Los cuentos y relatos del autor chileno José Ramos Barrientos se aferran a la emoción y a esa amenaza primordial que producen el miedo y el peligro ancestral, y donde su relación estética con los orígenes, la hace guardián de un enigma literario, el llamado secreto atacameño.
Por Diego Álamos Mekis
Publicado el 29.6.2025
Aquí la imaginación se envuelve con los vientos del desierto de Atacama, y se alcanza a apreciar una construcción impecable que, de pronto, se rompe y desaparece.
Lo que hace José Ramos (1982) es algo espectacular, crea mundos y personajes de una realidad tremenda que dan la sensación de vivir en sus cuentos. La literatura atacameña se caracteriza por la oralidad, por esa narración de un pasado mítico: por los cuentos y los relatos de los abuelos.
Esta técnica narrativa —realista pero siempre con toques de cuento— en Ramos Barrientos se transforma en literatura; no quiero hablar de herencia en su obra, en un autor «medium» entre el pasado y la actualidad, pero sin duda todas estas tensiones creativas aparecen y luchan en El Achache y otros cuentos de terror lickanantay.
Insisto, las historias que nos cuentan los abuelos y abuelas son el «estilo» atacameño y José asume esta forma de narrar, y para quienes le leemos creímos escucharlo alrededor del fogón. Una voz cercana que, como dijo Sofía Ramos Wong el día de su lanzamiento: «por debajo, a ocultas, te va tirando el horror».
La simpleza es otro rasgo de este estilo: directo al asunto y los cuentos son eso —se leen de una sentada y no se van con rodeos, como en la novela que se permiten desvíos y otras divagaciones—.
En otras palabras, en este libro yo veo una réplica literaria del estilo atacameño que son las narraciones orales de un pasado mítico, remoto y cercano a la vez.
La tendencia lickananatay al arcaísmo, a los cultos y pagos de los antepasados en El Achache… tiene una vuelta de tuerca, es un libro que se abre a la modernidad pero el pasado acecha, el terror viene del origen.
En el haz de luz que deja la puerta está el cadáver
Ahora bien, con Ediciones de Desierto llevamos unos diez años trabajando por la cultura literaria en el territorio atacameño, y la presencia calmada, expectante, al acecho de José Ramos, prácticamente concuerda con los inicios de nuestro trabajo en San Pedro de Atacama.
Para nosotros es un mérito publicar un autor local, ya que la cultura local pasa aquí por la criba de la minería, con una clara tendencia al culto de las tradiciones agropastoriles arcaizantes. Las tensiones de la actualidad no sirven demasiado para el control de las comunidades. Es simple: en el pasado, todos somos hermanos. En el presente, ya hay otros aspectos terribles de la humanidad, recelos y venganza.
Creo que estamos en frente a un cruce de mundos, un choque del que no saldremos ilesos. Entonces, vemos dos cruces en esta obra de José: uno, que su obra es la réplica —hecha libro y modernidad— de los cuentos de los abuelos y abuelas atacameños.
Dos, que su obra se escapa de la idílica protección de las tradiciones (fomentada por el turismo o la acción social de la minería) y, no obstante tomar todas las referencias originarias lickanantay, su discurso es de ahora y refleja toda la violencia a la que ha sido sometido su pueblo.
Así, en los márgenes, en los limbos, sí, en los bordes de la realidad está el terror, en los bordes de la cultura, en los límites de la vida está la cara sonriente de la muerte, en el haz de luz que deja la puerta está el cadáver.
Frente a una obra así solo queda agradecer y desearle una buena vida, una larga vida y una maravillosa carrera como escritor a José Ramos Barrientos. El miedo es una de las emociones más antiguas, salir corriendo ante el peligro es algo innato. Está en el córtex: en la estructura primaria cerebral, es algo casi físico.
Y que la literatura de Ramos se aferre a esta emoción primordial, así como su relación con los orígenes, la hace guardián de un secreto. El secreto atacameño. Toda gran obra es guardadora y reveladora de un secreto. Te invito a descubrirlo.
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Diego Álamos Mekis (Santiago, 1979) es licenciado en filosofía de la Universidad Alberto Hurtado y editor de profesión. Como escritor tiene tres libros: Asomos (2008), Nuevo curso de mecanografía (2010) y la novela Cahili-Huta (2012).
Desde hace 10 años es director del proyecto editorial Librería del Desierto y Ediciones del Desierto en San Pedro de Atacama, región de Antofagasta.

«El Achache», de José Ramos Barrientos (Ediciones del Desierto, 2025)

Diego Álamos Mekis
Imagen destacada: José Ramos Barrientos.