«La criada»: El terror surcoreano de 1960, que inspiró al cine de «Parásitos»

La cinta del ya desaparecido director Ki-young Kim fue el primer paso de la industria cultural del país asiático con el fin de consagrar una estética audiovisual, y la cual luego sería ampliamente reconocida, primero en el Festival de Cannes 2019, y unos meses más tarde con la entrega de los Oscar 2020, concedidos por la Academia estadounidense.

Por Gabriel Anich Sfeir

Publicado el 31.8.2020

Este año de 2020, una producción surcoreana fue el primer filme en lengua distinta al inglés en ganar el Oscar a Mejor Película: Párasitos (Gisaengchung, 2019) de Bong Joon-ho. La historia de la familia trabajadora que entra a “parasitar” a la familia acomodada cautivó al mundo entero, colocando en la cumbre al cine de Corea del Sur.

Pero si el objetivo es encontrar las influencias de este filme, hoy comentaremos una película también de ese país que sin dudas incidió directamente en la creación de Parásitos. Se trata de La criada (Hanyo) película estrenada en 1960, escrita y dirigida por Kim Ki-young (1919-1998).

Kim estudió odontología en Seúl, al mismo tiempo que se sumergía en el teatro y el cine, artes que descubrió en estancias en Kioto y Pyongyang. En 1951, con el estallido de la Guerra de Corea, realizó documentales para el ejército norteamericano, lo que le permitió juntar capital y equipos usados para dirigir sus primeras películas comerciales, consistentes en dramas de época.

El éxito generado con estos filmes llevó a Kim a fundar su propia compañía cinematográfica, produciendo fundamentalmente melodramas, enmarcados en la guerra, el terror o el suspense. Pero caería en la oscuridad en la década de 1970 gracias a la censura gubernamental y la falta de financiamiento para el cine surcoreano.

No obstante, el reconocimiento de Kim como realizador vino en su país en la década de 1990, al mismo tiempo que sus películas comenzaron a difundirse en Occidente, fuera de la península. Así, en febrero de 1998 fue invitado a una retrospectiva de su obra organizada por el Festival de Cine de Berlín; pero el azar quiso justo que él falleciera con su mujer por esos días en un incendio en su casa de Seúl por culpa de un cortocircuito.

Películas suyas como La criada han impactado a las generaciones posteriores de directores surcoreanos (Park Chang-wook, Bong Joon-ho), así como han obtenido el reconocimiento de cineastas occidentales como Martin Scorsese, cuya World Cinema Foundation restauró La criada en 2008 para su estreno en el mundo occidental.

La historia de La criada nos cuenta la vida de una familia conservadora y de clase media en Seúl a finales de la década de 1950. La familia Kim está compuesta por Dong-sik, profesor de música, su esposa dueña de casa en su tercer embarazo y dos hijos pequeños: Chang-soon y Ae-soon. Por necesidades de espacio la familia se muda a una casa más grande, aunque trata de mantener su estilo de vida tradicional, expresado por ejemplo en la renuencia a contar con televisión.

Es una Corea del Sur fundamentalmente agraria, que está comenzando un incipiente proceso de industrialización bajo el régimen prooccidental de Syngman Ree, que ese año de 1960 será derrocado por un golpe militar que instalará a otro dictador anticomunista, Park Chung-hee.

El señor Kim trabaja como profesor de música para las obreras de una fábrica textil. Un día aparece una carta de amor aparentemente escrita por Kwak, una de sus alumnas por lo cual él la reporta a sus superiores, causando que suspendan de sus labores a la trabajadora.

En realidad, la carta fue redactada por la señorita Cho, verdaderamente atraída por Kim, por lo que empieza a tomar clases particulares de piano en la casa del profesor para seducirlo. Como la casa está necesitada de una empleada doméstica, Cho recomienda a Kim contratar para este rol a otra compañera de la fábrica, Myung-sook. Ella es una mujer extraña y de bajos instintos que poco a poco comenzará a destruir el hogar de los Kim.

 

Jin Kyu Kim y Eun-shim Lee en «La criada» (1960)

 

Venganza e inmoralidad

La criada es una película tan llamativa como espeluznante. El espectador entra a los ambientes claustrofóbicos donde vive la familia Kim, una casa pequeña de dos pisos, sin poder escapar de este juego de acoso y desquiciamiento encabezado por Myung-sook. Al igual que la rata que parasita y corroe la casa, la monstruosa joven impulsa al señor Kim a cometer actos impuros, los cuales tornarán la existencia pacífica de la familia en un camino de venganza e inmoralidad.

En las gavetas de la cocina descansa un simple frasco de veneno (el McGuffin de esta historia) para ratas que decidirá las acciones de los personajes, violentas tanto física como psicológicamente. Un busto de Séneca adorna la casa: el señor Kim es un estoico que sucumbe a su empleada y es incapaz de resistir todos sus ataques, por más arteros que sean.

La manipulación está al acecho en la casa de los Kim: la pequeña Ae-soon es lisiada y debe subir las escaleras con muletas, sufriendo las burlas de su hermano. La criada espía a sus patrones por las puertas corredizas y ventanas, exterminando a los roedores con arroz envenenado. Ella también expulsará de la casa a su compañera Cho en su intento por conquistar sexualmente al maestro Kim.

Nadie se atreverá a denunciar a una criada que quedó embarazada por su empleador ni a exponer a una familia de bien que forzó a su doméstica a realizarse un aborto. El que tenga el frasco de veneno en su poder sobrevivirá.

Es evidente la influencia que ejercieron en Kim para la realización de esta película la obra de directores como Hitchcock (nos recuerda Suspicion, 1941), Buñuel (este filme salió un año antes que su similar Viridiana), y los expresionistas alemanes, como Fritz Lang.

La criada tiene reminiscencias de la película de este último La mujer en el cuadro (The Woman in the Window, 1944): un hombre respetado en la comunidad abre sus puertas a una mujer que sólo traerá caos y muerte a su vida. En ambas películas el final (no lo revelaremos) es un plot twist que busca aleccionar al espectador, pero muchas veces forzado para ahorrar problemas con la censura.

Más allá de defender a una Corea tradicional frente a las perversidades propias de la modernidad, Kim nos exhibe una película de cómo el ser humano está expuesto a la corrupción física y moral. Lo que comienza como un melodrama de un profesor y una alumna evoluciona en un thriller psicológico con fuertes dosis de terror.

La oscuridad, la lluvia y el ruido incesante de la máquina de coser de la señora Kim son la atmósfera perfecta para experimentar el tormento de una familia que sólo el cine nos puede ofrecer. Y qué mejor para hacerlo que ese cine oriental, lejos de Europa y América del Norte.

Disponible en Qubit TV.

 

*Reseña autorizada para ser publicada exclusivamente en Cine y Literatura.

 

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Gabriel Anich Sfeir (Rancagua, 1995) es egresado de Derecho de la Universidad de Chile y ayudante en las cátedras de Derecho Internacional Público y Derecho Comunitario en la misma Casa de Estudios. Sus principales aficiones son la literatura policial y el cine de autor.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Gabriel Anich Sfeir

 

 

Imagen destacada: La criada (1960), del realizador Ki-young Kim.