ni Neruda ni Mistral son best seller hoy en día. Alguien dijo que la poesía no vende, que no es la vedete de las editoriales, ni aquí ni en otro lugar del mundo. Claro que existen lugares y países donde hay más interés por ella.

Quizás Luis encuentre una ruta algo más segura para comercializar su poesía, no para vivir de ella, porque de ella ya vive.

Es que solo somos siendo. Y lo que no es o dejó de ser, o no existió nunca o ya no existe, al menos, en este mundo. Cruz-Villalobos se prepara para el ascenso, pero debe pensar muy bien en sus movimientos, al igual que todos nosotros, cuando de escalar montañas se trata.

Así, el que quiera entender, que entienda.

 

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Víctor Ilich nació en Santiago de Chile en 1978. Egresado del Instituto Nacional General José Miguel Carrera y de la Escuela de Derecho de la Universidad Finis Terrae, además de ejercer como abogado y juez de garantía en la Región de O’Higgins es el respetado autor de más de una docena de elogiadas obras literarias.

 

«La invención de quien sufre el devenir», de Luis Cruz-Villalobos (Independently Poetry, 2022)

 

 

 

Víctor Ilich

 

 

Imagen destacada: Independently Poetry.