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[Crítica] «Zona de obras»: Las oscuridades peligrosas del ser humano

Los textos breves reunidos acá, son el mejor ejemplo de una prosa elegante y muy bien estructurada, pero sobre todo, son relatos que nos dejan llenos de preguntas e inquietudes que rondarán por nuestra cabeza durante bastante tiempo después de haber cerrado la última página.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 26.11.2022

La escritora Leila Guerriero (Junín, 1967) es una destacada periodista y escritora trasandina, cuyo riguroso trabajo de crónica narrativa la ha situado en lo más alto de los exponentes del género.

Su trayectoria es un recorrido destacado por los más importantes periódicos de habla hispana, donde escribe de manera semanal, entre los que cuentan, La Nación de Buenos Aires y Rolling Stone, El País de España, Gatopardo de México y ocasionalmente El Mercurio de Chile.

Ha publicado una serie de libros de crónicas que se acercan mucho a la novela policial. Algunos de ellos son Los suicidas del fin del mundo y Frutos extraños. En el año 2010 recibió el premio CEMEX+FNPI por su texto El rastro en los huesos.

Este último trabajo publicado reúne una serie de columnas escritas por Guerriero en diferentes medios periodísticos. Sin embargo, y a pesar de que están separados en el tiempo todos parecen apuntar a responder algunas de las preguntas que más inquietan a la creadora argentina:

¿Por qué, para qué y cómo escribe un periodista?, ¿de qué está hecha su vocación y que es lo que le da sentido en estos tiempos?

 

Los amores vividos

Intentar responder a alguna de estas inquietudes a través del oficio de la crónica es un deber ser, pues la literatura cobra sentido para quien escribe y para quien la lee. Es un trabajo que se inserta en un mundo terrible y doloroso, en el mundo de las oscuridades más peligrosas del ser humano.

En una de las columnas publicadas en este libro se puede leer lo siguiente: «Yo no estoy en el negocio de la felicidad. No estoy en el negocio de la alegría. No estoy en el negocio de la satisfacción, ni del placer, ni del gozo, ni de la dicha. Yo estoy en el negocio del miedo. Estoy en el negocio de ‘siempre salió bien pero esta vez puede salir mal’. En el negocio de ‘quiero hacerlo como nunca lo hice antes pero es posible que no lo logre’. En el negocio de ‘¿Siempre tendré algo qué decir?'».

Así, el desasosiego con el que debe trabajar la periodista es tormentoso, pues su labor en sí misma no resuelve una situación problemática. Por ejemplo, no vuelve a la vida una mujer asesinada o un niño desaparecido, pero logra, a través de la palabra inocular la injusticia y el dolor, además de dejar en evidencia el sufrimiento por el que están atravesando las personas que han sido víctimas del terror.

Sin lugar a duda, este trabajo de Guerriero es un perfecta excusa para conocerla y adentrarse en un mundo cargado de valentía, pero una valentía que reconoce en todo momento las debilidades y temores. Es una escritura donde confluye la vida misma de quien se ha dado a la narración:

«Porque las buenas crónicas —esas que son mucho más que un adjetivo, que una coma bien puesta, que una buena metáfora— están escritas con una voz propia que se alimenta de una zona en la que confluyen los libros leídos, las películas vistas, las borracheras, los viajes, los amores vividos. Pero también cosas mucho más peligrosas».

En definitiva, los textos breves reunidos acá, son el mejor ejemplo de una prosa elegante y muy bien estructurada, pero sobre todo, son relatos que nos dejan llenos de preguntas e inquietudes que rondarán por nuestra cabeza durante bastante tiempo después de haber cerrado la última página.

 

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Actualmente cursa el doctorado en literatura impartido por la última Casa de Estudios.

 

«Zona de obras», de Leila Guerriero (Editorial Anagrama, 2022)

 

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Leila Guerriero.

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