«No es un río»: Los amores perros de Selva Almada

Con esta novela —una primicia de Random House— la escritora trasandina termina por consolidarse como una de las narradoras fundamentales de este siglo XXI sudamericano, y donde su lectura es un paseo a través del campo de la violencia y del dolor.

Por Martín Parra Olave

Publicado el 22.9.2020

En su última novela, Selva Almada (Entre Ríos, Argentina, 1973) nos presenta el mundo como un espacio cargado de violencia, donde los hombres son los portadores de una tradición de permanente agresividad para desenvolverse. Ya lo había hecho en dos de sus trabajos anteriores El viento que arrasa (2012) y Los ladrilleros (2013), donde el encuentro de algunas vidas termina por resolverse a través del enfrentamiento físico.

Su actual novela es una historia sencilla, en un mundo más bien rural o provinciano, que nos cuenta la vida de Enero y el Negro quienes llevan de pesca a Tilo, el hijo adolescente de Eusebio, el amigo ahogado que perdieron hace muchos años atrás en el mismo río que hoy los acompaña, luego de una acalorada discusión muy propia de la masculinidad violenta que los ha constituido desde que tienen uso de razón: “Encima la muy puta se coge a un amigo mío” (p. 163), señala Eusebio la fatal noche, dejando instalado el conflicto por una mujer entre los tres amigos, para luego tomar el bote e internarse en el río a pescar ebrio.

En este sentido, el trabajo de Almada explora muy bien la formación de estas personalidades, que ejercen sobre el resto, sobre su entorno, la misma fuerza agresiva con la que ellos fueron constituidos. El conflicto y la ira se resuelven a través de la agresión hacia el otro, con el que se manifiesta la diferencia, situación extensiva a aquellos que son foráneos al lugar.

Los lazos sociales parecieran estar fundados en esta manera de relacionarse, donde el yo masculino permanentemente se está probando frente al otro: “Dejate de joder, Eusebio, me tenés podrido con tus boludeces. No terminó de decirlo que el otro se le fue encima. Se dieron unas piñas, pero Enero los separó rápido” (p. 165).

Amigos que defienden sus intereses amorosos a través de los puños, algo tan propio de la masculinidad y que no aleja definitivamente a quienes  se enfrentan, sino que más bien pareciera reforzar los lazos una vez superada la batalla física. Amistad y conflicto que recorren toda la narración como dos caras de una misma moneda.

A pesar de la muerte de su amigo Eusebio, la presencia de este sigue estando viva a través del hijo: “Enero lo mira. Sentado en el suelo, con las piernas cruzadas como un indio, lo mira. Si no supiera que es el Tilo diría que Eusebio ha vuelto. Si no se viera la panza abultada, las manos gordas, el muñón del dedo, el vello canoso del pecho, diría que el Tilo es Eusebio que todavía no ha muerto” (p. 21), una nostalgia por el amigo que ya no está y que sin embargo, a través de la nueva amistad que han hecho con su descendiente, pareciera que logran mantener la ilusión de aquellos momentos que los hicieron muy felices.

La última novela de Selva Almada es una historia de amistades, conflictos, amor, forasteros y mujeres, cuya narración da frecuentes saltos temporales entre el pasado y el presente, para de esta forma comprender, como la relación de los personajes y su actuar, está absolutamente determinada por un pasado cargado de dolor, heridas y violencia que no dejan de emitir vibraciones en sus actuales vidas, y donde sus familias nucleares estuvieron lejos de ser el espacio acogedor y seguro que les permitiría un adecuado crecimiento y desarrollo.

Su prosa y trabajo ha sido comparado con el de Carson McCullers, William Faulkner y Flannery O’Connor, con quienes comparte un lenguaje literario muy bien logrado, elegante y con una tremenda precisión, que permite dar una espesura y verosimilitud a sus personajes muy poco común. Con esta novela, Selva Almada termina de consolidarse como una de las narradoras fundamentales del siglo XXI, cuya lectura es un paseo a través del campo del dolor y la violencia.

 

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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

«No es un río», de Selva Almada (Literatura Random House, 2020)

 

 

Martín Parra Olave

 

 

Imagen destacada: Penguin Random House.