Exposición de dibujos “El arte imposible de un ser ocasional”, de Nicole Fabres: Entre el arte, la escritura y la trascendencia olvidada

La exposición de retratos a grafito -que se desarrollará en el Hall Universitario del Campus San Joaquín de la PUC- reúne representaciones plásticas de cantantes y de escritoras chilenas del siglo XX adelantadas para su época y destacadas en su calidad artística, las cuales lucharon contra la censura y los estereotipos femeninos mediante el ejemplo de sus propias historias personales, y donde hoy sus vidas son consideradas «posibles» y sus singulares creaciones recogidas como trascendentes por la crítica especializada y la academia.

Por Jessenia Chamorro Salas

Publicado el 8.12.2018

Desde el 10 hasta el 21 de diciembre se llevará a cabo en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile, la exposición de dibujos El arte imposible de un ser ocasional, de la dibujante Nicole Fabres, quien por tercer año consecutivo ha obtenido el premio “Artifica”, otorgado por la Dirección de Artes y Cultura, destinado a la comunidad educativa de esa casa de estudios, que valora y promueve proyectos artísticos innovadores y creativos. El 2016 Fabres expuso su muestra llamada “Pueblos originarios: Etnias australes de Chile”, mientras que en 2017 su exposición se denominó “Vida cotidiana en la pampa salitrera”. Con una fina pluma Nicole ha logrado retratar vívidamente temáticas con énfasis en el rescate social y cultural, contribuyendo tanto a la visibilización como a la reivindicación de personas y colectividades marginalizadas de los discursos oficiales, con el fin de develar las problemáticas subyacentes en cada temática escogida, en 2016 los indígenas, mientras que en 2017 los habitantes de las salitreras.

Este año 2018 Fabres ha decidido elaborar su exposición en torno a figuras femeninas de la música y la literatura cuya trascendencia y relevancia tanto artística como su impacto cultural e incluso político ha sido relegado, y en algunos casos olvidados por los estudios académicos, pero sobre todo, por la memoria colectiva. Nicole Fabres comentó al respecto en su red social profesional: “La propuesta contempla la realización de retratos a grafito a través de los cuales busco relatar la vida de estas artistas y su contexto, reconstruyendo en mi visión de dibujante el mundo de esos años.” En donde Fabres revela que su objetivo es revisar la vida y obra de estas mujeres chilenas del siglo XX que hicieron historia, con el objetivo de que las nuevas generaciones no olviden su legado, reivindicando su valor y su trascendencia, en tanto mujeres que empuñaron la pluma y el micrófono no sólo para exponer su arte, sino que también para enarbolar su voz como acto político y contestatario, ante un sistema que históricamente ha constreñido a la mujer a estándares normativos que la han minimizado e invisibilizado. Asimismo, Nicole Fabres señaló: “La exposición de dibujos El arte imposible de un ser ocasional reúne retratos de cantantes y escritoras chilenas del siglo XX adelantadas a su época y destacadas en su calidad artística. Lucharon contra la censura y los estereotipos femeninos mediante sus propias historias. Hoy sus vidas son posibles y su arte trascendente”. Afirmación en donde se evidencia la impronta que Fabres ha dado a su obra, y el vínculo cultural que ha logrado al combinar arte, literatura y contenido sociopolítico en esta exposición.

El nombre de la exposición “El arte imposible de un ser ocasional” responde a una necesidad de Fabres por reivindicar voces femeninas que han sido invisibilizadas y menospreciadas, se trata, en tal sentido, de contribuir a la elaboración de una genealogía artístico-literaria de la mujer que la re-inserte y re-posicione en el panorama cultural e histórico de donde ha sido marginalizada:

«Estamos en presencia de una época donde las mujeres nos cuestionamos la construcción y definición propia, luchando por posicionarnos en un medio que se resiste, que nos somete a prueba y duda de las capacidades intelectuales y artísticas de este ser, que, históricamente, ha sido definida según un sentido común que pertenece a los hombres (…) Revisando historias, canciones y escritos de mujeres noté una constante en los días finales de todas ellas: la soledad, el olvido. Santo Tomás de Aquino, teólogo y filósofo católico, definió a la mujer como un hombre fallido, un ser ocasional. ¿Es éste el destino del arte femenino en Chile?, ¿un accidente, un hecho aleatorio, un talento fortuito?»[1]

Tal vacuidad asociada a la mujer, Fabres la problematiza preguntándose si éste es el destino del arte hecho por mujeres en Chile, demostrando que el desarrollo artístico femenino no ha sido azaroso ni responde a casos excepcionales de mujeres que han destacado por algún talento, sino que es consecuencia de un campo cultural no considerado en su relevancia, ya que estos “seres ocasionales” como diría Santo Tomás de Aquino, formaron verdaderas redes de colaboración artística, manteniendo contacto y generando alianzas para poder sobrevivir no solo en el mundo artístico, sino también en el mundo heteropatriarcal en donde eran desplazadas y subordinadas. En torno a estas reflexiones gira el título de la exposición, la cual se plantea cuestionar los estereotipos sobre este arte “imposible” de estos “seres ocasionales” y relevar su trascendencia en el medio cultural chileno e internacional, para que estas mujeres que empuñaron la pluma y el micrófono, no queden en el olvido.

