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Natalia Berbelagua: «Cuando estaba editando ‘Hija natural’ pensé en José Donoso y en su hija Pilar»

A horas de lanzar oficialmente su primera novela, la escritora nacional aceptó ser entrevistada por el Diario «Cine y Literatura» desde su refugio en el Maule profundo, y el resultado es un diálogo donde además de hablar de sus íntimas expectativas -en torno al hecho de debutar en un sello de gran circulación como Emecé-, también entrega sus juicios acerca del estado actual de las letras chilenas y de su disconformidad con la obsesión de la crítica local, por indagar en la vida personal de los autores.

Por Enrique Morales Lastra

Publicado el 17.7.2019

La figura de Natalia Berbelagua Pastene (Santiago, 1985) se transformó en un mito del circuito editorial independiente luego de la publicación de Valporno (2011) a comienzos de esta década, y su nombre -dentro del imaginario de los lectores y de los autores (as), que la acompañaban en la travesía generacional de su bibliografía-, comenzó a revestirse del aura de lo mítico, pero también de las escasas cualidades y características intelectuales de la audacia creativa, la lucidez, y de la inteligencia literaria.

A punto de cerrar un ciclo narrativo -quienes conocemos su obra, así podemos atestiguarlo después de leer Hija natural (Emecé, 2019)- la artista que también ha liderado proyectos colectivos de corte audiovisual como «Narrativas civiles», saca su voz en relación al significado que tiene para ella publicar en una casa impresora de alcances internacionales, de su adhesión y defensa a la cuestionada «literatura del yo», de su visión ante la precaria labor crítica y cultural del periodismo chileno, y de la admiración e influencias que remiten en sus créditos, especialmente a la novísima Hija natural, a la sombra admirada de José Donoso y de su hija Pilar.

 

-¿A qué fenómeno estético o literario, adjudicas el hecho de que un buen número de creadoras y autores chilenos pertenecientes a tu generación (los nacidos entre 1980 – 1990), se inclinan por el desarrollo de un estilo narrativo cercano a la denominada «literatura del yo»?

-Al fenómeno narcisista global en el que estamos participando, a que las ideas se generan simultáneamente y a que la ficción también es limitante. En la literatura del yo hay posibilidad de omitirse y reescribir momentos del pasado además de psiconalizarse gratis. Se puede tomar conciencia de la estructura de la obra con mayor facilidad y darle espacio a lo que nos hace diferenciarnos de los demás. A la crítica en general le da lata leer un diario de vida de un escritor de 30 años por no tener trama y por suponer que tiene pocas experiencias que contar. Pero por más que trate de apegarse a una teórica realidad, toda visión del yo es fantasiosa. Hay ficción.

 

-¿Cuáles son tus expectativas artísticas y de reconocimiento profesional al lanzar en un sello de gran masividad editorial y mediática como Emecé?

-Mis expectativas artísticas están puestas en ir variando en cada libro, en ir más profundo o más a la superficie si lo necesito. A tratar de encaminarme al texto que me explique para qué me dediqué a escribir. He publicado solo en editoriales independientes y ahora quería experimentar esta mayor visibilidad ante los lectores. A veces me gustaría ganar todos los reconocimientos posibles y otras veces no me interesan para nada. Lo que se mantiene fijo es el seguir escribiendo.

 

-Las descripciones que realizas en tu novela Hija natural acerca de las ciudades de Santiago y de Valparaíso, llaman la atención por su minimalismo y economía de recursos estilísticos. ¿A qué se debe tu elección por esta línea de fundamentación escénica y en última instancia de creación diegética?

-Tenía que darle importancia a los personajes, porque lo que quería destacar era el relato sobre los recuerdos, los encuentros y la narración que la protagonista se cuenta a sí misma para reconocerse. Además que el tema del desplazamiento va en la narración misma, saltando de un tema a otro con mucha facilidad. Son muy arbitrarias esas decisiones. En este caso, quería que todas las historias estuvieran cerca, que fuera más importante la emoción, la ilusión de cercanía.

 

-¿Cuál es tu visión de la literatura chilena actual?

