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El adiós a “La niña horrible” del teatro chileno: Los ecos de una ruptura

Quizás la compañía más emblemática de la última década en la escena nacional —por la calidad y la fuerza de su propuesta estética— anunció su abrupto final luego de la crisis financiera desatada por la pandemia, y después de que dos de sus integrantes fueran acusados por abuso sexual.

Por Jessenia Chamorro Salas

Publicado el 3.8.2020

Este lunes 3 de agosto, una de las compañías teatrales más importantes del último tiempo ha bajado el telón tras un recorrido de siete años que comenzó en 2013, cuando la dramaturga Carla Zúñiga, el director Javier Casanga, un grupo de actores y un equipo tras bambalinas conformaron la compañía “La niña horrible”, destacada en la escena teatral de la última década por su estética esperpéntica, mezcla de kitsh, gótico, grotesco y barroco; así como también, por los temas de género que abordó en cada una de sus obras, visibilizando la diversidad y develando las disposiciones sexogenéricas impuestas en la sociedad patriarcal. Dueños de una poética con un lenguaje escénico particular, humor negro y un desenfadado histrionismo, “La niña horrible” se posicionó como una de las compañías más relevantes de la última década, capturando la atención tanto del público como de la crítica a través de los siete montajes que logró llevar a escena: Sentimientos (2013), Historias de amputación a la hora del té (2014), En el jardín de rosas: sangriento Vía Crucis del fin de los tiempos (2015), La trágica agonía de un pájaro azul (2016), Los tristísimos veranos de la princesa Diana (2017), El amarillo sol de tus cabellos largos (2018), y Yo también quiero ser un hombre blanco heterosexual (2019).

Cabe destacar que estas obras fueron montadas en espacios de renombre, como el Teatro Camilo Henríquez, Teatro Sidarte, y Matucana 100 (entre otros), siendo este último el lugar que en 2019 realizó un ciclo dedicado a la compañía con veinte funciones a las que asistieron cerca de nueve mil espectadores. Retrospectiva que en 2018 también realizó Sidarte con algunas funciones de su ópera prima Sentimientos.

Las razones que la compañía ha entregado respecto de su finalización como proyecto responden a factores contextuales, entre ellos, el más importante que mencionan en el comunicado oficial que han difundido en sus redes sociales, radica en la necesidad de autonomía por parte de los integrantes del equipo para poder enfrentarse a nuevos procesos artísticos, así como también: “la precariedad bajo la que deben funcionar las compañías teatrales, en una completa y absoluta ausencia de políticas culturales”, se afirma en el comunicado.

“La niña horrible” no ha sido la única que ha sufrido los embates de la pandemia, otras muchas compañías y teatros buscan sobrevivir al toque de queda, la cuarentena y el insuficiente apoyo económico del gobierno, que, frente a las dificultades que arrasan con la cultura del país, prefiere hacer oídos sordos, lo cual se manifiesta en la nula mención a políticas públicas para responder a las demandas del gremio de la cultura, quienes se encuentran a la intemperie. Esta situación ha tenido como consecuencia que, compañías como esta se encuentren en la disyuntiva de seguir con el proyecto con recursos propios o dejarlo atrás para sobrevivir.

Además de las razones expuestas en el comunicado oficial, “La niña horrible” durante el mes de julio experimentó una fuerte crisis interna, derivada por un lado, del incendio que afectó a uno de los integrantes, y que tuvo como consecuencia la pérdida de su casa; y por otro, la desvinculación de dos de los actores que formaban parte de la compañía, a causa de acusaciones de abuso sexual en contra de ellos. La compañía comunicó en sus redes sociales de este modo la decisión: “Reiteramos la importancia de hablar y reflexionar sobre estos temas, y sobre todo, hacerse cargo. Pensamos que los discursos políticos no tienen ningún sentido si no se toman acciones que lo reflejen (…) sobre todo por las temáticas de género que abordamos en cada una de nuestras obras”.

Sin duda, la escena teatral chilena extrañará las hiperbólicas obras de “La niña horrible” que vino a despercudir con ironía, humor y crítica las tablas, develando constricciones y problematizando temas usualmente escondidos bajo la alfombra, como lo son la homosexualidad y el lesbianismo, el travestismo, la prostitución, las enfermedades terminales, el suicidio, la orfandad, la maternidad, el bulling, entre otros.

En el comunicado de despedida, Carla y Javier sostienen: “Este proyecto nació con la finalidad de exponer la belleza de lo que aparentemente es horrible, de lo que es extraño, de lo que es distinto, y es en ese lugar que nos encontramos con tantas personas, y fue mucho más hermoso de lo que alguna vez pudimos soñar”. Además, afirman que algunos de los integrantes seguirán trabajando juntos, y que esperan reencontrarse en el teatro, porque: “las ganas y la rabia de cada unx de lxs creadores e intérpretes de ‘La niña horrible’ siguen encendidas, con mucha más fuerza que antes”.

 

También puedes leer:

El amarillo sol de tus cabellos largos: Cuerpos disruptivos entre lo grotesco y el desparpajo travesti.

Los tristísimos veranos de la princesa Diana: Entre la apología feminista y la apoteósis teatral.

Obra Sentimientos en la sala Sidarte: El develamiento de la constricción femenina.

—Santiago a Mil 2018, La trágica agonía de un pájaro azul: Un hilarante drama existencial.

 

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Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile. Igualmente es redactora estable del Diario Cine y Literatura.

 

«La trágica agonía»

 

 

Imagen destacada: El amarillo azul de tus cabellos largos, de «La niña horrible».

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