El crédito del realizador estadounidense Zach Cregger es un largometraje de ficción que desborda personalidad y brilla por su irreverencia y creatividad, pues plantea un misterio de forma grandiosa que, aunque no alcanza una resolución del todo satisfactoria, logra ofrecer una experiencia sumamente entretenida.
Por Giorgio Kazdikian
Publicado el 26.8.2025
En los últimos años, el género del terror se ha convertido en un refugio de propuestas originales y creativas, incluso en una época dominada por remakes y secuelas innecesarias. Cintas como La sustancia (2024), Longlegs (2024) o Pecadores (2025) destacan no solo por su incursión en el mainstream, sino también por demostrar la versatilidad del género.
Así, en 2022 se estrenó Barbarian, una de las obras que, gracias a su éxito crítico y financiero, marcó el desplazamiento de historias más convencionales y comerciales hacia una nueva ola de experimentación audiovisual dentro del género. Su director, el estadounidense Zach Cregger (1981), regresa ahora con su más reciente proyecto: Weapons (2025).
Una noche, todos los niños de la clase de la señorita Gandy (Julia Garner) se levantaron a la misma hora, salieron de sus casas y corrieron hacia la oscuridad para no volver jamás. Este suceso desató en el pueblo una búsqueda desesperada por saber dónde están los niños y quién —o qué— se esconde detrás de su desaparición.
A partir de esta poderosa premisa, la historia se despliega en una serie de capítulos, cada uno centrado en un personaje distinto. La narración adopta una estructura no lineal que permite explorar los eventos desde diferentes perspectivas.
Con todo, al máspuro estilo de Tarantino en Pulp Fiction, cada fragmento aporta una nueva interpretación de los hechos y va, poco a poco, desvelando el misterio desde distintos ángulos.
Una mezcla de terror y humor que sorprende
Este formato aporta frescura a la película, pues cada capítulo culmina en un momento máximo de tensión que se ve interrumpido por el cambio de perspectiva, solo para dar paso a una revelación aún más impactante que la anterior, convirtiendo cada giro en un anzuelo narrativo.
Recomiendo adentrarse en esta obra sin expectativas previas, pues la maestría del guion radica en la imprevisibilidad de la historia y en su cuidada estructura. Aunque puede verse lastrada por ciertos agujeros del libreto y conveniencias narrativas, la película desborda personalidad y resulta extremadamente entretenida e inesperada.
El director retoma el estilo visto anteriormente en Barbarian (2022), donde exploraba un tono inverosímil que, por momentos, roza la comedia. En Weapons lo lleva aún más lejos y consigue una mezcla de terror y humor que sorprende e impresiona al espectador.
La primera mitad construye una atmósfera y tensión verdaderamente escalofriantes, alimentadas por la falta de información que comparten personajes y audiencia. Sin embargo, el componente terrorífico no es la mayor fortaleza de la película, y Cregger tampoco parece tener la intención de que lo sea.
A medida que el misterio se desvela y las piezas del rompecabezas encajan, el largometraje adquiere un aire frenético e irreverente que contrasta con lo visto en la primera mitad. Ese giro tonal constituye, en realidad, su gran fortaleza y el rasgo que la hace destacar.
Finalmente, Cregger entrega una propuesta original y fresca dentro del género del terror, perfeccionando el estilo y tono de su trabajo anterior.
Weapons es una cinta que desborda personalidad y brilla por su irreverencia y creatividad. Plantea un misterio de forma grandiosa que, aunque no alcanza una resolución del todo satisfactoria, logra ofrecer una experiencia sumamente entretenida.
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Giorgio Kazdikian (Santa Marta, Colombia, 2006) hizo el Bachillerato Internacional Voramón en Barcelona, y actualmente estudia cinematografía en la Escuela Superior de Cinematografía y Audiovisuales de Cataluña (Universidad de Barcelona).
Apasionado por la narrativa visual, es director y escritor de cortometrajes como Gala (2024).
Tráiler:

Giorgio Kazdikian
Imagen destacada: Weapons (2025).