[Entrevista] Escritor Marcelo Leonart: «Tenemos que movilizarnos contra el miedo»

El también dramaturgo chileno, y quien acaba de presentar durante el presente mes de diciembre y con gran éxito su montaje «Proyecto diablo», en la sala Teatro del Puente de Santiago, dialoga con el Diario «Cine y Literatura» acerca de las claves estéticas y políticas de una puesta en escena que volverá a exhibirse, próximamente, en enero de 2022.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 22.12.2021

Proyecto diablo se presentó en el Teatro del Puente y gozó de amplia convocatoria en todas las fechas calendarizadas durante diciembre.

En enero la obra vuelve a las tablas, y es providencial que así sea, pues con el nuevo escenario político que ya se palpa, Proyecto diablo resulta en una lúcida clase, una oportunidad para observar nuestra realidad chilena actual, repasando hito tras hito, desde el estallido social.

Marcelo Leonart (Grita, Noche mapuche, entre muchas otras) presenta Proyecto diablo, obra que condensa un conjunto de denuncias sociales en la increíble voz-oráculo de un solo actor.

Leonart (Santiago, 1970) introduce la sesión con palabras de contexto: se ha buscado conservar el espíritu de la revuelta. Como testigos, explica, era importante actuar sin esperar a que el tiempo atenuara el impulso, y ese es el énfasis: “Escribir y montar en caliente”. Su inspiración hace eco de algunas nociones de Walter Benjamin al momento de aventurar la articulación histórica de lo pasado, con el riesgo y desafío de adueñarse del recuerdo.

La estatua de Baquedano, un perchero con algunas ropas, bolsas, gorros, una peluca y un espejo conforman la austera escenificación para el monólogo a cargo del “diablo” o “pobre diablo”, quien hace cursar por su cuerpo el poderoso, extremo texto que recoge las ansiedades más agudas de los últimos años en Chile.

Rabioso, a ratos cómico, el texto es compuesto por denuncias sociales que se expresan en la idiosincrásica voz de un personaje, que da curso a su impotencia, consciente de sus limitaciones. De hecho, comienza advirtiendo de su estructura circular (“el principio es el final, el final es el principio”), sugiriendo un círculo vicioso, difícil de romper, extenuante y muy costoso.

Hay un signo que se ha recogido aquí, y quizá la referencia más visible, a modo de sincronía cultural, sea aquel innovador arquetipo delineado en la figura de “Joker”, un tipo de profecía descalabrada, un discurso que ha enloquecido; es producto del corrupto sistema, que ha creado la maquinaria para su propia disolución.

En Proyecto diablo, la voz, el vocero es un hombre que también actúa como un oráculo que revela la alienación que acontece en el espacio urbano, en el metro, poblado por gentes indiferentes y banales.

El espejo cuelga y se balancea con los movimientos en el escenario. El espejo, aunque volátil y poco confiable, es, finalmente, lo único que devuelve la propia imagen…

 

La subsistencia está en juego

La Plaza Dignidad es el locus y el caballo, la estatua, un símbolo clave en la obra. Hay mucho que decir sobre el “Hueón a caballo, que no es paco”, un constante cuestionamiento sobre lo que se es versus lo que parecen ser ciertos tótems.

Hay un persistente “es”, “no es” en el discurso, y esto resalta la denuncia en torno al juego de las apariencias que demanda la interacción social.

El hombre exhibe una tenida seudo marginal, al comenzar la función; luego, esta muta hacia una indumentaria como de oficinista; finalmente, la peluca es añadida a su atuendo. Este cambio de disfraz, de apariencias, permite cursar la denuncia de “la Carmencita”, una representante subalterna que habla de la precarización de la base social, de la jerarquía de clases y de la solidaridad.

Nuevamente se insiste en este “es”, “no es”: La Carmencita no es ni su novia ni su polola, reitera la voz. De este modo, la denuncia adopta un matiz más genuino, justiciero, porque no es motivada por una cercanía o familiaridad.

Todos los límites se difuminan en la urbe traspasada por la violencia militar. El trauma ya se ha instalado en todos los cuerpos, algunos baleados, todos destrozados psicológicamente.

El resultado es la fragmentación que produce a un ser imaginario (“casi tan invisible como yo”, dice), en una urbe donde el miedo se ha normalizado: “¿Todo fue un sueño? No. Era real”.

“La gente está cansada del miedo”. La voz interpela al público y relata el abuso que ha cometido el jefe, el diablo, con su empleada, la Carmencita. Surge la pregunta: “¿Qué haría usted por un trabajo?”. Pero no es posible (el lujo) del debate ético cuando la subsistencia está en juego y la única certeza se halla en el espejo.

En este portal es posible evocar a la abuela y también al diablo, en un repaso terrible y revelador, que permite la identificación con un sinfín de personas, incluso la comprensión de sus viles actos, porque, cuando todo se ha degradado, uno mismo representa al diablo: “Yo misma me había transformado en el diablo”.

