«Milla 22: El escape»: Sin Dios ni Estado de Derecho

La fotografía corre nerviosa en cada pasaje del brutal exterminio del equipo que protagoniza esta cinta, a cargo de asesinos en motos que dan carácter a un relato de guerra urbano, ambientado en lugares densamente poblados, y donde no hay presencia del brazo de la ley en ningún momento. Película de nervio, de pura acción, donde peones inmisericordes se enfrentan a adversarios idénticos, en la cual hay partes del guión que son ahogadas por el artesano registro de la violencia, y que conducen al espectador a través de un recorrido sangriento.

Por Cristián Garay Vera

Publicado el 9.9.2018

Esta película narra la operación, ficticia por cierto, de un grupo especial de fuerzas especiales, Overwatch, que trabajan para acciones encubiertas en otros países. Son una agencia no oficial, aunque su huella es lo suficientemente honda para contradecir bastante el calificativo de encubiertas. Empieza con un ataque a una casa santuario de una célula de espías rusos, donde los agentes piden permiso para rematar a los moribundos como se hace en las operaciones anti terroristas. Tras esta potente escena, la obra sugiere un giro al tema de los agentes dormidos, pero siempre en una nebulosa que impide hilar hasta el final qué conexiones hay entre la primera y la última escena.

Este grupo, liderado por James Silva (Marx Wahlberg) está estructurado en torno a misiones que debe ejecutar y que están pensadas a un nivel táctico. Los detalles finales de las operaciones no interesan, porque al fin y al cabo son movimientos de contenido político. Un grupo cuya eficacia va unida a su letalidad se encarga de custodiar a un agente, ex militar, Li Noor (Iko Uwais) en Indonesia, que conoce el código secreto de isotopos radiactivos. Deben llevarlo a Alemania, donde habrá un centro de detención para recibirlo y extraer toda la información, pero el oficial está acusado de espionaje en su país y deberá salir clandestinamente. Para ello está apoyado por Ground Branch (Lauren Cohen), una agente que depende del jefe operativo, Bishop (John Malkovich). Pero la misión de trasladar al “paquete” desde el cuartal al aeropuerto se convierte en el objetivo de un grupo de agentes, ex militares, que desde el comienzo empiezan interfiriendo con este equipo especial, cuyos mandos a distancia vigilan y orientan sus movimientos. En este juego del gato y el ratón, la fotografía corre nerviosa en cada pasaje del brutal exterminio del equipo, a cargo de asesinos en motos que dan carácter a un relato de guerra urbano, ambientado en lugares densamente poblados, y donde no hay presencia del brazo de la ley en ningún momento. Teniendo como Superman y los villanos toda la ciudad para sus acciones, ambos grupos atraviesan literalmente “condominios” –que aquí llamaríamos ghettos verticales- gigantescos, a la que nos tiene acostumbrado el cine de acción coreano, regando el camino de cadáveres y de explosiones.

Aunque hay una cobertura, y lugares aparentemente seguros, son emboscados brutalmente, y el camino se transforma en una secuencia de tiroteos. Ni lugares de fachadas, ni casas santuario, ni la internación en edificios son garantías de sobrevivencia. En el camino cae casi todo el equipo. Y aunque solo dos sobreviven, la trama concluye con la entrega del paquete que está dispuesto a revelar la clave, solo para descubrir que agentes rusos se han hecho pasar por estadounidenses y se han ido en el avión con su preciada carga. Una muestra que, por lo demás, no basta con la inteligencia electrónica, porque siempre la inteligencia humana será más efectiva que el sitio del tele comando a que se ha acostumbrado el mando estadounidense. Película de nervio, pura acción, donde peones inmisericordes se enfrentan a adversarios idénticos, donde hay partes del guión que son ahogados por el artesano registro de la violencia, y que conducen al espectador a través de un recorrido sangriento.

 

Milla 22: El escape. (Mile 22). Dirección: Peter Berg. Música: Jeff Russo. Guión: Leo Carpenter. Fotografía: Jacques Jouffret. Elenco: Marx Wahlberg, Lauren Cohen, Iko Uwais, John Malcovich, Ronda Rousey y Nikolai Nikolaieff. País: Estados Unidos, Duración: 88 minutos. Año: 2018.

 

Cristián Garay Vera es el director del magíster en Política Exterior que imparte el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile.

 

 

 

 

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