«El protegido», de M. Night Shyamalan: La complementariedad de los opuestos

Este filme -cuyo título original es «Umbreakable»-, lo dirige en el año 2000 el realizador M. Night Shyamalan tras su famoso El sexto sentido. El guión es, como en la mayoría de sus largometrajes, del propio director. Se trata de una obra brillante con una excelente puesta en escena demostrando la gran talla del artista indio, que en esos tiempos estaba en su mejor momento. La película está basada y es un homenaje al mundo de los cómics. En ella vemos como un hombre “normal” David Dunn (Bruce Willis en una excelente interpretación) descubre sus poderes paranormales y los utiliza para el bien común. Pero todo ocurre gracias al otro protagonista: Elijah Price (Samuel L. Jackson), quien enfermo y aquejado de debilidad en los huesos, lo encuentra tras haber provocado diversos accidentes mortales multitudinarios con ese propósito.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 5.6.2018

 

Arte cinematográfico

A mi entender en este filme Shymalan (India, 1970) hace gala de su virtuosismo, cada escena está muy estudiada para ayudar a transmitir lo que explica el guión. Desde la misma atmósfera de silencios que tan bien refleja el mundo aletargado en el que “vive” David hasta la originalidad de tomas en donde se busca y se consigue alcanzar el arte cinematográfico.

Hay un homenaje a Hitchcock en los planos que utiliza y en el hecho de que el director aparece brevemente como actor.

Destacar tres escenas muy logradas:

El plano largo de David en el tren visto entre butacas y la sutil manera de mostrarnos el accidente desde el temblor inicial al flash de luz blanca final.

Toda la toma en la que vemos a Elijah bajar las escaleras del metro. En especial cómo al caerse se rompe su bastón de cristal en pedazos a modo de visualización de la rotura de sus huesos.

La escena que muestra a David caído sobre la lona de la piscina observando como se desenganchan los bordes exteriores y la manera en que queda enrollado en ella siendo tragado por el agua.

 

Los nombres

Los dos protagonistas tienen nombres muy relacionado con el trasfondo heróico del film. David Dun: David es el hombre que vence al gigante Goliat y Dun en inglés es apremiar. Elijah Price, Elijah para los judíos es el mesías y Price significa en inglés precio o valor.

 

Miedos

«Valiente no es quien no tiene miedo, valiente es quien conquista sus miedos».
Nelson Mandela

La película habla de la importancia de superar los miedos y de cómo a menudo necesitamos ayuda para poder vencerlos. El miedo nos paraliza y nos hace pequeños. Parece que uno no puede con él, pero todos tenemos la capacidad para lograr superarlo. Y suele ser fundamental la ayuda de alguien que nos conozca de verdad para conseguir que saquemos fuerzas para poder vencerlo.

Elijah de chaval tiene miedo a salir de casa por su facilidad en lesionarse, en la escuela le apodan “señor vidrio”. Su madre, que ha sido su puntal desde el momento en que nació, le dice que si ahora decide esconderse nunca podrá cambiar nada y durante toda su vida tendrá miedo. Para ayudarle a salir a la calle le coloca un paquete regalo en un banco del parque frente a su casa. Así, antes de que alguien lo coja, él sale; es un cómic. Su madre le explica que cada vez que salga le dará uno y que este tiene un final sorprendente. Ella conoce su pasión por los cómics heróicos y logra con este método que Elijah venza su miedo.

David tiene miedo al agua pero nunca lo ha afrontado ni ha querido averiguar los motivos. Elijah provoca que él vaya dándose cuenta de quien es en realidad y que acabe descubriendo que estuvo a punto de morir siendo niño al ahogarse en la piscina escolar. El “señor vidrio” le hace ver que es un héroe con su correspondiente punto de debilidad, el agua. Cuando David acepta su poder y lo pone en práctica, cae en una piscina pero esta vez logra superarlo con su fuerza y la ayuda de dos chicas que había liberado.

 

Despertar y vivir

«Todos los seres humanos poseen la naturaleza del despertar y pueden entender profundamente».
Thich Nhat Hanh

David “vive”como dormido o anestesiado, al salir del hospital tras el accidende de tren su hijo Joseh y su mujer Audrey le abrazan pero él los recibe sin inmutarse. Durante el desarrollo de la película lo vemos con actitud distante, sin expresar sentimientos, respondiendo muchas veces con silencios a las preguntas personales (en especial cuando es su mujer quien se las hace) Es evidente que existe un problema de pareja que afecta a ambos y a su hijo.

En una escena, Audrey llorando le dice a David que quiere volver a empezar, para ella el haber sobrevivido al accidente es como una segunda oportunidad, le comenta que aceptaría una invitación para salir y él no responde. Su silencio es más un no saber que otra cosa. Salen y los vemos en un pub jugando a adivinar algo del otro hasta que Audrey le pregunta cuando empezó a creer que su relación no duraría, él dice que una noche tuvo una pesadilla y no quiso despertarla para que no le dijera que todo iba bien. Su mujer le pregunta si se aleja de ellos conscientemente y por qué, a lo que contesta: “sí pero no sé la razón”. David no se siente bien, algo no está bien pero no sabe qué es. Audrey quiere descubrir el qué, le dice que su vida han sido siempre sus elecciones, que ella nunca deseó que se lastimara aunque de no ser así no hubiesen estado juntos ya que no le gustan los deportes violentos (él era un jugador profesional de fútbol americano) No obstante para ella  lo que David podía hacer físicamente era todo un don.

