[Crítica política] Un café con Pamela Jiles

Si la honorable diputada de la República y militante del Partido Humanista de Chile obtuvo un 65% de aprobación en una encuesta, es una legítima demostración de la seriedad de su trabajo parlamentario y de su compromiso cívico con quienes la eligieron.

Por Walter Garib Chomalí

Publicado el 24.11.2020

Mire senador José Miguel Insulza. No toque a Pamela Jiles, ni con el pétalo de una rosa. Ni siquiera con una palabra ambigua.

Ella es una genuina luchadora por la libertad, la justicia social, feminista a carta cabal y una periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que no se amilanó en combatir a la dictadura.

¿Acaso olvidó usted que vivimos 17 años bajo el terror y 30 años adicionales, con una Constitución impuesta por el tirano? ¿Acaso el estallido social del 18 de octubre de 2019, nada le dice? En esa fecha, ¿dónde estaba su señoría?

Usted que leyó Un viejo que leía novelas de amor de Luis Sepúlveda, debe refrescar sus conocimientos sobre la historia de Chile. La diputada Pamela Jiles, quizá lo ignore, día a día luchó contra la dictadura, y no se quedó apoltronada en su casita, mientras otros señoritos buscaban refugio.

Por algo, a doña Pamela la desprecia la derecha, la Sofofa y los tibios al baño María de una izquierda deslavada, cursi, extraviada en el desierto de Atacama, donde se cree que se hallan los restos del oasis del gobierno.

Si usted ansía ser candidato a la presidencia —ojalá fuese prescindencia— busque apoyo en los borregos, en la “clase media” de Piñera, en el medio pelo que milita en la UDI, RN, Evópoli, pues ellos definen las elecciones.

Si Pamela Jiles obtuvo un 65% de aprobación en una encuesta, es una legítima demostración de la seriedad de su trabajo. Usted, dice, no estar de acuerdo con ella, pues no es un personaje atractivo.

Aquí, senador, le vamos a refrescar la memoria, en una apretada síntesis, pues usted permanece extraviado en el cerro El plomo.

Pamela Jiles, si lo ignora, fue detenida por la DINA y torturada cuando tenía 16 años. Es la historia y no se puede borrar, como algunos lo hacen con sus vaivenes políticos. ¿Acaso ella se escondió después de semejante vejamen? ¿Acaso fue a llorar a los organismos internacionales? No quiso convertirse en mártir.

¿Sabes usted cual fue su respuesta?

Quedarse en Chile y asumir riegos. Jamás ha claudicado. Como mascarón de proa, enviste a los carcamales, a quienes visten hábitos de revolucionarios en las procesiones del beaterío, y al día siguiente, reciben propinas de sus patrones.

“Cuando se trata de dinero, todos son de la misma religión”, dijo Voltaire, y hasta los ateos se apresuran a cambiar de credo. En política, el ateísmo sin apoyo financiero, no funciona.

Usted, desde luego, utiliza el derecho de expresión. Criticar, mostrar sabiduría política, enojo, e incluso, escribir sobre el populismo. A doña Pamela Jiles, la acusa de tener rasgos de populismo, que oscilan entre izquierda y otras veces de derecha. Y usted, ¿acaso no oscila?

Semejante acertijo, nos recuerda lo que expresó Cantinflas: «¡Ahí está el detalle! Que no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario».

Usted tiene el derecho a criticar, expresarse, escribir opúsculos, teoría política, quizá un poemita, lo cual le ha permitido ser senador y mantenerse activo. Y no pasivo. Menos aún, dubitativo y le obsequio los 600 y más adjetivos terminados en “ivo” de nuestro léxico.

Otros de su generación, asumen la realidad al sentir que se han quedado en el limbo. Cultivan gladiolos, pasean a los nietos en coches, al perrito de la vecina y terminan la tarde, sentados en una silla mecedora.

Si usted quiere realizar su campaña presidencial, busque adherentes entre quienes adjuraron de su condición de izquierdistas. Los hay por miles, al caer seducidos por el resplandor del vil metal. No se cuelgue del prestigio de doña Pamela Jiles.

Sus aviesos comentarios, senador, ayudan a enaltecer la figura de quien sí sabe luchar y distinguir al enemigo del pueblo.

Lo invito a tomar café con cardamomo a un local de Viña, donde concurren poetas, novelistas y cuentistas de la región, a leer sus creaciones. Acaso esta convivencia le ayude a endulzar su amargura.

Y si doña Pamela Jiles nos quiere acompañar, sería un honor.

 

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Walter Garib Chomalí (Requínoa, 1933) es un periodista y escritor chileno que entre otros galardones ha obtenido el Premio Municipal de Literatura de Santiago en 1989 por su novela De cómo fue el destierro de Lázaro Carvajal, y el premio de novela Nicómedes Guzmán en 1971.

 

Walter Garib Chomalí

 

 

Imagen destacada: La diputada Pamela Jiles.