«Flores de Bach», de Rodrigo Cabezas: El anuncio de nuevos universos

Son pinturas representativas de distintas especies vegetales, de brotes usados con fines terapéuticos y hasta algunas psicotrópicas que muestran prolijidad en el dibujo, con el interesante detalle que todas están delineadas. Estas líneas podrían entenderse como el último bastión de cordura, como una especie de protección frente al caos, escudos representativos de la barrera entre las manchas y los salpicados, las cuales distorsionan la imagen total y la violentan, pero que gracias a estos trazos no logran completamente deformarla.

Por Isabel Torres Macchiavello

Publicado el 6.09.2017

Rodrigo Cabezas Mardones (1961) reconocido pintor nacional expone sus últimas creaciones en la recién inaugurada galería de artes plásticas y visuales Infrarrojo. El recinto es un esfuerzo en conjunto del artista Rodrigo Cociña y de la diseñadora Isabel González que proponen una nueva forma de mostrar arte, que según su director es una plataforma donde artistas emergentes y consagrados puedan exponer no necesariamente su obra terminada sino la producción que se encuentra en proceso. El espacio, a pesar de no ser muy grande es un lugar amable, en el cual es evidente la preocupación por una iluminación correcta y un montaje simple pero eficiente. El día de la inauguración todo lo relacionado al evento tenía flores en algún formato que sumó a la experiencia de estar en contacto directo con las especies biológicas.

Esta muestra cumple a cabalidad la intención del galerista, ya enunciada, al exhibir una serie de pinturas en proceso. Se exponen más de diez lienzos que muestran el trabajo en desarrollo del artista, que llaman la atención por su composición circular sobre telas cuadradas aludiendo a una especie de universo paralelo y personal del pintor. A primera impresión se perciben como casi vitrales post modernos, eclécticos en un impulso imparable que muestra la pasión creadora de Cabezas. Son como moléculas en batalla por un equilibrio estático, fuerzas contrapuestas entre el caos y la cordura, la cual aparenta estar a punto de perderse. La suavidad de los pétalos, sus texturas y formas sugerentes en un gesto pictórico minucioso y estudiado, contra manchas salpicadas con gran energía.

La obra se destaca por sus colores vibrantes, que según el artista representan la vibración que Edward Bach decía percibir en las flores silvestres. En esta serie de piezas no existe el miedo, los colores cálidos que contrastan son utilizados con propiedad y vehemencia, como si ya no importara el resultado, solamente poder desfogar su ímpetu creativo.

Son pinturas representativas de distintas especies vegetales, de brotes usados con fines terapéuticos y hasta algunas psicotrópicas que muestran prolijidad en el dibujo, con el interesante detalle que todas están delineadas. Estas líneas podrían entenderse como el último bastión de cordura, como una especie de protección frente al caos, escudos representativos de la barrera entre las manchas y los salpicados, las cuales distorsionan la imagen total y la violentan, pero que gracias a estos trazos no logran completamente deformarla.

Estas obras hablan de cómo el espacio, delimitado por los círculos que representan la totalidad, se encuentra a punto de desbordar. El desborde de emociones contrastantes que tal vez desean encontrar una cura en la armonía y poder curativo de las flores.

Ya en su exposición “Wonderland”, del año 2016, en el MAVI (Museo de Artes Visuales), el artista enseñó una serie de pinturas donde es evidente una casi obsesión dentro de una búsqueda de algo más allá de lo evidente, con una carga emocional representada simbólicamente al usar las manchas de Rorschach, de la misma manera que emplea las flores en esta serie estridente. Sus telas anteriores, son obras armónicas en donde se juega con el equilibrio, al representar emociones contenidas, estáticas y equilibradas, en el efecto de un espejo, tal cual lo hace el mencionado test (Rorschach).

“Flores de Bach”, es una búsqueda de una nueva fórmula que promete un quiebre radical a futuro. Toda esa energía contenida en estos mini universos circulares contienen la promesa de un desbordamiento que anuncia nuevos universos aún por explorar.

 

Rodrigo Cabezas, Flores de Bach
Galería Infrarrojo, calle Emilio Vaisse Nº 564, Barrio Italia, Providencia, Santiago
31 de agosto al 14 de septiembre de 2017

 

 

Crédito de las fotografías: Galería Infrarrojo