[Entrevista] Lorena Valdebenito: «Esta es una obra fundamental porque aborda de forma crítica los discursos hegemónicos sobre las mujeres en la música»

Con motivo de la traducción al castellano del texto «Cadencias femeninas», de la académica y teórica estadounidense Susan McClary, dialogamos con las encargadas de proyectar el volumen en Ediciones Universidad Alberto Hurtado, la casa impresora que acaba de publicar la simbólica monografía en nuestro idioma.

Por Nicolás Poblete Pardo

Publicado el 3.11.2023

«El libro Cadencias femeninas es una obra fundamental, porque aborda de forma crítica los discursos hegemónicos sobre las mujeres en la música», asevera Lorena Valdebenito.

Así, y después de tres décadas, Cadencias femeninas: música, género y sexualidad está finalmente disponible en castellano, gracias al trabajo de Ediciones Universidad Alberto Hurtado.

En el prólogo del icónico manifiesto de la musicóloga feminista Susan McClary (1946), escrito por la traductora, María Paula Torres Anabalón, más las editoras de UAH, Daniela Fugellie y Lorena Valdebenito, se plantean varias discusiones que contextualizan el lugar de la mujer en un área históricamente monopolizada por el hombre, y nos deja con el desafío de mantener el optimismo en el futuro.

Aunque la traducción llega treinta años después de su publicación original en 1991, no se trata aquí de lamentarse por este tardío saldo de deuda, sino de preguntarnos cómo sacaremos a flote voces censuradas, y la manera en la cual seguiremos documentando el lugar de la mujer en este arte fundamental.

 

«Una segunda etapa de profundización y problematización teórica»

—En el prólogo se plantean varias discusiones que contextualizan el lugar de la mujer en un área históricamente monopolizada por el hombre y, aunque rescata varias instancias de mejora o justicia: «la literatura sobre y de mujeres en español continúa siendo insuficiente en el campo musical, especialmente en ámbitos que nos permitan pasar de los estudios de caso a la reflexión teórica, abriendo nuevas posibilidades epistemológicas». ¿Es posible ser optimistas?

Daniela: Creo que el interés que ha despertado esta traducción, incluso antes del lanzamiento del libro, apunta a un interés real de académicas, pero también intérpretes y otras personas interesadas en la música, por profundizar en una reflexión de género.

En el libro se analizan dinámicas tales como la idea de que las obras musicales por sí mismas contienen discursos y estructuras patriarcales y la idea de que las mujeres creadoras desarrollan estrategias para subvertir estas lógicas.

Tengo la impresión de que hoy la discusión en torno al género en Chile y América Latina ha concluido una primera etapa centrada en constatar la invisibilización de las mujeres y trabajar en visibilizarlas.

Si en esta primera etapa se trabajó bastante desde la perspectiva de la reconstrucción de la ‘vida y obra’ de las mujeres músicas, siguiendo paradójicamente un modelo narrativo masculino, hoy estamos mejor preparadas para pasar a una segunda etapa de profundización y problematización teórica.

 

«Los estudios de género comienzan a incorporarse de manera tardía en comparación con otras disciplinas»

—El prólogo termina con una apuesta esperanzadora depositada en la traducción de este libro y, por ende, en la posibilidad de expandir sus mensajes al amplio público de lengua castellana. Aquí hay más de un desafío, porque la traducción llega treinta años después. ¿A qué se debe esta tardanza?

Lorena: Se trata de dos desafíos muy importantes. Por una parte, como editora, pienso que esta obra traducida podrá alcanzar a un público amplio tanto del ámbito de la musicología, la interpretación musical, la educación musical, como así de otras disciplinas cuyo objeto de estudio es la música, como lo es la sociología o antropología de la música.

Por otra parte, la tardanza en la traducción de este libro, de alguna forma, demuestra que en nuestra disciplina y particularmente en lo que refiere a América Latina, los estudios de género comienzan a incorporarse de manera tardía en comparación con otras disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades.

 

«La idea de representar a la mujer en vínculo con la locura, sigue estando muy arraigada en nuestras sociedades»

—Una parte fascinante y clave en el ensayo es la dedicada a la representación musical de la mujer loca. Esta nos da luces del modo en que se ha presentado al cuerpo femenino: «Durante mucho tiempo los compositores se han sentido atraídos por el tópico dramático de la ‘mujer loca'». Como editora y también como directora del Instituto de Música de la UAH, ¿de qué forma enfrentas el desafío de interpelar este estigma?

Daniela: La idea de representar a la mujer en vínculo con la locura, la irracionalidad o lo impulsivo en contraposición a la racionalidad y lógica masculina lamentablemente sigue estando muy arraigada, como discurso, en nuestras sociedades actuales.

