«Mujeres con todas las letras»: Un proyecto literario, latinoamericano y femenino

Este es el esbozo de un volumen ilustrado en construcción, que habla de la igualdad de género de una manera lúdica, a través de cinco personajes infantiles: Penélope, Hanna, Porfiria, Baldomero y Tomás, quienes protagonizan el libro y que usan como pretexto el abecedario latino.

Por Alejandra Coz Rosenfeld

Publicado el 6.3.2018

En el marco del día internacional de la mujer el próximo 8 de marzo, viene bien recordar que más que una celebración, es un día para conmemorar el inicio de una lucha de género, que hasta hoy se batalla colectiva y minuciosamente alrededor del globo.

El 8 de marzo se conmemora y se honra a modo de rito ancestral, la muerte de 120 mujeres protestando contra la desigualdad, en la ciudad de Nueva York en 1957.

Lucha que sin duda, se viene gestando desde hace mucho, silenciosa y de manera específica; donde la inminencia del tiempo, pide que regrese la energía femenina en todo su esplendor como la siempre reina, la que gesta, comparte y contiene; y se acabe la tiranía impuesta, que ha encabezado el poder masculino, donde sistemáticamente se ha subyugado, amordazado y silenciado a la mujer.

La historia de lo femenino, viene a ser tan importante como la historia de lo masculino; y es necesario, como en todo, la reciprocidad y el equilibrio. Como los opuestos complementarios, y su científica ley de atracción, así como lo son el día y la noche, el frío y el calor.

Desde hace ya décadas, que el arquetipo de lo femenino, de la Madre, (confundido y abiertamente conocido como sexo débil, siendo más bien la gran contenedora dadora de vida y regeneradora) busca  y exige, que se abra algún intersticio (dentro de un universo creado totalmente bajo un prisma masculino), para así poder colar algo, de su sabiduría que viene de las raíces mismas de la tierra, y que se transmite a través de la sangre sagrada.

La balanza en la igualdad de género, a lo largo de la historia se ha percibido explícitamente siempre, a favor del patriarcado. Esta energía masculina (arquetipo del Padre), es tan necesaria para nosotras, como para ellos la nuestra.

Esta masculinidad es representada en astrología por el Sol, energía determinada y fueguina; la que unge con su beso en la frente y otorga la magia de la bendición del padre finalmente, donde se comporta como brújula permanente hacia nuestro Norte. Siendo esta energía tan directa y lineal, es fácil caer en el individualismo y en el abuso de poder. Acontecido así a lo largo de los siglos. Los protagonistas de casi la totalidad de la historia de la humanidad, han sido siempre figuras masculinas. Los grandes héroes, músicos, escritores, filósofos, destacados científicos y crueles personajes.

Por lo que la base de la historia contada, se ha asentado sobre un lecho cargado de sometimiento hacia la mujer, donde el poder dominante reside más bien en el ejercicio de la imposición de la fuerza física, sobre la fuerza gestadora femenina.

Las mujeres conocidas a lo largo de la historia universal o bien eran brujas quemadas en la hoguera o tenían tan desarrollada su parte masculina que fueron reconocidas por haber sido completamente masculinas y despiadadas.

Las mujeres han sido invariablemente omitidas en la historia y se las ha mostrado en roles de subordinación permanentes.

Hoy por hoy en Latinoamérica, es muy difícil incluso, debatir sobre la inminente necesidad que tenemos como sociedad, de abrirnos a lo femenino. Ya que ello significa, comprender al fin, el trabajo nutricio, comunitario y colectivo que lo femenino entrega y soltar las muchas aristas de poder que están anquilosadas desde hace mucho.

La ausencia de los aportes femeninos en la historia han sido tan evidentes, que se ha producido un desfase y un desequilibrio en la mentalidad colectiva. Como sociedad nos hemos dejado seducir por el gran experimento Neo-capitalista, donde todo es transaccionado y donde cada vez, hay menos espacio para que las nuevas generaciones desarrollen su capacidad de seres pensantes.