David va despertando y ve lo que realmente le ocurrió, como dejó en el olvido su fuerza física (fingiendo estar lesionado tras un accidente de coche) para dejar el fútbol y poder estar con Audrey; y encuentra una forma de canalizarla al servicio de la gente. Lo encuentra gracias primordialmente a Elijah (le ayuda a ver quien es realmente, a conocerse, a despertar de su letargo) pero también a Joseph quien siempre ha creído en su padre y le pone a prueba (le coloca más peso en las pesas o incluso pretende dispararlo).

Tras su primer caso heróico le vemos en su casa llevando en brazos a Audrey a la cama, le abraza diciéndole tuve una pesadilla a lo que ella contesta: “ya terminó”. Al día siguiente en la cocina David le enseña a Joseph la noticia de su hazaña diciéndole que tenía razón pero que es un secreto entre ellos y el hijo llora emocionado (la madre no quiere saber nada de las “teorías” de Elijah).

Ese ver quien es realmente, ese reencontrarse consigo mismo hace que David vuelva a ser el de antes y quiera estar con su mujer y su hijo. David recupera por fin el sentirse vivo de verdad, la capacidad de amar plenamente.

 

El actor Samuel L. Jackson en una escena de «El protegido» (2000), del realizador indio M. Night Shyamalan

 

Los opuestos, la utilidad del mal

«Sin contrarios no hay progreso».
William Blake

«El mal nos cura de toda superficialidad y sentido de autosuficiencia».
Raimon Panikkar

El tema principal del que trata la película es el de los opuestos y su complementariedad. En especial los contrarios vulnerable/fuerte y mal/bien. Elijah nace con debilidad ósea, desde niño conoce su facilidad para lesionarse. En cambio David no quiere saber de su extrema fortaleza física por comodidad, inercia y miedo. No obstante, inconscientemente nuestro héroe sabe y por eso elige trabajar como guarda de seguridad.

Elijah quiere dar sentido a su incapacidad extrema y se convierte en buscador de la máxima capacidad. Sus conocimientos del mundo de los cómics los aplica a la vida real, ve las historias que relatan como mitología moderna (hechos que alguien vivió o sintió en alguna parte y que luego fueron transformadas en obras populares) Y con ello da sentido al mal como opuesto indispensable para descubrir a su complementario. Se convierte en villano sólo para encontrar al héroe salvador.

David posee dos dones: la fuerza extrema y la capacidad de visualizar la maldad de las personas al tocarlas. Dos grandes capacidades que le convierten en el vencedor del mal (alguien que vino al mundo para proteger y cuidar al resto en palabras de Elijah) Y así se nos muestra en su primer caso donde puede con un hombre muy corpulento que ha matado a un padre y tiene retenidas a su esposa y las dos hijas.

En la escena final de la película David acude a la inuguración de una exposición en la galería de Elijah, su madre le dice sobre un dibujo de confrontación entre un héroe y un villano que los ojos del maligno son más grandes porque insinuan la perspectiva retorcida de su visión del mundo. David contesta que no se ve temible, ella le comenta que dijo lo mismo a su hijo pero este le contestó que el brillante archienemigo pelea contra el héroe con su mente.

En la trastienda, rodeados de cómics y con el suelo de losas blancas y negras (simbolismo de los opuestos) ambos hablan. Elijah le muestra el periódico y le dice que ya comenzó, preguntándole si al despertarse aún siente tristeza a lo que él contesta que ya no. Es entonces cuando Elijah le ofrece estrechar su mano y David visualiza que fue él quien provocó el accidente del tren y también otros dos de los que siempre le hablaba (un total de tres, el número del tiempo pasado-presente-futuro; tiempo como factor necesario en todo proceso) David asombrado sabe que Elijah lo ha tramado todo. Este le comenta que lo más pavoroso que hay es no conocer tu lugar en este mundo, que se cuestionaba continuamente y por poco pierde la esperanza pero que ya le encontró. Le dice que ahora que sabemos quien eres, yo sé quien soy, todo tiene sentido; mientras David se va le comenta que el archivillano es el opuesto al héroe y la mayoría de las veces son amigos como ellos y que debió saberlo antes por como actúan los niños.

El filme plantea una cuestión ética sobre el bien y el mal, ¿Es legítimo llegar al extremo de matar a tanta gente para encontrar a un salvador de actuación limitada? Parece obvio que en el contexto de la película la respuesta es claramente no, y así lo entiende Shymalan al hacer que David entregue a Elijah. Pero quizás en otro contexto podría llegar a justificarse como modo de reconocerse y reconocer a un salvador universal…

 

Creer

«Es necesario volver a creer y jamás perder la capacidad de soñar».
Carl Gustav Jung

Cuando Elijah explica todo lo que sabe a Audrey, le dice que vivimos una época mediocre donde la gente ha perdido la esperanza y que nos es dificil creer en cosas extraordinarias dentro de nosotros.

Con estas palabras Shymalan refleja la falta de confianza dominante en nuestra sociedad. Hoy en día existe una tendencia pesimista vinculada al miedo que nos limita. Cada uno de nosotros somos únicos y tenemos capacidades innatas por descubrir, dones que nos permiten expresar creativamente nuestra diferencia. Desde por ejemplo saber contar historias hasta ser artista de lo que sea. Se requiere confianza en uno mismo para descubrir nuestra diferencia y llegar a expresarnos como realmente somos, aunque quizás no sea aceptado socialmente. La historia está repleta de gentes incomprendidas en su época que luego son reconocidas. No obstante opino que lo importante es la referencia propia; el sentirse bien con lo que se hace independientemente de si es o no es entendido.

 

Dedicado a Elsa con quien comparto la admiración por este genial director.

 

 

Afiche promocional en idioma original del filme que data de la temporada 2000

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: Los actores norteamericanos Samuel L. Jackson y Bruce Willis en «El protegido» («Unbreakable», 2000), de M. Night Shyamalan