El libro del periodista polaco Ryszard Kapuscinski corresponde a un texto que está construido de forma magistral y el cual es un recordatorio de la forma en que el poder autoritario corrompe y lleva a los pueblos a tomar medidas extremas que terminan por cambiar el rumbo de su historia.
Por Cristián Uribe Moreno
Publicado el 4.11.2025
El escritor eslavo Ryszard Kapuscinski (1932 – 2007) reporteó de primera mano guerras, revoluciones y golpes de Estado en diversos continentes como África, Asia y América. Fue testigo privilegiado del nuevo orden que se erigió después de la segunda mitad del siglo XX. Y plasmó sus vivencias en reportajes que se convirtieron en libros, que mezclaban el rigor periodístico, con sus experiencias personales e historias de las cuales era testigo o recogía in situ.
Desde ahí que sus textos sean unos híbridos que se pasean por el testimonio, el periodismo y la literatura. No obstante, son obras únicas que transmiten la urgencia del momento, se sumergen en los antecedentes y causas de los conflictos, construyendo un amplio panorama de los lugares que por su labor debía cubrir.
En relación con esto último, la editorial Anagrama, en su colección Crónicas, ha reeditado este 2025, uno de los grandes textos por los cuales Kapuscinski fue reconocido: El Sha. Libro publicado inicialmente en 1982, entrega una perspectiva muy amplia de uno de los hechos fundamentales del siglo pasado: La revolución islámica en Irán.
Así, el periodista polaco aborda los hechos que dieron origen a esta revolución centrándose en la figura de quien detentara el poder durante décadas: Mohammad Reza Pahlaví, más conocido como el último Sha de la nación de origen persa.
La narración de la vida y caída del derrocado líder, Kapuscinski la realiza desde la fragmentación. En su cuarto de hotel en Teherán, donde vive desde hace semanas reuniendo información, el reportero se sumerge en notas, fotos, cintas magnetofónicas para construir un relato sugestivo y contundente sobre la república persa durante el siglo XX.
Todo este material reunido por el periodista fluye de forma libre en su relato, fijando su atención en un elemento u otro, para construir tanto la biografía del exmandatario como también el derrotero histórico de la nación iraní.
De esta manera, la narración es ecléctica porque incluye hitos biográficos de Pahlaví, reflexiones de Kapuscinski e historias de personajes comunes que muestran como se fue incubando el malestar de la población contra el autócrata gobernante.
El estilo del autor polaco es notable, toda vez que va desde el panorama más vasto para detenerse en lo específico, en los detalles. Esto permite al periodista entregar información que perfila la historia combinándola con sus propias consideraciones sobre el origen de la revolución.
Ejercicios de política comparada
La pregunta esencial que busca responder el autor polaco es el por qué estalla este movimiento revolucionario. ¿Qué lleva a que ocurra de forma efectiva en Irán y en otros lugares no? De ahí que en ciertos pasajes, el libro se transforma en un acercamiento filosófico y político al triunfo de la revolución islámica.
«Por lo general, las causas de una revolución se buscan entre las condiciones objetivas: en la miseria generalizada, en la opresión, en abusos escandalosos. Pero este enfoque de la cuestión, aunque acertado, es parcial» (p. 131).
Con todo, para que una revolución estalle, continúa el periodista polaco, es necesario más que la toma de conciencia de la opresión gubernamental. Y llega a la conclusión de que para que los sucesos se detonen hace falta un catalizador. Y para Kapuscinski este catalizador son las «palabras».
«Por eso los tiranos, más que al petardo o al puñal, temen a aquello que escapa a su control: las palabras. Palabras que circulan libremente, palabras clandestinas, rebeldes, palabras que no van vestidas de uniforme de gala, desprovistas del sello oficial» (p. 131).
En esta dialéctica de hablar de las «condiciones objetivas» y de los «catalizadores», asoman las conclusiones más agudas del reportero europeo.
Así, es interesante leer estos planteamientos a los que llega Kapuscinski, sobre las condiciones y los catalizadores, y su relación con los acontecimientos vividos en Chile hace 5 años atrás.
La gente salió a la calle, entre otras cosas, indignadas por las declaraciones de unos dirigentes indolentes que nunca sopesaron la irritación que producían en la ciudadanía. El catalizador fueron las desafortunadas afirmaciones de ciertos personeros que en los medios instaban a la gente: «levántese más temprano para evitar el taco», «compre flores porque están más baratas», o: «esto no prendió cabros”.
En efecto, las palabras de un gobierno que menospreciaba a los ciudadanos fue la mecha que encendió los ánimos. Sin embargo, «las condiciones objetivas», las condiciones materiales e históricas de opresión, miseria o descomposición social que llevan al pueblo a tomar la decisión de rebelarse en armas contra del gobierno, no estaban dadas.
No como en el Chile del régimen pinochetista. No como en el Irán del Sha.
Desde esta perspectiva, se puede entender la razón de que, en nuestro país, el movimiento social desembocara en un estallido y no una revolución. Pues como dice el mismo Kapuscinski: «toda revolución es un drama y el hombre evita instintivamente las situaciones dramáticas» (p. 132).
Aunque igual que en una revolución, al momento de surgir el estallido en Chile, sorprendió a todos. El mundo político repitió de forma majadera «no lo vimos venir». El estallido social fue un desahogo, un grito de malestar de una gran parte de la población aburrida de un sistema que perpetúa la desigualdad.
Un sistema defendido por políticos indolentes y torpes que tomaron muy malas decisiones. Pero en su desarrollo, el movimiento social no tuvo ninguna conducción hacia algo mayor. Y con el pasar de los días se encapsuló en ciertos lugares y específicos momentos, sin confluir finalmente en una revolución.
El libro de Ryzard Kapuscinski es de lectura obligatoria para quiénes deseen entender ciertos procesos sociales complejos que comienzan y arrastran todo a su paso.
Se trata de un gran libro que está construido de forma magistral y que es un recordatorio de cómo el poder autoritario corrompe y lleva a los pueblos a tomar medidas extremas que terminan cambiando el rumbo de la historia.
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Cristián Uribe Moreno (Santiago, 1971) estudió en el Instituto Nacional General José Miguel Carrera, y es licenciado en literatura hispánica y magíster en estudios latinoamericanos de la Universidad de Chile.
También es profesor en educación media de lenguaje y comunicación, titulado en la Universidad Andrés Bello.
Aficionado a la literatura y al cine, y poeta ocasional, publicó asimismo el libro Versos y yerros (Ediciones Luna de Sangre, 2016).

«El Sha», de Ryszard Kapuscinski (Editorial Anagrama, 2024)

Cristián Uribe Moreno
Imagen destacada: Ryszard Kapuscinski.
