[Crítica] «Metaliteratura & Co.», de Nicolás López-Pérez: Un verso libre entre el caos y el orden

En este libro se escribe de una experiencia frenética con una técnica audaz, y la cual saca a relucir el quiebre de paradigmas que en su tiempo revolucionó a la poesía en castellano, y que hoy demuestra su madurez artística en un exponente (el autor rancagüino) que hoy no tiene frenos.

Por Ezequiel Urrutia Rodríguez

Publicado el 22.2.2021

Cuando Huidobro llamó “llave” al verso libre, nadie se imaginó la montaña que había en frente. Un sinfín de caminos al cielo en donde es fácil volcarse, pero a su vez, oportunidades únicas para presenciar un derrape magistral.

Justamente, esta es la sensación que el poeta chileno, Nicolás López–Pérez (Rancagua, 1990) deja sobre el folio al pasar su pluma, virando los esquemas tradicionales, e incluso, los mismos impulsos de libertad que en sus años predicó el Creacionismo.

Titulado como abogado de la Universidad de Chile y diplomado en DD. HH. por la Universidad Complutense de Madrid, el poeta nos presenta una obra que, además, es bastante reflexiva. Un cuestionamiento que pone sobre la mesa elementos como “la palabra”, el peso de las mismas ante situaciones importantes, la buena poesía, y lo que sería su carta insignia: el orden y el caos.

Aunque un dato importante sobre dichas reflexiones, es que además del verso libre, López nos dejaría pequeños espacios para un cambio de formato, que a su vez marcarían un intenso contraste en la identidad de su redacción. Ergo, esto no quitaría la eficacia de su ejecución final. Más sabiendo el tipo de tinta que usa para esos trazos. La prosa poética.

Personalmente, para estos casos, es cierto que no hay nada más efectivo que la aplicación de dicha prosa, ya que, de usarse debidamente, amalgama el lenguaje figurativo de la poesía con el ingenio del ensayo y la argumentación, resultando en una carta que va desde una declaración de guerra hasta una oferta de paz.

Aunque también es cierto que dichas prosas serían solo esa parada frente a la acera mientras te fumas un cigarrillo, llamando la atención de tus espectadores con esa pantera reluciendo a tu espalda, antes de encender motores y demostrar lo que puedes hacer en la pista.

Es así como López–Pérez arranca y presenta piezas como “Humo sobre el agua”, “Tango del divorciado”, “Escritura y temblor”, entre otras. Textos que, como es propio del llamado verso libre, se saltarían hasta el último semáforo de la métrica, haciendo rugir el chasís de su espontaneidad a un ritmo hasta rockero.

A esto se suma la forma en que cruza versos bilingües, que si bien resultan un bache en el ritmo de la lectura, al mismo tiempo se vuelve un salto en la declamación del hablante, terminando en un movimiento enérgico, brutal, y me atrevería a decir, hasta punk. Muy similar a la lírica de Álvaro Peña y el rupturismo de sus composiciones.

Incluso, López muchas veces apela a elementos que son tan cotidianos a nuestros días, especialmente a la generación de los “nativos digitales”, que en verdad amplifica el alcance de lo que nos tienen acostumbrados en dicho verso (y de la poesía en general).

Hasta ahí, sé que no soy el indicado para describir, en detalle, lo que significa vivir desde adentro el escribir poesía, pues tengo claro que hay muchos que llevan más años que yo en el campo.

Sin embargo, si hay algo que he notado en el trabajo de mis pares, así como en el mío, es el peso dado a la formalidad detrás de sus creaciones. Vamos, que si pones una grosería en un poema, algunos te reprenden (parece chiste, pero es anécdota).

Y justo, la gracia de López sobre su folio va de que apuesta por el quiebre de dichas formalidades, a grados que ni el mismo Huidobro habría pensado en su momento.

A esto podemos sumar el valor que el poeta recalca a la dicotomía entre el orden y el caos, así como su visión a la entropía que relaciona a los mismos. Casi no pude evitar pensar en cómo me visualizo en el tiempo (el Kairos), al ver ese lenguaje figurativo enfatizando estos dos elementos, que aunque muchos los vean tan discrepados, no quita lo complementarios que son uno al otro.

Por lo mismo, es que esta pieza resulta una obra poética tan recomendable, pues hablamos de una experiencia frenética con una técnica audaz, sacando a relucir el quiebre de paradigmas que en su tiempo revolucionó la poesía, y que hoy demuestra su madurez artística en un exponente que no tiene frenos.

Esperemos que su pluma nunca deje de derrapar sobre el folio con ese ímpetu tan implacable.

 

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Ezequiel Urrutia Rodríguez nació en la comuna de San Miguel (1996), pero ha vivido toda su vida en los barrios de Lo Espejo.

Es egresado de administración empresarial del Centro Educacional Alberto Hurtado y de pedagogía general básica de la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez, con la mención en lenguaje, comunicación y literatura.

También es el autor de la obra homónima Kairos, del sello independiente Venático Editores, y es el artífice del canal de YouTube Poesía con Armin, en el cual adapta su repertorio a material audiovisual.

Asimismo, es socio activo de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) y participa del grupo en Podcast, Momento Literario.

 

«Metaliteratura & Co.», de Nicolás López-Pérez (Editorial Metaliteratura, Argentina, 2021)

 

 

Ezequiel Urrutia Rodríguez

 

 

Imagen destacada: Nicolás López–Pérez.