 

Marcelo Leonart

 

«Hay que escribir y montar urgentemente»

—Dices que la motivación fue “escribir y montar en caliente”. ¿Cómo plasmar la chispa, lo espontáneo del momento, y reproducir esa energía en las funciones mismas? Háblanos de la noción de apropiación y articulación histórica que circula en tu texto.

—El teatro siempre es presente. Aunque montes a Shakespeare o a Esquilo. La tarea es invocar al presente el pasado de los ensayos, la escritura y, a veces, la historia. En este caso reciente. Escribir y montar en caliente es literalmente hacerlo antes de que el reguero del presente se apague. O se esfume.

¿Cómo pensábamos al momento del estallido? ¿Qué pensábamos cuando estábamos en la calle, cuando la violencia arreciaba, cuando el futuro era una nebulosa donde nada —o todo— podía ser posible?

Eso lo podemos saber con el transcurso del tiempo. Ya habrá tiempo para análisis y reacciones más frías. Pero para no perder ese pensamiento urgente, hay que escribir y montar urgentemente. Nosotros no queríamos perder esa oportunidad. Queda este registro. Ejecutado, como decía Benjamin, en el instante del peligro.

 

—La escenografía es muy austera y los símbolos están muy cargados. ¿Cómo seleccionaste los elementos que iban a entrar en la puesta?

—Este es un montaje de dirección colectiva. Obviamente con énfasis en nuestras disciplinas madres. Dramaturgia yo. Actuación de Felipe Zepeda y diseño de Nicolás Jofré. No vemos demasiado símbolo. Cosas que significan otra cosa. Lo que vemos es un imaginario. Los grafitis, las máscaras, el travestismo.

La estatua de Baquedano (llamado en la obra ‘El huevón a caballo’). Y los espejos que es donde, según leyendas, se refleja el diablo cuando se le invoca. Lo austero también tiene una intencionalidad práctica.

Queríamos un espacio que se transformara a través de la acción y la palabra del actor. Un lugar que es como un camarín donde el hombre común y corriente (nuestro Diablo) se transforma en multitudes. Y una obra que podamos montar rápidamente en diversos espacios.

Queremos que el Proyecto Diablo tenga una larga vida.

 

«Los protagonistas de la revuelta de octubre de 2019»

—¿Cómo surgió el personaje de Carmencita, que es apropiado por el pobre diablo? ¿Cómo concebiste este travestismo de hablas?

—Nuestro personaje madre, el hombre común y corriente, es un testigo. Un hombre invisible que ve a los invisibles que de alguna manera son los protagonistas de la revuelta de octubre de 2019.

Gente que, como dice el texto, dijeron: Basta, basta, basta.

La Carmencita —decimos— es una especie de protagonista oculta de la obra. Es invisible, pero nuestro hombre común y corriente puede verla. Y narrarla. Y transformarse en ella. Como una manera de darle cuerpo a su relato invisibilizado.

 

Vencer al miedo

—El miedo es una de las emociones más evidentes en Proyecto diablo. Hay mucho que decir del miedo como móvil social; el miedo como coartada, justificación, oportunismo y, también, disociación. ¿Qué debemos precaver humanamente frente a la realidad del miedo?

—El miedo se vence cuando se hace insoportable. El miedo al sistema se combate rebelándose contra el sistema. El miedo a los pacos se combate enfrentándose a los pacos.

¿Tenemos que tener miedo? Tal vez sea inevitable.

Pero no nos podemos dejar vencer por el miedo. Tenemos que movilizarnos contra el miedo. Encontrar caminos que nos lleven a lugares sin miedo.

Un ejemplo fue la elección del 19 de diciembre. Se siente uno tan bien cuando uno vence al miedo.

 

«Un actor tan tremendo como Felipe Zepeda»

—El trabajo actoral es notable por su intensidad. ¿Piensas siempre en tus obras como puestas en escena? ¿Tenías una idea clara de cómo se habría de representar este exigente monólogo?

—Las obras que escribo contienen una idea de puesta en escena. Se escribe pensando en posibilidades de puesta en escena. No tienen sentido sin puesta en escena. Pero siempre hay una apertura.

Para mí la escritura teatral es como una partitura escrita en un vacío que se va llenando con distintos lenguajes y notaciones. Este texto fue escrito para que lo montáramos con el Nico y el Feli. Se escribió pensando, también, en la caligrafía de un actor tan tremendo como Felipe Zepeda.

Él agarró esa partitura y, apoyado en esta dirección de tres cabezas, la elevó a las alturas en las que está ahora. Es un trabajo impresionante de un actor impresionante. Y nos sentimos muy orgullosos de eso.

 

Ficha técnica:

Dirección: Marcelo Leonart, Felipe Zepeda, Nicolás Jofré.

Dramaturgia: Marcelo Leonart.

Elenco: Felipe Zepeda.

Diseño integral: Nicolás Jofré.

Música: Alejandro Miranda.

Producción y difusión: Francisca Babul.

Prótesis: Javivi Misle, Franklin Sepúlveda.

Fotografías: Maglio Pérez.

Diseño gráfico: César Ramírez.

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, y Dame pan y llámame perro, y los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Afiche de la obra teatral «Proyecto diablo» (2021), de Marcelo Leonart

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Proyecto diablo (2021).