Es cosa de ver qué tipo de críticas reciben mujeres y hombres actualmente en la política o en cargos de poder en general, donde se suele hablar del cuerpo, la ropa o el estado anímico de las mujeres, cosa que raramente se hace con sus pares masculinos.

Afortunadamente, en el mundo musical chileno hemos avanzado y, especialmente las nuevas generaciones, se ha avanzado a un cambio de paradigma.

La musicología chilena, al contrario de otros ámbitos musicales, ha sido un ámbito en el que tradicionalmente han existido referentes femeninos, por lo cual mi trabajo no se desenvuelve en un ambiente especialmente masculinizado (lo que no quita que, algunas veces, haya tenido que lidiar con estigmas de género).

Creo que mientras más mujeres asumamos posiciones desde las cuales podamos aportar a la discusión, más referentes tendrán las nuevas generaciones.

 

«Esta es una obra fundamental porque aborda de forma crítica los discursos hegemónicos sobre las mujeres en la música»

—El cierre del ensayo ensalza a Madonna, destacando su inteligencia en el uso de sus canciones, así como de sus performances. Aquí hay optimismo depositado en su figura y su futuro, visto desde la perspectiva de la publicación original. En tu visión, ¿cómo ha decantado esta promesa, si consideramos que solo un hit suyo fue escrito totalmente por ella y su legado parece más mediático que musical? El caso de Sinéad O’Connor, una artista cuya profundidad lírica se encargó de denunciar el despotismo de Margaret Thatcher o los abusos de la iglesia católica, sí que es destacable (y dramático). Ella también se manifestó sobre la depredadora industria de la música, pero su voz fue acallada…

—Lorena: Resulta muy interesante que Susan McClary en su libro dedique dos capítulos a dos mujeres de la música popular que crean, producen o participan de forma activa, tomando decisiones sobre los procesos productivos de su propia música, como lo son Laurie Anderson (Capítulo VI) y Madonna (Capítulo VII).

En el capítulo dedicado a Madonna la autora refuerza justamente el empoderamiento de la artista —quien para entonces ha compuesto en torno a 25 canciones y además 61 canciones en coautoría—. McClary, resalta que Madonna es quien: «escribe o coescribe la mayor parte de su material», centrando su análisis sobre su trabajo como productora y artífice de una propuesta artística disruptiva y crítica en torno a cuestiones de sexo, género, afectos, temas políticos y sociales.

A modo de ejemplo, la canción de Madonna American Life (2003) escrita en coautoría con Mirwais Ahmadzaï, tiene una temática de protesta en contra del gobierno de George Bush por su apoyo a la guerra contra Irak. De igual modo en la 4 Minutes to Save the World (2008) escrita en coautoría con Justin Timberlake y Danja Timbaland, aborda el problema del medioambiente.

En la música popular es habitual la práctica de la coautoría o la multiautoralidad, pues nutre y potencia el resultado sonoro y musical.

Así también lo hizo Sinéad O’Connor, quien matiza su producción musical entre álbumes completos creados por otros autores como Am I Not Your Girl (1992), álbumes en coautoría como The Lion and The Cobra (1997) y trabajos donde la artista irlandesa es compositora en la totalidad de las canciones, como en I am Not Bossy, I am The Boss (2014).

En este sentido, ambas artistas, tanto Madonna como Sinéad O’Connor, en sus diferentes estilos dentro del pop, son mujeres con propuestas musicales potentes, pensadas, creadas y sostenidas por ellas.

El libro Cadencias femeninas, es una obra fundamental porque aborda de forma crítica los discursos hegemónicos sobre las mujeres en la música, como reflexiona Susan McClary “despojar a Madonna de toda intención consciente de su trabajo, es reducirla una vez más a una mujer objeto sin voz ni poder”.

 

Daniela Fugellie

 

 

 

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Nicolás Poblete Pardo (Santiago, 1971) es periodista, profesor, traductor y doctorado en literatura hispanoamericana (Washington University in St. Louis).

Ha publicado las novelas Dos cuerpos, Réplicas, Nuestros desechos, No me ignores, Cardumen, Si ellos vieran, Concepciones, Sinestesia, Dame pan y llámame perro, Subterfugio y Succión, además de los volúmenes de cuentos Frivolidades y Espectro familiar, y la novela bilingüe En la isla/On the Island.

Traducciones de sus textos han aparecido en The Stinging Fly (Irlanda), ANMLY (EE.UU.), Alba (Alemania) y en la editorial Édicije Bozicevic (Croacia).

Asimismo, es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

«Cadencias femeninas» (Ediciones UAH, 2023)

 

 

 

Nicolás Poblete Pardo

 

 

Imagen destacada: Lorena Valdebenito.