A modo de ejemplo, hoy en Chile se debate acerca de la disminución de horas e incluso la eliminación definitiva de la malla escolar, ciertas asignaturas como arte, música y filosofía, cuyo denominador común es el desarrollo crítico del pensamiento. Por lo que se puede deducir fácilmente que estamos a años luz, de tener una educación de calidad, gratuita, honesta y equitativa en contenidos.

Esta brecha es aún más manifiesta en Latinoamérica, donde lo masculino y femenino están situados en veredas diametralmente opuestas.

Como dato histórico, la mujer en Chile pudo venir a exigir su derecho a voto, recién el año 1934 para las elecciones municipales, y el año 1949, 15 años más tarde, se les concedió el derecho a voto para las elecciones presidenciales y parlamentarias; pudiendo participar el año 1952 en la primera elección presidencial. En Argentina la mujer votó por primera vez el año 1951. Asimismo, en Colombia el derecho a voto fue otorgado el año 1954, pudiendo ejercerlo en  el plebiscito del año 1957.

Esta necesidad de exigir los derechos y sacar la voz de lo femenino, fue una movilización colectiva y casi telepática, gestada al unísono en toda Latinoamérica.

Y aún así, no ha sido suficiente para poder lograr equiparar la balanza entre el silencio femenino y lo evidente masculino.

Y es porque se nos ha educado bajo el rigor de la masculinidad, de manera tal, que nuestros principios se basan más que nunca en  individualismo y competitividad. Sólo basta con hojear la historia que se enseña en los colegios, para darse cuenta que es la misma que nos enseñaron a nosotros y a nuestros padres y abuelos; y donde quizás la mujer más nombrada haya sido y sea Juana de Arco o María, la madre de Dios hombre.

Y estando Ad Portas de una nueva conmemoración del día internacional de la mujer, parece muy acertado y sincrónico, mencionar un poderoso proyecto, llamado Mujeres con todas las letras.

Mujeres con todas las letras es un proyecto literario latinoamericano, encabezado por un colectivo de mujeres de Colombia y Chile, que se viene gestando hace unos años, y que pretende cambiar los estereotipos en la educación de Latinoamérica.

Mujeres con todas las letras busca visibilizar la historia femenina en el continente americano; un continente profundamente desigual y que enfrenta enormes retos en materia de inclusión social, cultural y económica.

El proyecto está  comprometido con la igualdad, la solidaridad y la empatía de lo colectivo en América Latina.

Obtuvo el premio al mejor proyecto de generación de impacto positivo para Latinoamérica y el mundo, en los Premios Naranja de Colombia. Premios que se otorgan como una instancia para el apoyo a proyectos relacionados con el arte y la cultura, y en especial a los que cumplen con un rol esencial en la creación de identidad y en la construcción del tejido social; presentando un potencial de emprendimiento tanto a nivel latinoamericano como internacional.

 Mujeres con todas las letras es un libro ilustrado que habla de la igualdad de género de una manera lúdica a través de cinco personajes infantiles: Penélope, Hanna, Porfiria, Baldomero y Tomás, quienes protagonizan el libro y que usan como pretexto el abecedario.

Estas historias son relatadas, a través de cuentos infantiles que dan a conocer inspiradores relatos, de veintisiete notables mujeres (cada una correspondiente a una letra del Abecedario), cuyas historias han impregnado a América Latina de memoria y cultura, con un fuerte sello de libertad y lucha.

De la A a la Z, cada letra es una mujer, y cada letra y mujer, un cuento.

El proyecto de Mujeres con todas las letras busca financiamiento a través de distintas plataformas para poder ser publicado en Chile.

Se puede formar parte de Mujeres con todas las letras, escribiendo a [email protected] o directamente, a través del formulario de contacto que aparece en la página web: www.mujerescontodaslasletras.com

 

El libro de «Mujeres con todas las letras» es un proyecto de volumen que busca financiamiento para poder publicarse definitivamente