-Que es enorme, que no se detiene, que se publica mucho, que hay mayor pero insuficiente visibilidad femenina, pero que se está luchando. Que opera lo literario y lo extraliterario en la publicación. Que hay poco reconocimiento en el extranjero y residencias literarias, que en las políticas culturales los escritores casi no aparecen, y que me emociona poco. Salvo libros excepcionales que aparecen de vez en cuando.

 

-¿Compartes la opinión de que tu estilo artístico se asemeja al de José Donoso por su tratamiento estético de los motivos argumentales de lo esperpéntico y del horror?

-José Donoso es un tremendo escritor. Muy original en estetizar el inconsciente chileno en sus libros. Captó la decadencia, la ruina arquitectónica y moral, la represión. Todo eso me interesa porque no solo aporta profundidad a los textos, sino además es parte de un estudio social previo, el ver el paso del tiempo en las cosas. Me gustó mucho El obsceno pájaro de la noche, e incluso me gustó más aún el libro de su hija, Pilar Donoso. Era una gran escritora que no debió morirse tan joven. El trabajo con los diarios de su padre debe hacer sido una tarea brutal. Cuando estaba editando Hija natural pensé en esos dos libros, no había sido consciente en la escritura. Hay muchas diferencias, pero lo que resalta es el humor.

 

-¿A qué se debe el acotamiento y el pudor de recreaciones erótico-amorosos de tu nueva obra, tomando en cuenta tu bibliografía anterior?

Valporno nunca fue un libro erótico, iba en la clave de la perversión, entonces se justificaba que se narrara con esa exageración el sexo. No tengo problemas en escribir siendo muy descriptiva u omitiendo los detalles en la medida de que estén alineados con la forma. No se trata de un tema moral ni un acartonamiento, sino de estructura.

 

-¿Qué opinión te merece la labor crítica e intelectual del periodismo cultural en Chile, hoy?

-Hay de todo. Gente seria que hace buenas entrevistas o reseñas, y otras pésimas prácticas que involucran preguntas muy básicas y repetitivas, el que puedas estar conversando una hora de un libro para que te resuman todo a tu vida personal. Hay una farandulización del escritor que no me gusta para nada. Yo no quiero que sepan dónde y cómo vivo, si tengo pareja o no y en qué barrio crecí. Es como que permanentemente te estuvieran presentando con todos tus datos y terminan infantilizando el contenido. He ido invitada algunas veces a colegios, y las preguntas que me han hecho los alumnos en muchas ocasiones han sido mejores. Falta crítica literaria de clase media que no radicalice la función de cada obra en la sociedad y que por otro lado, no esté leyendo desde una elite añeja que apenas conoce la calle. También falta gente joven.

 

-¿Cuáles son tus referentes literarios?

-Esquilo, Sófocles, Marguerite Youcenar, Anaïs Nin, Roberto Bolaño, Agota Kristof, Mario Levrero, Marosa Di giorgio, Sylvia Plath, Silvina Ocampo, María Luisa Bombal. Últimamente Joan Didion, Lucía Berlin, Karl Ove Knausgard, Mircea Cărtărescu y Vivian Gornick.

 

-¿A qué autor o autora de tu generación admiras?, ¿por qué?

-Admiro a varios, pero voy a hablar de uno que es muy bajo perfil. Ricardo Vivallo escribió Cuadernos de Guayaquil. Un libro inteligente desde el punto de vista narrativo porque hace creer que un diario podría ser una novela, y un buen guía para hablar del hastío en pleno siglo XXI en Santiago de Chile.

 

-¿Trabajas en alguna obra de próxima publicación? ¿Nos puedes contar al respecto?

-Siempre trabajo en más de una, pero ahora estoy en la promoción de Hija natural. Además no sé si lo que estoy escribiendo llegaré a terminarlo. La literatura es impredecible en ese sentido.

***

La novela Hija natural se lanza este jueves 18 de julio a las 19:00 horas en la Casa O, calle Villavicencio Nº 395, en pleno barrio Lastarria de Santiago, en una presentación que contará con la introducción de la Premio Nacional de Literatura 2018, Diamela Eltit.

 

También puedes leer:

Extracto de «Domingo», de Natalia Berbelagua: Un camino distinto y provocador.

 

La novela «Hija natural» (Emecé, Santiago, 2019)

 

 

 

Imagen destacada: La escritora Natalia Berbelagua, por Benjamín Pérez.

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