Entre las escritoras mayormente conocidas por la escena cultural y pública se encuentra sin duda alguna Gabriela Mistral debido a que ganó el Premio Nobel de Literatura, pero no se debe olvidar que tal reconocimiento lo obtuvo antes de que Chile le otorgara el Premio Nacional respectivo. Tampoco se puede olvidar que desde la Dictadura su figura fue relegada a la de profesora rural que escribía poesía para niños, y que apenas los últimos veinte años se ha investigado en profundidad su aporte como escritora y figura pública. Tal como en el caso de Mistral, otras importantes mujeres del mundo literario han sido literalmente aplastadas por estereotipos, tal como ha ocurrido con María Luisa Bombal y Teresa Wills Montt, tildadas de locas que perdieron todo por amor. Al menos estas escritoras alcanzaron cierto reconocimiento del medio cultural, muy diferente de las casi totalmente olvidadas escritoras de la Generación del ’50, entre las que destacan María Elena Gertner, Mercedes Valdivieso y María Carolina Geel, cuya obra apenas es conocida por un círculo cerrado de estudiosos, y cuyo aporte a la literatura chilena es aún muy desconocido. Para qué mencionar la invisibilización que ha tenido la dramaturgia de mujeres, en donde se reconoce como gran exponente a Isidora Aguirre, no obstante, tal como en los casos anteriores, su obra más relevante en términos públicos es La pérgola de las flores, comedia musical que ha sido leída solo desde esa óptica, desprendiéndole la crítica política y social que contiene. Se trata de escritoras potentes en términos literarios e ideológicos cuya trascendencia Nicole Fabres ha querido reivindicar en su exposición.

En términos musicales el panorama no es muy diferente, apenas estos últimos veinte años la figura de Violeta Parra y su valor artístico y musical han tomado protagonismo, al punto de poner su nombre a un museo nacional. Pero por décadas su imagen fue la de una folclorista que se mató por amor, olvidando incluso que ella expuso su obra en el museo Louvre de París. El caso de la cantante Cecilia es distinto, pues aunque hasta el día de hoy goza de una popularidad que traspasa generaciones, pero poco se reconoce el valor contestatario de su propuesta estética y musical, la cual la hizo desenmarcarse prontamente del movimiento que la vio nacer: la “Nueva Ola”. Por último, escuchar el nombre de Rosita Serrano como una de las figuras más importantes de la música chilena de la primera mitad del siglo XX, puede sonar desconocido e incluso descabellado, pues su trayectoria artística y su legado han sido absolutamente marginalizados de la historia musical chilena, la que desconoce que Rosita fue famosa en Europa durante el periodo de entre guerras y sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial, cantando para la Alemania de Hitler, y siendo perseguida por ésta misma al defender a niños judíos durante el período bélico. Nicole Fabres argumenta en relación a este corpus de mujeres que ha retratado:

«Me enamoré de la historia del ruiseñor chileno Rosita Serrano, condenada en Chile y el mundo por cantar para la Alemania nazi aun cuando tuvo refugiados judíos escondidos bajo su techo. Leí y soñé con las novelas de María Elena Gertner, la resistencia de La mujer de sal fue otro de esos impulsos que hacen camino en la liberación femenina. Escuché por primera vez la voz de Rayen Quitral y sucumbí ante sus notas naturalmente perfectas, ¡y cómo olvidar a Cecilia la incomparable! Transgresora en su atuendo, en su pelo corto y en la manera de lanzar el beso de taquito, gesto escénico inspirado en la técnica futbolística que le fue prohibido en el festival de Viña de 1965 por ser considerado poco femenino (…) Las escritoras María Carolina Geel, Teresa Wilms Montt, María Luisa Bombal, la dramaturga Isidora Aguirre, la actriz y cantante Malú Gatica, entre otras, constituyen el motor de este proyecto artístico, mi manera personal de hacerle justicia al arte femenino en Chile, país que ingratamente ha dejado morir a varias de ellas empobrecidas y sin reconocimiento» [2].

De este modo, queda de manifiesto que la intención de la dibujante Nicole Fabres es brindarle reconocimiento al arte (im) posible de estas mujeres (in) trascendentes cuyo legado permanece y debiese ser valorado hasta nuestros días, porque conforman la genealogía de mujeres que hicieron historia.

 

Citas:

[1] CF: Facebook “Nicole Fabres Dibujos”

[2] CF: Facebook “Nicole Fabres Dibujos” e Instagram del mismo nombre.

 

Jessenia Chamorro Salas es licenciada en lengua y literatura hispánica de la Universidad de Chile, profesora de lenguaje y comunicación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en literatura latinoamericana de la Universidad de Santiago de Chile, y doctora (c) en literatura de la Universidad de Chile.

 

 

 

 

 

 

La joven artista visual chilena, Nicole Fabres

 

 

Crédito de las fotografías utilizadas: Nicole Fabres.